El senador Pedro Bordaberry volvió a plantear, aunque con un enfoque crítico, la posibilidad de que los partidos tradicionales concurran juntos en las elecciones de octubre de 2029
¿Coalición Republicana en 2029? La posibilidad de competir bajo un lema común el Partido Nacional y el Partido Colorado sumando al Partido Independiente en las próximas elecciones nacionales volvió a estar sobre la mesa en la última semana y todo parece indicar que será un asunto recurrente durante los años por venir.
El senador Pedro Bordaberry volvió a poner el tema en discusión y, con un enfoque crítico, expresó reparos sobre que la herramienta planteada sea la más idónea para competir con el Frente Amplio (FA) en las próximas elecciones.
En un posteo que tituló "Lecciones a tener en cuenta", el líder de Vamos Uruguay reflexionó a partir de la votación provincial de Buenos Aires el pasado domingo.
"Si bien falta mucho, varios insisten en que la oposición comparezca con un solo candidato y un solo partido en la próxima elección. Ese camino puede brindar la ventaja aritmética de la acumulación de votos para asignar bancas. Pero también puede llevar a menos votos y por ende a menos bancas. Angostar la oferta electoral puede provocar efectos negativos sobre la posibilidad de éxito electoral. Limitar el menú de opciones no solo empobrece la democracia, también puede llegar a conducir a peores resultados", advirtió.
En línea con lo planteado por el colorado, al momento ningún dirigente de primera línea de la oposición se ha manifestado públicamente a favor, al menos en forma explícita, sobre la posibilidad de utilizar el mecanismo electoral.
Incluso, uno de los principales impulsores de la "marca" Coalición Republicana como el también senador y secretario general del Partido Colorado, Andrés Ojeda, abogó en entrevista con El País en junio sobre la necesaria alianza con el Partido Nacional en todo el país para las elecciones departamentales, pero reconoció que tenía dudas sobre la conveniencia de un lema único en octubre de 2029.
"Los números muestran que angostar la oferta electoral puede provocar efectos negativos sobre la posibilidad de éxito. Limitar el menú de opciones no solo empobrece la democracia, también puede llegar a conducir a peores resultados. No parece ser bueno reducir la política a una apuesta binaria. Los acuerdos deben sumar, no ahogar. El acuerdo electoral debe ampliarse, no ahogar", se posicionó Bordaberry, mientras otros dirigentes optan por mantenerse públicamente al margen de la discusión, al menos por ahora.
No obstante, el líder del Partido Independiente, Pablo Mieres, dijo a El País que el "instrumento puede ser útil", considerando el buen resultado que tuvo el "acuerdo político" logrado para gobernar entre 2020 y 2025.
El exministro de Trabajo divisa dos ventajas en caso de que los tres partidos políticos todo hace pensar que Cabildo Abierto ha desistido de esa posibilidad que en el presente se sienten parte de la coalición comparezcan juntos.
En primer término, manifestó que permitiría pos internas "convencer y alinear a los votantes detrás de un único candidato presidencial cuatro meses antes", en lugar de hacerlo después de haber competido con ese dirigente en un lapso de cuatro semanas, como ocurre actualmente.
En segundo lugar, destacó la posibilidad de que la Coalición Republicana conforme una fórmula presidencial "mixta", con un candidato a presidente de un partido y a vice de otro. Para Mieres, esa integración podría permitir lograr una mayor fidelización para que el votante de octubre se mantenga en noviembre. De todas formas, todavía "se está lejos" tanto de las elecciones como de que se comience a diagramar la posibilidad, aclaró.
En la misma línea, el referente del Espacio 40 el sector más votado del Partido Nacional en las últimas elecciones, Javier García, manifestó que el camino para concretar una alianza de estas características sigue siendo espinoso (también por la arquitectura electoral que requiere llevar adelante el proceso), aunque "aún no hay nada escrito".
Entre los principales argumentos esgrimidos por quienes impulsan esta alternativa electoral subyace que a raíz de haber ido por separado no se pudo lograr la mayoría parlamentaria en octubre, por lo menos en el Senado, lo que condicionó el resultado de noviembre y la posibilidad de mantener el gobierno.
No obstante, esta interpretación se basa, al menos en parte, en un razonamiento contrafáctico: quienes la sostienen afirman que, de haberse presentado bajo un lema común en 2024, la coalición habría logrado la mayoría parlamentaria.
Sin embargo, en ese escenario la campaña habría tenido una naturaleza muy distinta: se habría presentado un único candidato (Álvaro Delgado) en lugar de cuatro, lo que habría reducido la presencia mediática, el despliegue territorial e incluso la representación de distintas sensibilidades "catch all" capaces de atraer a diversos sectores del electorado.
Desde que se comenzó a implementar el sistema de balotaje en Uruguay, a partir de las elecciones de 1999, se ha observado una constante en el comportamiento de los votantes: el Frente Amplio suele mejorar su votación respecto a octubre, mientras que la suma de los partidos tradicionales disminuye cuando presentan un único candidato.
