La otra cara de Miami: cocodrilos, pantanos y aventura en los Everglades
La ciudad muestra su perfil verde con propuestas en la naturaleza y de turismo sustentable
Viajar en familia siempre implica un desafío: encontrar planes que entretengan a chicos y grandes, pero que también dejen aprendizajes y experiencias valiosas
La ciudad muestra su perfil verde con propuestas en la naturaleza y de turismo sustentable
Viajar en familia siempre implica un desafío: encontrar planes que entretengan a chicos y grandes, pero que también dejen aprendizajes y experiencias valiosas . Miami, famosa por sus playas y sus centros comerciales, guarda un costado menos conocido y mucho más inspirador: el del turismo sustentable.
Y si bien este costado verde no siempre aparece en los folletos turísticos , cada vez más los niños reciben una educación consciente y empujan para que sus familias apliquen esa forma de vida , incluso en las vacaciones.
La playa que atrapa a los argentinos, a la que cuesta llegar y de la que cuesta irse
Everglades: el pantano que respira biodiversidad
Cuando se viaja, pocas experiencias son tan memorables como estar frente a la naturaleza en estado puro . Al pensar en parques nacionales de Estados Unidos, suelen aparecer imágenes de montañas imponentes o cañones infinitos. Sin embargo, en el sur de Florida existe uno único: el Parque Nacional Everglades , creado en 1947 no por sus paisajes, sino por su biodiversidad. Con más de 6000 hectáreas, es uno de los humedales más singulares del planeta.
Su riqueza se explica por la coexistencia de múltiples ecosistemas que se suceden en cuestión de metros: pinares, hammocks , manglares y domos de cipreses. "Los visitantes pueden ver cómo varía la vegetación según el relieve, la salinidad y la profundidad del agua, casi como si pasara de un escenario a otro en pocos minutos", describe Steven Parnelle, uno de los naturalistas del Everglades Institute. Con las piernas en el agua, caminata por los manglares en un bosque de cipreses
Quienes buscan una actividad tranquila e instagrameable , pero con una dosis infaltable de diversión, tienen recorridos en bote para pasear con el viento en la cara . Los amantes de la aventura, por su parte, pueden optar por paseos en kayak : remar en un paraíso verde y, al mismo tiempo, encontrarse a pocos metros de caimanes o cocodrilos. Seguro, pero no apto para impresionables.
Una alternativa con agua, pero sin remos, es hacer una expedición en bicicleta y acampar en algún lugar permitido o incluso sumarse a las excursiones a pie. Si bien el parque puede visitarse por cuenta propia, los rangers expertos ofrecen tours en los que no solo se recorre un sendero seguro, sino que también se aprende en detalle sobre el entorno, la fauna y lo que significa trabajar en un ecosistema tan frágil.
El paseo más destacado es la wet walk por el domo de cipreses. En una hora y media, los expertos del Everglades Institute invitan a sumergir las piernas en un manglar y volverse uno con la naturaleza: con las rodillas bajo el agua, se ingresa en un bosque donde las copas de los árboles se doblan y unen para formar un domo maravilloso, con orquídeas silvestres y claveles del aire creciendo en lo alto. En el camino, saltamontes, lagartijas, serpientes, búhos y, ocasionalmente, algún caimán recuerdan que ahí la vida late sin pausa.
Un dato no menor es que el clima marca la experiencia. Por año visitan el parque alrededor de un millón de turistas y la mayoría lo hace entre diciembre y marzo. Esto se debe a que el verano boreal es la temporada de mayor humedad, altas temperaturas y una altísima presencia de mosquitos , al punto de tener que cubrirse con redes para evadir las picaduras. Sin embargo, es el único momento en que el agua inunda los manglares. Con el cambio de estación, durante el invierno del hemisferio norte, el agua baja y el paisaje se transforma en una versión seca pero igual de fascinante. Menos calor, menos mosquitos y senderos más amigables para las familias con chicos.
Mangos, memoria y licuados: una granja con alma
A menos de una hora del centro de Miami , Robert Is Here es parada obligada tras un día en los Everglades. Lo que comenzó en 1959 como un puesto improvisado de un niño vendiendo pepinos en la ruta, hoy es una granja familiar que vende más de 20 toneladas de mangos semanales y una enorme variedad de frutas tropicales como guayabas, guanábanas, maracuyás y tomates heirloom . Robert Is Here Fruit, una granja familiar para saborear frutas y licuados
El lugar conserva un espíritu auténtico: carteles pintados a mano, mesas de pícnic bajo la sombra y una barra donde en temporada alta se preparan hasta 2000 licuados por día . Aunque no se recorren los 40 acres de cultivos, el predio invita a quedarse un rato y mirar alrededor. Allí también viven animales adoptados por la familia, que son alimentados con las frutas que no se venden: nada se tira, todo encuentra un destino. Esa combinación de sencillez, frescura y cero desperdicio lo convierte en una parada con sabor propio, donde lo imperfecto también suma encanto.
La historia de la familia también es parte del atractivo. Uno de los nietos de Robert suele contar cómo, tras épocas de pobreza y abandono, la granja se convirtió en símbolo de resiliencia y unión . Hoy, cuatro generaciones trabajan codo a codo: sin apps ni plataformas digitales, sin intermediarios ni grandes cadenas. Solo frutas frescas, jugos recién exprimidos y un compromiso con el medio ambiente.
¿Por qué es tan difícil cortar una relación amorosa? La explicación psicológica en la era del duelo virtual
Un paseo, un ladrido y una segunda oportunidad
Irse de vacaciones, la mayoría de las veces, significa dejar en casa a las mascotas. Pero en Miami existe la posibilidad de conectarse con animales locales y, al mismo tiempo, ayudar a mejorar su calidad de vida.
