Magnicidio
Andrés Barreto González
Como consecuencia de sus graves heridas lamentablemente falleció el Senador, Miguel Uribe Turbay, víctima de las balas criminales que esperamos no queden en la impunidad
Andrés Barreto González
Como consecuencia de sus graves heridas lamentablemente falleció el Senador, Miguel Uribe Turbay, víctima de las balas criminales que esperamos no queden en la impunidad. Aunque su victimario se encuentra privado de la libertad, el macabro atentado aún está por esclarecerse, y hoy más que nunca el Estado debe llegar al fondo de este magnicidio. Sobre el Senador mucho se ha dicho, yo como homenaje a su memoria solo puedo decir que tuve la oportunidad de conocerlo. Desde que fue candidato al Concejo de Bogotá un común amigo nos presentó, y tuve ocasión, más allá de nuestras ideas políticas, de acompañarlo a eventos. Recuerdo uno en la localidad de Mártires en donde pudimos hablar de empresa, comercio, moda y desarrollo. Mi contribución más allá de repartir volantes, asistir a reuniones y tratar de generar adeptos y votantes no fue mayor, la vida lo llevó a esa dignidad, después fue Secretario de Gobierno, mantuvimos contacto y pensamos en trabajar juntos, nuestros caminos fueron similares aunque distintos, aspiró a la Alcaldía, yo me fui a trabajar al Senado. Siempre mantuvimos contacto, no íntimo pero si cercano, me sorprendió su optimismo, trabajé en el gobierno y él se hizo Senador, allí ya compartíamos idéntica militancia política. Tuve la oportunidad de estar en su casa, en eventos sociales fui testigo de su talento musical, y asistíamos al mismo gimnasio en donde siempre era efusivo en su abrazo y su chiste de "yo soy su senador". Tenemos varios amigos en común, aunque diferentes en nuestras ideas siempre mantuvimos un respeto mutuo, la vida nos siguió haciendo coincidir en reuniones políticas en donde, de la mano del Presidente Uribe, exponía sus tesis y argumentos. Ver a una persona de 39 años silenciada por las balas asesinas de un entramado criminal, aún por esclarecer, no puede menos que afectarme. Nadie debe morir por lo que piensa, en democracia se debe debatir con argumentos y ganar o perder en las urnas, no a manos de la criminalidad que con este atentado busca generar terror y dolor de país, uno en donde un joven, un padre, un entusiasta de la política, hoy termina su existencia martirizado por el crimen y la indolencia institucional. Miguel era una cara usual en mi cotidianeidad por muchas razones, no quiero decir que fui su amigo, pero tampoco un desconocido, hoy lo que más lamento es que su hijo tenga que crecer sin un padre, y su señora tenga que ser víctima de este dolor. Miguel tuvo una vida enfocada al servicio público y su sueño fue ser presidente, sobre ello apostábamos con su círculo cercano, emprendió ese camino con ilusión, una que hoy silenciaron los criminales. Mi sentido pésame a su esposa, su padre, hermana y su hijo, me compunge que haya tenido que ser el mártir de esa situación, una que ojalá reencauce el rumbo de esta patria adolorida que sigue enterrando a sus hijos y perdonando criminales.
Ex Superintendente de Industria y Comercio.