Jueves, 04 de Septiembre de 2025

Espejismo y realidad del agro

ColombiaEl Tiempo, Colombia 3 de septiembre de 2025


Jesús Antonio Vargas Orozco
El Gobierno viene atribuyendo el crecimiento del sector agropecuario en 2024 a su política agroalimentaria


Jesús Antonio Vargas Orozco
El Gobierno viene atribuyendo el crecimiento del sector agropecuario en 2024 a su política agroalimentaria. Según sus declaraciones, estamos ante un "renacer rural" impulsado por subsidios, crédito y transformación productiva estatal. Sin embargo, al mirar los datos del Dane, UPRA y los gremios, el argumento pierde sustancia: el auge del agro fue real, pero debido a factores exógenos y menos a la política agropecuaria. El sector agropecuario creció 8,1% en 2024, muy por encima del PIB nacional (1,7%). Este resultado se explica por el subsector cafetero, que creció 25,8% en el segundo trimestre del año. La Federacafé ha explicado que el repunte de la producción —cerca de 840 mil toneladas, con un incremento interanual superior al 23%— obedece a un efecto de clima favorable, recuperación pospandemia y, sobre todo, una caída significativa de la producción de Brasil y Vietnam, los principales productores mundiales, enfrentaron en 2024 fuertes afectaciones climáticas, lo que elevó los precios internacionales en más de 38%. Es decir, Colombia se beneficia de las condiciones del mercado internacional, no del impacto de la política cafetera del Gobierno. Igual con la ganadería, que creció 6,5%. Fedegán ha resaltado que dicho crecimiento se debe a mayores exportaciones y un mayor consumo interno, sin que haya mejoras estructurales en sanidad, infraestructura o política de fomento. Tampoco hay una estrategia de encadenamiento productivo integral, metas anunciadas des del Plan Nacional de Desarrollo. En contraste, sectores como la pesca y acuicultura (-9,1%) y la silvicultura (-7,3%) cayeron fuertemente en 2024. ¿La política agropecuaria no tiene acciones para estos subsectores? Esto deja de presente que el desempeño agropecuario ha sido dispar, y que la dinámica de crecimiento de los distintos subsectores está dependiendo más de factores externos que a los efectos de las acciones del Gobierno. La producción de alimentos generada por los pequeños y medianos productores, que requieren acciones efectivas en infraestructura, extensión rural, comercialización, vías terciarias, crédito oportuno y suficiente, entre otros, no muestran el mismo comportamiento. Si bien el crédito agropecuario creció en cifras agregadas (redescuento y cartera sustitutiva), esto no se tradujo en mayor inclusión financiera ni apoyo decisivo a pequeños productores. El gran espejismo del crédito agropecuario es incluir como resultado el crecimiento de la cartera sustitutiva que representa más del 80% de dichas cifras, pero en realidad muy poco de estas colocaciones van a la producción agropecuaria, y menos a los pequeños productores. El crecimiento agropecuario de 2024 fue coyuntural, desigual y fuertemente determinado por variables exógenas. Afirmar que fue fruto de la política agropecuaria del gobierno es una interpretación que es políticamente eficaz, pero estadísticamente insostenible. El campo requiere más que cifras: exige reformas reales, acompañamiento técnico y mejoras en la infraestructura productiva. La transformación rural sigue siendo un eslogan de campaña presidencial en los últimos 40 años.
Consultor Empresarial / jesusvargas.orozco@gmail.com
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