Preservar la identidad
Nicolás Olivera, presidente del Congreso de Intendentes y uno de los referentes del Partido Nacional con mayor proyección, manifestó a El País que "lo que no puede suceder es que se desnaturalice cada partido o lema existente".
"Nadie debe sentir que deja de pertenecer a su colectividad política. En función de esa preservación y de que eso no ocurra, habrá un mayor o menor consenso. Si se plantea algo que nos involucre a todos juntos, va a ser complicado", resumió.
En diálogo con El País, el expresidente Julio María Sanguinetti, artífice del acuerdo político coalición republicana junto a Luis Lacalle Pou en 2019, dijo que en el presente no tiene "una opinión definitiva", pero que para él lo más relevante es la preservación de la identidad de los partidos, en este caso de dos históricos como el Nacional y el Colorado.
En otro orden, opinó que lo que sí "se puede estar imponiendo es un cambio electoral". "De repente se podrían habilitar lemas accidentales, que pueden ocurrir. O bien, retornar al doble voto simultáneo con balotaje. Permitiría sustituir de esa forma la interna y acortar los períodos de la campaña electoral", consideró.
En concreto, Sanguinetti plantea que al mantener el balotaje se le da legitimidad al presidente al darle más del 50% (unas de las razones que llevó a la reforma de 1996), mientras que en la primera vuelta se elegiría Parlamento para que los dos candidatos más votados sean los que compitan un mes después.
La "ley" de ir juntos o separados
Por su parte, el presidente de Factum, Oscar Bottinelli, recordó que la forma en que se adjudican las bancas en Uruguay no puede sorprender a nadie; lo que ha cambiado es la correlación de fuerzas entre los distintos partidos, o bloques si aplica el caso. El politólogo, especializado en sistemas electorales, dijo que la de Diputados rige desde 1925 hace 100 años y en el Senado desde 1942. "No hay sorpresas", sostuvo en VTV Noticias.
"La Coalición es una preciosa marca publicitaria, pero desde el punto de vista jurídico electoral no existió en referencia a octubre de 2019 y 2024. Existieron partidos por separado, por lo tanto, no se puede sumar o proyectar como hubiese sido si hubiesen votado juntos. No votaron juntos, optaron por presentarse divididos", apuntó.
Con respecto a la experiencia en otros países europeos y americanos sobre partidos que votan separados versus los que votan juntos, dijo que hay una "ley" que se cumple siempre.
"Cuando varios votan separados y se suman los votos, eso da más que cuando comparecen juntos. No captan a todos. En Uruguay pasó siempre desde que hay balotaje", agregó.
Con respecto a la principal preocupación que expresaron dirigentes de los partidos tradicionales sobre la preservación de la identidad partidaria, Bottinelli lo ejemplificó con el nacimiento del FA como coalición.
"Cuando se conforma el FA en ese momento la gente era comunista, socialista, demócrata cristiana, blancos, batllistas, independientes que iban con el FA. Quince años después comenzó a existir el frenteamplismo. Las otras identidades se diluyeron. Lo que domina es el concepto frenteamplista. El riesgo que tiene una coalición es que si no crea identidad como creó el FA puede no funcionar bien electoralmente. Y si la crea, va a diluir las otras identidades", opinó el analista político.
Salto como prueba
En estas elecciones departamentales, la Coalición Republicana llevó adelante la primera experiencia de votar bajo un mismo lema en tres de los 19 departamentos: Montevideo, Canelones y Salto.
Con la elección de Carlos Albisu como intendente, después de 10 años de gobierno frenteamplista, durante los próximos cinco años Salto será el banco de prueba que tendrá la Coalición Republicana a nivel de gobierno subnacional.
En Río Negro o Lavalleja, donde ganó el Frente Amplio y perdió el Partido Nacional, se dio la particularidad de que fueron los departamentos en donde mejor votó el Partido Colorado en todo el país (con excepción de Rivera, su bastión inexpugnable).
Hasta el momento la coordinación entre Albisu, Marcelo Malaquina y Cabildo Abierto (con Cecilia Eguiluz a la cabeza) viene trabajando sin "inconvenientes", confió a El País el dirigente colorado que compitió por ser intendente departamental.
El pasado 11 de mayo, en Salto, la Coalición Republicana obtuvo 51.157 votos (54,9%), mientras que el Frente Amplio alcanzó 37.249 (39,9%). En la interna, Albisu recibió 36.664 apoyos y Malaquina, 14.229.
El trabajo político conjunto que lleve adelante ese gobierno será la medida que determine la utilidad de esta herramienta para evaluar la posibilidad de competir con un lema común en más departamentos en 2030, una pretensión de los colorados que no está tan clara entre los blancos, quienes cuentan con más votos y mayor poder territorial en el interior del país.