Tierra de nadie
Jorge Magliano | Canelones
@|La justicia social de la Intendencia de Canelones
Jorge Magliano | Canelones
@|La justicia social de la Intendencia de Canelones.
En la "tierra de nadie" o Canelones, como le llamaba antes, usted puede tener un terreno en la playa sin comprarlo. O dos, o tres. Los que quiera. Nadie le va a preguntar nada. Las autoridades tampoco.
Tampoco le van a decir algo si instala un desarmadero de autos en la vía pública, como el que tengo frente a mi casa a lo largo de la calle; llena desde hace un tiempo de esqueletos metálicos, aceites y fluidos varios. Ahí tampoco aparece la Intendencia, por más reclamo que se haga.
Menos le van a informar si usted debe 20 años de patente o contribución, porque cada tanto, quienes no pagan, son beneficiados con amnistías y son recibidos con los brazos abiertos por el gobierno municipal como si de contribuyentes ejemplares se tratara.
Ahora bien: si usted es de los que pagan en fecha, no tiene deudas, hace las cosas bien, entonces la cosa cambia.
Un día quizás llegará a su casa y tendrá que salir corriendo a comprar caños de hormigón para poder entrar, porque la Intendencia hizo las cunetas de su barrio y arrancó todos los puentes de ingreso a los hogares. De nada sirvió el reclamo. Los caños corren por cuenta del propietario de la casa.
También puede pasar que no tenga luz en la calle, como me pasa a mi, y sin embargo deba pagar alumbrado público; porque luego de reclamar, me explicaron que por estar a menos de 150 metros del último foco me afecta la ley de cercanía o un título novelezco similar.
O como acaba de pasarme (y por eso esta carta donde vuelco toda la bronca y acidez que me permiten mis buenos modales), que usted venda un auto y lo llamen ocho años después desde la Intendencia para avisarle de una deuda de patente de hace siete, porque la persona que lo compró nunca hizo la transferencia. Entonces hay que salir volando para lo del escribano a sacar un papel que tiene un costo, porque la Intendencia no acepta copia fiel del original y de nuevo, hacés las cosas bien pero igual siempre gana el que hace las cosas mal.
Porque al final tienen razón los que nunca pagan nada, ni la contribución, la patente o la luz de la calle. Son unos genios los que andan en autos sin seguro o ni siquiera la chapa. No le erran los que ocupan un terreno o dos o cinco.
A esos, la Intendencia no les rompe los puentes de sus veredas; les pone cordón cuneta de hormigón donde cabe o les coloca gratis los caños para la entrada del auto.
La verdad, soy un tonto.