Estrenan un disco póstumo del cantante Juan Gabriel
Uno de los colaboradores más cercanos de "El divo de Juárez", Guillermo Hernández, explica los detalles del álbum y cuenta la forma de trabajar que tenía la voz de "Así fue". "Para él, grabar era sagrado", dice a "El Mercurio".
Aunque el mundo lo conozca como Juan Gabriel, Guillermo Hernández se refiere al fallecido cantante como el "señor Alberto" -aludiendo a su verdadero nombre de pila- o simplemente "el señor". Su cercanía con "El divo de Juárez" se explica por los más de 20 años en que trabajó con él antes de su muerte, primero como guitarrista de su banda, luego como director del mariachi que lo acompañaba en vivo, después como director de su show y, finalmente, como su ingeniero de sonido en sus últimos años de vida.
"En el estudio había unas cuatro o cinco habitaciones y yo dormía ahí. Y el estudio estaba conectado a su casa, a escasos 20 metros. Entonces cuando él quería grabar, me tocaba a las tres de la mañana. 'Soy yo, flaco. Ayúdame a grabar'. Y yo le decía: 'Para eso estoy, señor. Para ayudarle'. Íbamos y grabábamos. Y se escuchaba y me señalaba: 'Es que esta parte, flaco, siento que la puedo mejorar. Siento que le hace falta algo pero solo cantando te lo voy a decir'", recuerda Hernández.
Esa dinámica es la explicación para que cuando uno de los hijos de Juan Gabriel decidiera que era momento de hacer un disco póstumo de su padre, fallecido en 2016, contactara a Hernández para que liderara el proyecto. Tras meses de trabajo, el resultado final está disponible desde hoy en plataformas bajo el título de "Eterno", que incluye 20 grabaciones inéditas de "El divo de Juárez", reinterpretando éxitos en algunos casos y, en otros, versionando temas grabados por otros artistas.
"Había mucho material. El señor era una persona que le gustaba estar produciendo, le gustaba estar grabando. Me decía: 'Es que flaco, yo ya estoy mayor. No tengo todo el tiempo que tienen ustedes. A veces me nace grabar a las tres o a las cinco de la mañana y como todos se van, me desespero. Necesito que me ayudes'", cuenta y agrega: "Para él, grabar era sagrado. Pedía que nadie molestara, que fuera un productor, el ingeniero y él. Lo vi enfurecer porque otro ingeniero le borró una voz. Lo vi enojadísimo. Cuando le pedían que volviera a grabar, argumentaba que él no se podía morir dos veces. Se refería a que cuando grababa una canción él se moría, entregaba el alma, entregaba todo".
El disco sale en un contexto donde la producción de material póstumo de distintos artistas ha aumentado por las posibilidades que ofrece la inteligencia artificial. Sin embargo, y aunque Hernández admite que en las redes sociales muchos han insinuado el uso de tecnologías para revivir la voz de Juan Gabriel, niega rotundamente dicha hipótesis.
"Hay mucha diferencia entre una voz original y una voz con inteligencia artificial. Se oye abajo robotizado, no tiene los fraseos que debe de llevar cada canción, están cantadas como si fuera un robot. Y no, las canciones del señor Alberto tienen ese matiz, lo que él proyecta más que nada. Yo me río nada más y no puedo decir nada porque pues no puedo estar discutiendo con nadie porque no me corresponde. Pero aclaro que ninguna voz del señor Alberto es inteligencia artificial. Lo puedo jurar por todo, por toda la vida de mi familia. Aquí solo hay inteligencia humana, que es la del señor Alberto y la de los que estuvimos ahí", asegura.
Hernández adelanta que hay material de sobra para otros discos, lo que se sumaría a otro proyecto que se alista, un documental de Netflix, que debutará el 30 de octubre con el nombre de "Juan Gabriel: Debo, puedo y quiero".