Por AUGUSTO BAUERCEO adjunto del Grupo AJE
El mundo nos recuerda cada día que la sostenibilidad ya no es una opción, sino un imperativo
Por AUGUSTO BAUERCEO adjunto del Grupo AJE
El mundo nos recuerda cada día que la sostenibilidad ya no es una opción, sino un imperativo. La crisis climática, la pérdida de biodiversidad y la presión sobre los recursos naturales exigen una respuesta inmediata. La inacción dejó de ser neutral: hoy significa un retroceso.
No es la primera vez que la humanidad enfrenta un desafío de tal magnitud. El Protocolo de Montreal, firmado en 1987, nos demostró que cuando ciencia, política y ciudadanía se alinean, los resultados llegan. Gracias a ese esfuerzo conjunto, la capa de ozono ?alguna vez al borde del colapso? está en proceso de recuperación. Esa experiencia nos demuestra que la acción coordinada puede revertir lo que parecía irreversible.
El gran reto ahora es el cambio climático. Y la próxima Conferencia de las Partes (COP30), que se celebrará en noviembre en Belém, Brasil, tendrá un valor simbólico inmenso: por primera vez la Amazonía será escenario del diálogo climático más importante del planeta. Allí se pondrá en evidencia que el futuro del clima depende de cómo protejamos nuestro mayor pulmón natural y de la capacidad de todos ?gobiernos, empresas y sociedad civil? de comprometerse de verdad.
Las empresas tenemos un rol irrenunciable en ese pacto. La sostenibilidad debe estar en el centro de la estrategia, no como apéndice ni como eslogan, sino integrada en la forma de gobernar, innovar y crear valor. Los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) son hoy una brújula esencial: permiten medir, rendir cuentas y demostrar que el crecimiento económico puede ir de la mano con el cuidado del planeta y el bienestar de las comunidades.
Este enfoque no solo responde a un deber moral, también genera valor tangible. Según Deloitte, una mejora de apenas 10 puntos en indicadores ESG puede traducirse en un incremento de ingresos de entre 1% y 2%, sin elevar proporcionalmente los costos; es decir, sostenibilidad y rentabilidad pueden avanzar juntas.
En Grupo AJE mantenemos la sostenibilidad como parte esencial de nuestro ADN. En esa línea, este año recibimos un reconocimiento otorgado por Green Cross, una de las organizaciones más prestigiosas a escala global en sostenibilidad y lucha contra el cambio climático, la cual destaca por su alcance internacional y por impulsar iniciativas que generen un impacto positivo tanto en el medio ambiente como en las comunidades. Con iniciativas como Amayu diariamente estamos ejerciendo con convicción nuestro compromiso con las comunidades, con el futuro del planeta y con un porvenir sostenible que trascienda generaciones.
La lección es clara: los grandes desafíos ambientales no se resuelven desde la inercia, sino a través de la acción conjunta. Empresas, gobiernos y ciudadanos compartimos la misma responsabilidad. Si el mundo es capaz de cerrar el agujero en la capa de ozono, también puede abrir un horizonte nuevo frente al cambio climático. El futuro será sostenible si lo construimos entre todos, con convicción, coherencia y propósito.
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