Reunión de urgencia para revisar situación de Air-e
Como en un déjà vu, la situación del servicio de energía eléctrica en la región Caribe, ahora atendido por Air-e Intervenida y Afinia, filial del grupo EPM, vuelve a generar reuniones de emergencia en el Gobierno, para resolver una delicada situación financiera, que en el caso de la primera compañía tiene en apuros no solo a los usuarios, sino a todo el sector eléctrico por el alto riesgo sistémico que implica su condición financiera
Como en un déjà vu, la situación del servicio de energía eléctrica en la región Caribe, ahora atendido por Air-e Intervenida y Afinia, filial del grupo EPM, vuelve a generar reuniones de emergencia en el Gobierno, para resolver una delicada situación financiera, que en el caso de la primera compañía tiene en apuros no solo a los usuarios, sino a todo el sector eléctrico por el alto riesgo sistémico que implica su condición financiera. En efecto, Portafolio conoció que el viernes pasado, -29 de agosto-, un equipo del agente interventor de la compañía, Nelson Javier Vásquez Torres, adelantaba una reunión a instancias del nuevo superintendente de Servicios Públicos, Elmer Felipe Durán, desde las 7 de la mañana, de la cual se tuvo que retirar, llamado desde la Casa de Nariño. Según las fuentes, la razón de esta salida intempestiva tuvo que ver con el inconformismo del ministro de Minas y Energía, Edwin Palma, con la gestión de Vásquez Torres, lo que ha llevado a Palma a solicitar el relevo del interventor, con quien hay una fuerte tensión derivada, según otras fuentes consultadas, de los cuestionamientos sobre la gestión de Palma como interventor de Air-e, según reveló hace unos días la Revista Cambio. En la reunión participaban el agente interventor con su equipo, el experto comisionado de la Creg, William Mercado, y un funcionario de la Contraloría, quienes analizaban la situación de pagos y la baja ejecución de las inversiones. Portafolio contactó al ministro Palma, para indagar el trasfondo de esta situación, pero no fue posible obtener una respuesta. Crece riesgo de apagón Lo que le preocupa cada vez más al sector eléctrico es que, en paralelo a este pulso de poder alrededor de las gestiones de quienes han tenido que ver en el Gobierno con la intervención de Air-e, tanto esta empresa como Afinia vienen incrementando los mantenimientos, haciendo cortes programados, situación que más allá de ser de tipo técnico tendría un componente relacionado con la estrechez de recursos para pagar la energía a los generadores vía contratos o a través de la bolsa de energía. Incluso, Air-e Intervenida tiene 30 proyectos de distribución con retraso. "También van a citar a Afinia, que tiene atraso en 17 proyectos de distribución, es decir en la red local de sus mercados, entre ellos el de Tolú-Viejo, que tiene dificultades con la consulta previa. Y con ello ¿cómo van a segmentar el mercado con la nueva empresa?", afirmó una de las fuentes. De acuerdo con otros consulados del sector, luego de la llegada del agente interventor, Nelson Javier Vásquez, quien fue secretario general del exministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, se pagó sólo 10% de las deudas pendientes y, a la fecha, bajo una circular de la Superservicios que impide que a las empresas intervenidas les apliquen procesos de limitación de suministro en el mercado mayorista de energía, las deudas de Air-e con el sector eléctrico suman $1,4 billones, de los cuales $900.000 millones corresponden a los generadores térmicos, $300.000 a las hidroeléctricas $200.000 millones a los transmisores, como lo reveló recientemente el gremio Andeg, que agrupa a las centrales térmicas. Otro punto delicado es la situación prevista para el próximo verano eléctrico, que comienza en diciembre, ya que el nivel de exposición de Air-e en bolsa, con Palma como interventor, se redujo al 18%, y subió la contratación en 2025 al 82%. Pero a partir de enero el porcentaje subiría al 35% de exposición en bolsa y en medio de un verano esos $1,4 billones de deudas a las térmicas podrían subir a $2,5 billones en sólo dos meses, lo que pondría a las plantas térmicas de la región en jaque para atender el mayor consumo cuando hay baja hidrología. Es decir, que el 35% de la región Caribe podría apagarse, ya que por restricciones técnicas solo el 65% de la energía que se origina en el interior del país se podría llevar para atender ese consumo.