El refugio Humane Society of Miami , sin financiamiento estatal y con política de cero eutanasia, impulsa programas que permiten a turistas y residentes involucrarse de distintas maneras. El más innovador es Bark Around Town , que invita a llevar a pasear a un perro por unas horas. No requiere entrenamiento ni trámites de adopción: solo tiempo, ganas y una correa que el refugio entrega al voluntario.
Daina Aguilar, coordinadora del programa, destaca que estudios científicos demostraron que estas salidas reducen el estrés de los animales, mejoran su comportamiento y aumentan sus posibilidades de ser adoptados. Para los visitantes, es una experiencia de bajo compromiso pero de alto impacto: un paseo que se traduce en bienestar inmediato para el animal y en una vivencia inolvidable para la familia. Para los locales, es una oportunidad de ver cómo se desarrolla el vínculo con uno de los animales y puede devenir en adopción.
El refugio también ofrece opciones de voluntariado más prolongadas, como ser hogar transitorio para gatitos que necesitan ganar peso antes de ser adoptados . Actualmente atienden a más de 200 animales, con la ayuda de entre 60 y 80 voluntarios activos. Un recordatorio de que, incluso en vacaciones, un pequeño gesto puede transformar una vida.
Ciencia, chicos y cambio climático
El Phillip and Patricia Frost Museum of Science es uno de los planes familiares más enriquecedores de Miami. Con un planetario de última generación y un acuario de tres niveles, combina ciencia, tecnología y educación ambiental en un mismo espacio.
Su propuesta estrella para los más chicos es River of Grass , un recorrido interactivo que reproduce el ciclo del agua y la biodiversidad de los Everglades . Allí pueden gatear, correr y jugar como si fueran parte de ese ecosistema. En la terraza solar se exploran energías renovables, mientras que en los jardines habitan especies nativas.
Es un espacio que logra lo que muchos padres buscan: que los chicos aprendan casi sin darse cuenta, entre pantallas interactivas, tiburones que nadan frente a ellos y talleres donde la ciencia se convierte en juego. Además, puede ser una gran actividad en días de mucho calor, ya que la mayoría de los espacios son cerrados y cuentan con aire acondicionado. Para sentirse en el fondo del mar en el Museo de Ciencias Philip y Patricia Frost
Comer bien, comer mejor: los restaurantes verdes
La oferta gastronómica de Miami refleja la diversidad cultural de la ciudad y, en algunos casos, también su compromiso ambiental. Varios restaurantes cuentan con la certificación Green Key, un estándar internacional que distingue a establecimientos que gestionan sus recursos de manera responsable.
Estos locales reducen plásticos de un solo uso, aplican eficiencia energética, capacitan a su personal en prácticas sustentables y priorizan ingredientes de estación y proveedores locales. Así, la experiencia de comer afuera se convierte en una manera indirecta de apoyar el consumo responsable sin renunciar al sabor ni a la calidad.
Dos playas, un mismo compromiso con la naturaleza
El turismo sustentable en Miami también se vive a orillas del mar. Tanto en el Historic Virginia Key Beach Park como en el Bill Baggs Cape Florida State Park , conocido por los vecinos como "El Farito", las familias pueden disfrutar de playas tranquilas, pero con un plus: programas que combinan recreación y conservación ambiental. Eb el Big Baggs Cape Florida Park se ofrecen programas de conservación ambiental
En Virginia Key, donde solía veranear Martin Luther King, se organizan jornadas de limpieza de playas junto a la organización Debris Free Oceans , que busca reducir la contaminación plástica y proteger especies en peligro. Allí se explica, por ejemplo, que hoy existen más de 170 trillones de piezas de plástico en los océanos y que cada acción de recolección suma en la lucha contra esta crisis global.
En El Farito, además de subir los 109 escalones en espiral del histórico faro de 1825 y visitar sus distintas playas, se promueve el reciclaje, se evita el uso de plásticos descartables y se protegen los nidos de tortugas marinas durante la temporada de anidación. Ver a los rangers señalizar un nido y explicar cómo se monitorea la población es una postal educativa y emocionante.
Ambos espacios son alternativas familiares al clásico día en South Beach: lugares donde nadar, hacer pícnic y disfrutar de la naturaleza, pero también aprender y participar en iniciativas que dejan una huella positiva en el ecosistema local.
Al fin y al cabo, en Miami las vacaciones en familia pueden ser mucho más que sol, playa y compras. Viajar con conciencia no significa resignar diversión: significa sumar valor a cada momento compartido. Las familias pueden disfrutar de playas tranquilas con un plus: programas que combinan recreación y conservación ambiental
Datos útiles
El Bill Baggs Cape Florida State Park abre todos los días del año, de 8 de la mañana a la puesta de sol; la entrada cuesta 2 dólares para peatones y ciclistas, 4 dólares para autos con un solo conductor y 8 dólares por vehículo de hasta ocho pasajeros.
El Phillip and Patricia Frost Museum of Science tiene entradas desde 29,95 dólares para adultos, 24,95 dólares para niños de 4 a 11 años y es gratis para menores de 3.
El Parque Nacional Everglades está abierto las 24 horas, los 365 días, con pases de acceso entre 20 y 35 dólares por vehículo; la wet walk cuesta 60 dólares, requiere pantalón largo, medias y calzado cerrado, y solo admite participantes desde los 12 años y 137 cm de altura, con salidas a las 10 y a las 13:30.
El programa Bark Around Town de la Humane Society of Miami es gratuito, está disponible para mayores de 18 años y permite pasear perros en adopción por un día, con inscripción online.