Las claves para lograr un retorno laboral saludable tras el posnatal materno
Si no se gestiona adecuadamente, el regreso al trabajo puede afectar el bienestar de la madre, su desempeño y la dinámica familiar. Contar con una red de apoyo y generar un entorno empático en la oficina son medidas fundamentales.
Volver al trabajo después del posnatal puede ser una experiencia compleja. Algunas mujeres viven el retorno con entusiasmo; otras, con ansiedad ante la separación de su guagua. Muchas transitan por una mezcla de emociones: el deseo de regresar y, al mismo tiempo, la culpa por hacerlo. En ese sentido, el retorno laboral representa una transición sensible, coinciden especialistas en el tema.
"Separarse de su bebé después de haber estado dedicada a tiempo completo a su cuidado, las presiones y expectativas propias y del entorno (a veces también del lugar de trabajo), el cansancio asociado a las malas noches propias de tener un bebé y la dificultad en conformar una eficiente red de apoyo son algunas de las razones por las cuales el retorno después del posnatal es un gran desafío para las madres", explica Daniela Martins, psicóloga perinatal de la Clínica Alemana.
Hay diversos factores que inciden en cómo se vive esta etapa, como la calidad de la red de apoyo y el ambiente laboral. "También influyen las características personales de la mujer, como su estado emocional previo, si es madre primeriza o no -puede ser más difícil para aquellas que enfrentan esto por primera vez-, y su capacidad de flexibilizarse y adaptarse a los cambios. También depende de las circunstancias del nacimiento, del bebé y del vínculo con este. No es lo mismo una guagua tranquila que una de alta demanda, que requiere mayor atención de la madre", precisa.
Si esta etapa no se gestiona adecuadamente, puede tener consecuencias importantes. "Una mujer que se siente abrumada por la vuelta al trabajo, que tenga un cuadro de depresión o ansiedad por la dificultad de compatibilizar todas las responsabilidades, va a estar con menos ánimo, con más angustia, y se va a relacionar con su guagua desde ahí; por lo cual, probablemente, va a haber menos paciencia con ella y menos disfrute del vínculo. Asimismo, las relaciones de pareja y familiares se pueden tensar", advierte Martins.
El impacto también puede trasladarse al entorno laboral. "Para la persona trabajadora está el riesgo de que puedan surgir síntomas de ansiedad o depresión posparto persistente, por ejemplo. Por otro lado, para la organización, si este proceso no se maneja adecuadamente, puede surgir un aumento del ausentismo, disminución de la productividad, deterioro del clima laboral y mayor riesgo de conflictos o denuncias formales", afirma Daniela Campos, jefa técnica de Riesgos Psicosociales de la ACHS.
Señales de alerta
En ese contexto, es importante prestar atención a las señales que podrían indicar que una mujer está atravesando un retorno más complejo. "Ciertos indicadores nos pueden alertar que una madre necesita apoyo psicológico: mayor ansiedad, tristeza y culpa; dificultad para separarse de su bebé, irritabilidad, conflictos con la pareja, baja confianza en sí misma, aislamiento, cansancio extremo, problemas de sueño o de apetito, dificultad para concentrarse, menor productividad, ausentismos o retrasos en el trabajo, etc.", enumera Martins.
Sin embargo, los especialistas concuerdan en que hay acciones que pueden facilitar esta transición. Tomás Middleton, psiquiatra de la Clínica U. de los Andes, enfatiza que la corresponsabilidad es clave: "Es muy importante que el padre esté involucrado en la crianza y los cuidados del hijo; es fundamental para que la mujer pueda reinsertarse. Si bien ella es quien biológicamente asume la gestación y la lactancia, el rol de la crianza debe ser compartido entre ambos. Es clave que haya una distribución equitativa que le permita a la mujer desarrollarse".
También subraya la importancia de planificar con anticipación. "Es fundamental que la pareja, apenas las mujeres queden embarazadas o tengan el hijo, sepa que el día de la reinserción laboral va a llegar. Muchas parejas entran en una suerte de negación y no se preparan. Hay que prepararse con al menos dos meses y organizar la logística".
Martins coincide en que "hay que trabajar en la construcción de una red de apoyo eficiente formada por la pareja, familia, amigos y red de apoyo pagada. Además, es importante ir logrando la separación con el bebé de forma progresiva, ir exponiéndose día a día a mayores tiempos y distancias de separación, retomando de a poco las actividades que realizaba antes de ser mamá".
También destaca el rol que pueden asumir las empresas. "No solo con respecto a los beneficios directos que puede entregarle a cada madre para facilitar su retorno, sino también en generar una cultura organizacional (a través, por ejemplo, de la capacitación de los líderes en salud mental perinatal), que genere empatía con los nuevos padres".
En tanto, Campos opina que "desde los equipos de trabajo y jefaturas es relevante realizar reuniones de coordinación antes del regreso, validar las necesidades emocionales de la persona, generar un ambiente de acogida, comprender los cambios en la disponibilidad y apoyar la reintegración progresiva".
La importancia de realizar estos esfuerzos radica en que el retorno laboral puede ser una experiencia positiva.
Campos concluye: "El retorno al trabajo permite a muchas mujeres reconectar con su identidad más allá de la maternidad, recuperar espacios de autonomía y reafirmar su sentido de competencia profesional. (...) El trabajo puede contribuir a la autoestima, al sentimiento de eficacia personal y a la construcción de un equilibrio entre los distintos roles vitales, lo que favorece el bienestar subjetivo. (...) No se trata de elegir entre ser madre o ser profesional, sino de integrar ambas dimensiones de manera armónica".