La producción nacional creció un 4,2% interanual en junio de 2025, pero esta cifra esconde dos realidades opuestas que marcan el pulso de la economía costarricense.
La producción nacional creció un 4,2% interanual en junio de 2025, pero esta cifra esconde dos realidades opuestas que marcan el pulso de la economía costarricense.
Mientras las empresas de regímenes especiales (zonas francas) continúan una expansión acelerada del 15,5%, el régimen definitivo, que representa a la gran mayoría de las empresas y empleos del país, muestra un crecimiento moderado de apenas un 1,8%.
Este comportamiento dual, evidenciado en el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) publicado por el Banco Central de Costa Rica (BCCR) este 11 de agosto, enciende las alertas sobre la dependencia del sector exportador y las dificultades que enfrenta la economía local.
La situación es particularmente grave en sectores clave como la construcción y la agricultura, que registran fuertes contracciones.
El motor exportador no derrama a toda la economía
El dinamismo de la economía costarricense se sostiene casi en su totalidad por el desempeño de las zonas francas.
La producción manufacturera dentro de estos regímenes creció un impresionante 25,2%, impulsada principalmente por las exportaciones de implementos médicos, que se dispararon un 38,5%.
A este sector se suman los servicios de alto valor agregado como el desarrollo de software, tecnologías de información y servicios administrativos.
Sin embargo, este auge no se refleja con la misma intensidad en el resto del tejido empresarial. El régimen definitivo se vio frenado por varios factores que evidencian un enfriamiento de la demanda interna:
Manufactura y servicios: Un panorama de contrastes
Incluso dentro de un mismo sector como la manufactura, la brecha es evidente. Mientras la manufactura de zonas francas creció 25,2%, la del régimen definitivo cayó 0,5%. Industrias locales como la alimentaria (-1,4%), textil (-1,2%) y de papel (-8,3%) mostraron cifras negativas.
En el sector servicios, que en su conjunto creció un 3,4%, el impulso provino mayoritariamente de actividades ligadas al comercio exterior y a las zonas francas. Los servicios profesionales y administrativos (4,5%) y los de transporte y almacenamiento (6,2%) fueron los de mayor crecimiento, beneficiados por la logística de exportación y los servicios corporativos a empresas de regímenes especiales.