Sábado, 02 de Agosto de 2025

Máxima impunidad

ColombiaEl Tiempo, Colombia 1 de agosto de 2025


María Sol Navia V


María Sol Navia V.
Nos hemos especializado en expedir normas y leyes para consagrar cada vez mayor impunidad. Hace años en nuestra historia para terminar guerras civiles o enfrentamientos armados Colombia ha consagrado alguna disposición que permita exonerar de penas a los contrincantes que han cometido delitos en el desarrollo de los conflictos. Algunos acuerdos dieron fruto, como el frente nacional que mostró resultados positivos porque el país se pacificó, aunque hay quienes señalan que fue la cuna de movimientos rebeldes que luego empezaron a destrozar el país, independientemente de cuál fue su origen. El presidente Belisario logró una paz parcial, pero el M19 la destruyo con la toma del palacio de justicia, y terminó finalmente amnistiado, sin ninguna pena, a pesar de que ese acto realizado en connivencia con el mayor criminal que ha tenido Colombia ha sido quizá el más violento, injusto, horrendo y criminal de nuestra historia. Algunos miembros se reintegraron a la vida civil, pero otros se incorporaron a otros grupos criminales. Fuimos avanzando en esta política hasta llegar al acuerdo de paz que creó penas irrisorias y no de cárcel para delitos atroces, de lesa humanidad, no amnistiables, como el reclutamiento forzado de niños, violaciones, tortura, secuestros y desde luego asesinatos. Este ejemplo es una muestra de la no efectividad de esta política pues gran numero desertó y hoy tenemos dos o tres grupos que se denominan disidencias de las Farc o simplemente Farc, mientras las cabezas de los horrores criminales posan de dirigentes como senadores, con semejantes delitos en su cuenta. Estos antecedentes han llevado al vergonzoso acuerdo de la "picota", donde en la campaña del actual Presidente, él mismo o sus áulicos visitaron en las cárceles a los peores criminales de todos los pelambres para ofrecer amnistías a cambio de votos, y para ir cumpliendo ha ido sacando criminales de las cárceles como gestores de paz, y ahora para rematar este proceso con un acto público de reconocimiento los llevó a la tarima presidencial en Medellín sin ningún reato de conciencia ni de vergüenza. Como puede realizar un acto así sin ninguna consecuencia. El congreso de la república debe estudiar con profundos y eruditos juristas este acto vergonzoso, funesto y retador para la sociedad, que muy posiblemente encaja en algún tipo penal. Y como si eso no bastara, nuestro "egregio" Ministro de Justicia presenta un proyecto de ley para negociar acuerdos con criminales de todo tipo desde narcotraficantes, beneficiarios de rentas ilegales, hasta criminales de delitos atroces y de lesa humanidad. Y para una mayor bofetada a la justicia y los colombianos, mientras los guerrilleros son congresistas, presidente o detentan otros cargos públicos, donde ya varios han sido imputados o son investigados por todo tipo de peculados, el presidente Álvaro Uribe en un juicio político y sin pruebas ciertas y claras de su culpabilidad, es condenado.
Exministra.
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