El actor que ha sido parte de conocidas telenovelas, series y películas, vuelve a Montevideo con "Muerde", el elogiado unipersonal escrito y dirigido por Francisco Lumerman.
Con cerca de 40 años de carrera y casi un centenar de obras en su haber, el argentino Luciano Cáceres se animó a un nuevo desafío: subirse solo a un escenario con Muerde. La obra escrita y dirigida por Francisco Lumerman, que ya pasó por el festival El Galpón Internacional en marzo, regresa este sábado a la sala Campodónico. Entradas por RedTickets a 1.600 pesos.
El actor de mirada intensa y ojos celestes, ha transitado todos los géneros y formatos: desde la televisión con títulos como Gasoleros, 100 días para enamorarse, Graduados o Frágiles, hasta películas como Lennons o la más reciente Mensaje en una botella, además de innumerables experiencias teatrales. Pero nunca había estado solo frente al público, sin compañeros que amortiguaran la presión. "Es el acto más valiente que hice en mi vida", le dijo a El País antes de su primera visita a Montevideo con Muerde.
En el unipersonal, premiado con el Estrella de Mar, el ACE y nominado al Martín Fierro de teatro, Cáceres encarna a René, un hombre cuya infancia quedó detenida en un pueblo rural de la Argentina profunda. Abandonado por su madre al nacer y dejado por su padre a los 10 años en un taller de carpintería de ataúdes, René crece físicamente, pero permanece anclado en esa edad. "Se convierte en el raro del pueblo, el retrasado, al que todos insultan y de quien se aprovechan. La pasa muy mal, pero no percibe la maldad porque conserva la inocencia de un chiquilín", resumió Cáceres.
El origen del proyecto nace de la amistad con Lumerman, a quien conoce hace tres décadas. Durante un rodaje en España, el director le compartió el texto. Cáceres lo leyó, se conmovió y al regresar a Buenos Aires comenzaron a ensayar. El estreno, a fines de 2023, tuvo entradas agotadas antes de subir el telón. Desde entonces, el espectáculo no ha parado: más de 120 funciones entre salas pequeñas e imponentes auditorios de mil butacas, también funciones anunciadas en Madrid. "La obra nació con estrella. Y lo más lindo es que nos sorprende y nos sigue haciendo viajar", dijo el actor.
Claro que la experiencia no ha estado exenta de vértigo. A pesar de sus casi 100 obras previas, cada función lo enfrenta al miedo. "Cuando anuncian que apaguen los celulares siempre me pregunto: ¿qué hago acá? Me duele la panza, tengo temblores. pero después arranca y el escenario vuelve a ser el mejor lugar donde puedo estar".
Esa mezcla de riesgo y adrenalina define su manera de entender el oficio. "El teatro es para valientes. No hay edición, no hay red que te salve. Uno ensaya meses y a veces todo se queda en cuatro funciones porque no va nadie, o de repente aparece una locura como Muerde que crece sin parar. Es la incertidumbre de este trabajo, pero también lo que lo hace tan vivo", dijo.
Desde hace un tiempo, Montevideo se ha convertido en un destino frecuente en su apretada agenda. En los últimos años se presentó con las obras Desnudos, El ardor y ahora regresa con Muerde. Además, ha filmado varias producciones de realizadores locales, como El susurro de Gustavo Hernández que se encuentra en postprodución y Carne, la ópera prima de Tomás Marichal. "Me encanta pasar por Montevideo. Hay mucha actividad audiovisual y teatral, y siempre me reciben con cariño. Es un planazo venir", comentó.
Debido al compromiso con su trabajo, su vida familiar siempre está alterada. Por eso su hija lo acompaña a camarines y ensayos desde pequeña, su pareja comparte el proceso y, en su momento, su madre y su hermana también fueron parte del día a día teatral. "Hoy hacer teatro es una forma de resistencia. Y se necesita una familia grande que acompañe", dijo Cáceres a El País.
Y su relación con el escenario se remonta literalmente a su origen: nació fruto de un encuentro entre sus padres sobre las tablas de un teatro independiente argentino. "Me enteré a los 16 años, cuando ya tenía mi propia compañía. Mi papá dormía en el escenario, mi madre pasó por ahí, y de ese acto nací yo. No había público ni cobraron entrada, al menos eso me dijeron", dijo.
El sábado, el argentino regresa a El Galpón con este elogiado y exigente unipersonal, donde volverá a dejarlo todo arriba del escenario.