Colombia refuerza su escudo digital
El ciberespacio en Colombia es un terreno de riesgo tan crítico como el financiero o el político
El ciberespacio en Colombia es un terreno de riesgo tan crítico como el financiero o el político. La magnitud del desafío queda en evidencia con los cerca de 36.000 millones de intentos de ciberataque registrados en 2024, según el Ministerio TIC. A ello se suma la alerta de la Cibercon 2024 en Bogotá, donde se estimó que la ciberdelincuencia le costó a América Latina más de 90.000 millones de dólares. Este escenario pone a prueba la capacidad técnica de las organizaciones, la solidez del marco regulatorio y la confianza de los usuarios. Aunque el país cuenta con hitos normativos como la Ley 1273 de 2009 (delitos informáticos), la Ley 1581 de 2012 (protección de datos) y el CONPES 3995 de 2020, la discusión supera el mero cumplimiento. Desafíos Claudio Vergara, gerente de Desarrollo de Negocio de Seguridad Informática en TCS, advierte: "La resiliencia cibernética no se logra únicamente a través del cumplimiento. El principal desafío reside en la brecha entre la naturaleza estática de la regulación, y el dinamismo de las amenazas". En esa línea, Enrique Fenollosa, LATAM General Manager de S2GRUPO, enfatiza que la regulación es necesaria, pero no suficiente. "El marco regulatorio sería un elemento más de la protección del entorno digital de las empresas, pero no es el único pilar", afirma. A su juicio, la seguridad real se alcanza con ejecución, no solo con normas. Además, resalta la urgencia de contar con obligaciones específicas para infraestructuras críticas, siguiendo el ejemplo de Europa con la directiva NIS2 y de países como Chile con su Ley Marco. Colombia, reconoce, ha dado pasos importantes, pero aún carece de una normativa robusta alineada con esos estándares. Y es que los ataques, cada vez más sofisticados por el uso de inteligencia artificial, ‘ransomware’ y ‘deepfakes’, obligan a las empresas a replantear sus defensas. El camino futuro exige que la regulación evolucione a la par de los riesgos y que las compañías fortalezcan su resiliencia. El verdadero blindaje del país, en un entorno donde cada clic puede ser una vulnerabilidad, no será solo técnico o legal, sino construido sobre una base de confianza colectiva.