Martes, 30 de Septiembre de 2025

¿Presidente o activista?

ColombiaEl Tiempo, Colombia 30 de septiembre de 2025


Ricardo Santamaría
La reciente participación del presidente Gustavo Petro en un mitin en Nueva York a favor de Palestina reabre un debate que parece repetirse en su gobierno: ¿Entiende Petro la diferencia entre ser un activista político y ser el presidente de la República? La escena es ilustrativa


Ricardo Santamaría
La reciente participación del presidente Gustavo Petro en un mitin en Nueva York a favor de Palestina reabre un debate que parece repetirse en su gobierno: ¿Entiende Petro la diferencia entre ser un activista político y ser el presidente de la República? La escena es ilustrativa. Mientras Colombia enfrenta una crisis profunda en salud, con EPS al borde del colapso, hospitales quebrados y pacientes sin atención, el mandatario ocupa la tarima de una marcha internacional como si aún liderara una causa ciudadana y no un país lleno de problemas y desafíos. Un presidente, más allá de sus convicciones ideológicas, está obligado a priorizar el interés nacional. Petro confunde el escenario. Como activista puede defender causas globales, levantar la voz por Palestina, o pronunciarse sobre cualquier injusticia. Pero como jefe de Estado su deber primario es con los colombianos. Y hoy, millones esperan respuestas sobre orden público, seguridad en las regiones, un sistema de salud al borde del colapso, un posible racionamiento de energía el año entrante y la parálisis de proyectos estratégicos. La tentación de la retórica internacionalista le permite a Petro escapar de la presión interna. Pero eso no es responsable. Mientras Petro grita en Nueva York, los campesinos del Catatumbo viven con miedo del ELN; Varios departamentos están inundados de coca; Muchas ciudades sufren oleadas de inseguridad urbana que necesitan el apoyo del gobierno nacional; Y la llamada ‘paz total’ se derrumba entre fracasos y recrudecimiento de la violencia. Más grave aún, su discurso internacional mina la credibilidad de Colombia como actor serio en el concierto de las naciones. No se trata de negar los dramas humanitarios que están a la vista. Se trata de actuar con responsabilidad como Jefe de Estado. En la ONU o en reuniones multilaterales se pueden acordar acciones humanitarias urgentes para Gaza u otras regiones, pero no se pueden improvisar arengas desde una tarima callejera que no tienen impactos reales. El papel de un presidente es representar al Estado, no a un movimiento social. El contraste con otros mandatarios de la región es evidente. Presidentes que, aun teniendo ideologías definidas, comprenden que sus primeras obligaciones son internas: garantizar seguridad, impulsar la economía, mejorar la educación, dar estabilidad institucional. Petro, en cambio, parece encontrar más entusiasmo en el papel de activista internacional que en el de gobernante nacional. Colombia necesita un presidente enfocado en soluciones, que gobierne para los 50 millones de ciudadanos que enfrentan problemas diarios: Desde la falta de medicinas hasta el desempleo juvenil, desde la violencia armada hasta la ineficiencia del Estado. Presidente: Abandone la tentación del activista y asuma el rol que la Constitución le asignó. Sea jefe de Estado, no líder de protesta. Colombia necesita dirección, gobierno y seriedad.
Analista.
La Nación Argentina O Globo Brasil El Mercurio Chile
El Tiempo Colombia La Nación Costa Rica La Prensa Gráfica El Salvador
El Universal México El Comercio Perú El Nuevo Dia Puerto Rico
Listin Diario República
Dominicana
El País Uruguay El Nacional Venezuela