Sorpresas electorales sin encuestas
Víctor Muñoz
En Colombia, la ley 2494, más conocida como "ley mordaza", ha impuesto un apagón informativo en pleno año electoral, condenando a la ciudadanía a transitar a ciegas un proceso determinante para el futuro del país
Víctor Muñoz
En Colombia, la ley 2494, más conocida como "ley mordaza", ha impuesto un apagón informativo en pleno año electoral, condenando a la ciudadanía a transitar a ciegas un proceso determinante para el futuro del país. En un entorno donde la desinformación campea y la narrativa emocional sustituye al dato, la ausencia de información verificable se convierte en terreno fértil para la especulación. Sin embargo, el vacío dejado por el veto a las encuestas ha sido parcialmente llenado por el análisis de datos digitales. Herramientas como Google Trends, el seguimiento de menciones, interacciones y alcance en redes sociales (X, TikTok, Instagram y Facebook), así como modelos de inteligencia artificial, permiten consolidar información y mostrar tendencias. Aunque estos métodos no reemplazan el rigor estadístico de una encuesta bien diseñada, sí ofrecen una brújula alternativa: imperfecta, pero valiosa para anticipar movimientos del electorado. En los pasillos políticos circulan encuestas financiadas por distintos grupos de interés. No pueden divulgarse, so pena de violar la ley mordaza, pero terminan filtrándose en conversaciones privadas, alimentando rumores y moldeando percepciones sin control ni contraste. Usando analítica digital, el panorama ya empieza a perfilar sorpresas que podrían reflejarse en las primeras mediciones formales de noviembre. En la izquierda, Iván Cepeda y Carolina Corcho han desplazado en las preferencias a Gustavo Bolívar y Daniel Quintero. En el centro, Sergio Fajardo se consolida con amplia ventaja sobre Juan Manuel Galán y deja sin mayor espacio a figuras como Oviedo, Cárdenas y Luna. En la derecha, Abelardo De la Espriella lidera la conversación, seguido por Vicky Dávila y María Fernanda Cabal. Si bien los datos digitales no sustituyen el rigor metodológico de las encuestas, sí sirven como termómetro para anticipar la temperatura política. Hoy la analítica sugiere que, de cara a las elecciones de 2026, Cepeda y De la Espriella lideran el debate nacional, seguidos en un segundo grupo por Fajardo, Vicky Dávila y Claudia López, y en un tercer nivel por nombres como Carolina Corcho, María Fernanda Cabal, Juan Manuel Galán, Gustavo Bolívar y Daniel Quintero. No es coincidencia. La polarización impulsada por el discurso de Petro, el asesinato de Miguel Uribe Turbay y el juicio contra Álvaro Uribe han cerrado, al menos por ahora, cualquier posibilidad real para los candidatos de centro. El 25 de septiembre, el CNE deberá actualizar, según la ley, la resolución que reglamenta las encuestas. Y solo hasta noviembre volveremos a tener una foto real del electorado. Hasta entonces, navegamos con brújula prestada. Las encuestas están prohibidas, pero el análisis no. Los datos digitales no son votos, pero sí señales. Amanecerá, y veremos si el algoritmo le ganó a la estadística.
Emprendedor, investigador, analista.