Domingo, 24 de Agosto de 2025

Gladys West. La matemática que nos enseñó qué forma tiene la Tierra

ArgentinaLa Nación, Argentina 23 de agosto de 2025

Gladys West trabajó toda su vida en la Marina estadounidense

Gladys West trabajó toda su vida en la Marina estadounidense. Como estaba empleada por el Estado, tenía prohibido participar del movimiento por los derechos civiles, así que redobló sus esfuerzos para demostrar que el color de la piel no importa en absoluto



El fanatismo tiene una ventaja muy seductora. Es confortable . Una vez que te abrazás a una idea, un concepto o un personaje con la convicción del fanático, ya está. Todo está claro, no hace falta seguir analizando ni estudiando ni dudando ni pensando ni nada . El mayor pecado del fanatismo no es que suele recurrir a la violencia o a las falacias. Su principal pecado es la pereza.

Un ejemplo claro es la forma de la Tierra . Hay un punto en el que los terraplanistas tienen razón. No es redonda. Digamos, no es perfectamente esférica (más allá del hecho de que una esfera es una abstracción ideal de la geometría ). El único problema es que tampoco es plana . De hecho, el asunto es muchísimo más complejo. Con un origen brutal, hace 4600 millones de años , cuya energía se conserva todavía en su interior bajo la forma de un núcleo de metal líquido , y sometido a la fuerza de su propia rotación y la atracción gravitatoria de otros astros , nuestro planeta tiene una forma muy especial llamada geoide . En rigor, este mundo es tan grande y su física tiene un número tan enorme de variables , que cada actividad elige la forma que mejor se adapta a sus fines . Nunca una forma plana, desde luego. Pero, por ejemplo, una cosa es la astronomía y otra, el GPS . Un retrato de la Tierra de mayo de 1969; no es plana, claro, pero tampoco exactamente esférica. Es más complicado



Entra en escena Gladys West , una figura fundamental en eso de usar Google Maps en tu celular, pero que a causa de los prejuicios raciales (otra forma de fanatismo) pasó durante mucho tiempo inadvertida. Dicho simple y rápido, West fue una matemática que invirtió gran parte de su vida en determinar con la mayor exactitud posible la forma que tiene nuestro planeta . Era más fácil el fanatismo, claro. Pero Gladys nunca la tuvo fácil.

Una matemática rural

Gladys Mae Brown ( West es el apellido de su esposo Ira) nació el 27 de octubre de 1930 en Sutherland , Virginia , Estados Unidos , una comunidad que hoy tiene unos 2800 habitantes . Zona rural del condado de Dinwiddie ( Robert Dinwiddie fue gobernador de Virginia), su familia tenía una granja en tierras que alquilaban. Esto se conoce como aparcería , en español, vocablo que viene de una palabra latina que significa "por partes" ( apartiarus ). Gladys Mae Brown West



Así que Gladys estuvo de entrada en contacto con la tierra -aunque no como ella quería- y nunca le sobraron los recursos ni tuvo tiempo para quejarse. A la mañana, de pequeña, asistía a la escuela , y por la tarde trabajaba en el campo que alquilaban sus padres . Después, a dormir, y al otro día, lo mismo.

Con un carácter firme (su marido, que falleció en 2024, solía contar lo mucho que le costó conquistarla ), aunque de modos agradables, y una mente brillante , se propuso salir de la finca y las tareas rurales por la única vía que le quedaba: la educación . Pero en esa época tampoco era cuestión de simplemente sentarse y estudiar. Las leyes segregacionistas estadounidenses convertían el ascenso social de los afroamericanos en una odisea.

Dicho más claro: necesitaba quedar en los dos primeros puestos en la escuela secundaria para obtener una beca para ir a la universidad. Quedó primera por sus calificaciones y pudo así inscribirse en lo que se conoce como una universidad pública históricamente negra . No es un error de tipeo. Así se las llama en Estados Unidos. En este caso, la Universidad del Estado de Virginia , en Petersburg , fundada en 1882 y la primera en convertirse en una casa de estudios universitarios para negros .

Pero todavía le quedaba otro prejuicio en el camino. Gladys era no solo afroamericana, sino también mujer . Eligió, por consejo de sus maestros, estudiar matemática, que tradicionalmente era un asunto elegido por hombres . Así que debió además lidiar con un contexto en el que desentonaba solamente por el hecho de ser mujer.

Se graduó en 1952 (o sea, cuando tenía 22 años) y, como fue el caso de varias de las pioneras de esta serie , su primer trabajo fue como docente . Más sesgos, digamos. Dio clases en Waverly , una ciudad en el condado de Sussex , también en el estado de Virginia, durante dos años. Volvió luego a la universidad para obtener su máster; se graduó en 1955 y regresó al aula.

Hasta aquí, sería semejante a muchas otras historias de mujeres negras que sentían pasión por las ciencias y a las que solo les dejaban abierta la puerta de la docencia.

Una oferta estratosférica

Pero la década del ‘50 fue fríamente turbulenta para Estados Unidos, y en 1956 West recibió una llamada telefónica. Querían contratarla del Campo de Pruebas de la Marina en Dahlgren , también en Virginia (hoy el complejo todavía existe y se llama Naval Surface Warfare Center ). Gladys, fiel a su estilo agradable pero severo, encontró sospechosa la propuesta y la rechazó . Pero realmente los organismos necesitaban matemáticos , y las calificaciones de West eran sobresalientes . Insistieron. Y finalmente terminó aceptando el puesto. Le cambiaría la vida (conoció allí a Ira ) y su aporte modificaría -literalmente- la forma en que vemos el mundo . Era, eso sí, parte de una minoría. En Dahlgren había solo cuatro afroamericanos . Pero los sesgos funcionan en ambos sentidos, y para Gladys la experiencia también fue extraña; nunca había trabajado con los blancos . West refinó en las décadas del '70 y el '80 el modelo geodésico de la forma de nuestro planeta

Descubrió, como no podía ser de otro modo, que no había ninguna diferencia, que todos eran personas, y que ella misma era descollante . Tenía una habilidad fuera de lo común para resolver a mano ecuaciones complejas y muy pronto, como estaba ocurriendo en otros centros científicos y técnicos (la NASA , por ejemplo), se encontró con las computadoras y aprendió a programar .

En 1957 , la Unión Soviética puso en órbita el primer satélite artificial de la historia, llamado Sputnik 1 . Estados Unidos respondió en febrero de 1958 con la creación de una agencia dedicada a la investigación avanzada de defensa ( DARPA , donde nacería la predecesora de Internet ) y redobló sus esfuerzos para avanzar en la carrera espacial. Pronto, estaban también poniendo satélites en órbita , y en 1969 enviarían los primeros humanos a la Luna .

Esa es la historia conocida. Pero había un detrás de escena menos vistoso , el procesamiento de los datos que enviaban los satélites , del que West fue parte sustancial. En 1978 , lanzaron el GOES (por Geostationary Operational Environmental Satellite ), que servía para observar el clima y para telecomunicaciones , pero que además enviaba una serie de datos que pronto iban a ser clave para una idea que estaba llegando a su punto justo: la geolocalización .

West trabajó en el procesamiento de los datos de altitud (o sea, de nuevo, ¿qué forma tiene la Tierra?) del GOES y luego la ascendieron a administradora del proyecto Seasat , otro satélite, en este caso el primero que fue capaz de medir la altitud de los mares (el 70% de nuestro planeta es oceánico).

El Seasat fue cancelado -recortes de presupuesto; no son ninguna novedad-, pero Gladys siguió trabajando, en este caso con una IBM Stretch , para obtener una medición cada vez más precisa de la forma de nuestro planeta a partir de la información de otros satélites . Su obra maestra es un paper de 51 páginas titulado Data Processing System Specifications for the Geosat Satellite Radar Altimeter (Especificaciones del Sistema de Procesamiento de Datos para el Altímetro por Radar del Satélite Geosat). El Geosat había sido lanzado en 1984 y le había permitido a West refinar las ecuaciones para establecer cada vez con mayor precisión las medidas obtenidas de un planeta entero. Ninguna tontería, hay que decirlo.

Ubicate

En rigor, West no sabía que un día podría poner un programa de navegación asistida en el auto que la llevaría de un punto al otro de un mapa mediante la ayuda de satélites de GPS . Solo era consciente de que había un plan de largo aliento y que su trabajo era parte de ese plan.

Por supuesto, la historia del GPS (por Global Positioning System ) es extensa y tiene muchos protagonistas, pero Gladys West, cuyos esfuerzos y su talento solo fueron reconocidos cuando ya se había retirado , fue la autora del modelo geodésico de la Tierra que se requería para que los satélites de GPS (y muchos otros, para el caso) tuvieran la precisión insólita que hoy podemos comprobar con mirar la pantalla del celular , y que es mucho mayor cuando se los utiliza en aplicaciones militares . Gladys West

Al final, Gladys trabajó en la Marina toda su vida; cuarenta y dos años en total , hasta que se retiró en 1998 . Y todavía le quedaban ganas de seguir estudiando. Obtuvo un doctorado en el Virginia Tech estudiando de forma remota (según algunas fuentes, en Administración; según otras, en Filosofía) y se puso a escribir sus memorias. En 2020 se publicó It Began with a Dream , su biografía, escrita por Marvin Jackson .

Se casó con Ira, que también trabajaba como matemático en Dahlgren, en 1957 , luego de 18 meses de noviazgo . Tuvieron tres hijos y siete nietos . Para Gladys, que en el momento de ponerse con la IBM Stretch a refinar sus ecuaciones no tenía idea de que estaba proporcionando un modelo matemático clave para el GPS, quien la llevó de la mano por cada hito de su vida fue Dios. Y cuando uno mira su historia, que arrancó en condiciones muy humildes en una finca en Virginia y que la condujo al Hall de la Fama de la Fuerza Aérea de Estados Unidos por sus logros, no puede sino estar por completo de acuerdo con ella.
La Nación Argentina O Globo Brasil El Mercurio Chile
El Tiempo Colombia La Nación Costa Rica La Prensa Gráfica El Salvador
El Universal México El Comercio Perú El Nuevo Dia Puerto Rico
Listin Diario República
Dominicana
El País Uruguay El Nacional Venezuela