Liderazgo
Con enorme preocupación y algún grado de vergüenza ajena he visto el espectáculo que protagonizó el presidente Petro en las calles de Nueva York
Con enorme preocupación y algún grado de vergüenza ajena he visto el espectáculo que protagonizó el presidente Petro en las calles de Nueva York. Lo hizo, no en su calidad de Mandatario, sino en su versión muy propia de agitador público. Su arenga no es aceptable ni su comportamiento para ningún jefe de estado. Este evento y el proceso de selección de candidatos, tanto para el Congreso como para la Presidencia, nos obliga a meditar sobre las características indispensables para escoger por quién votar. Definir los requerimientos para liderar el próximo gobierno es una prioridad importante. La coyuntura adversa que tendrán que enfrentar aquellos que asuman las posiciones correspondientes tiene enorme trascendencia. Antes que nada, se requiere que tengan clara consciencia de la responsabilidad que asumen. Este no es un momento normal para Colombia (a pesar de que lo normal es de por sí desafiante). Por esto, resulta crucial la vocación de servicio y la visión que tengan estos individuos sobre el futuro inmediato. La capacidad de comunicar claramente cuál sería su postura sobre los cambios necesarios para enderezar el rumbo frente a temas como seguridad personal y jurídica, y todo lo que respecta al ámbito económico y social y el problema del sector salud, diferenciará a aquellos candidatos y será determinante en su capacidad de ser elegidos. El liderazgo que en mi opinión se requiere para el cargo de Presidente, es el de la persona responsable de dirigir un equipo de forma coherente. Para esto, es indispensable que sepa rodearse de aquellos que en cada campo acepten que su sentido de tiempo y de ritmo será lo que imponga lograr metas que aseguren hacia el futuro un proyecto de continuidad de propósito. El próximo cuatrienio será apenas suficiente para iniciar un cambio fundamental en el proceso de desarrollo y en el modelo económico. Un líder tiene que tener fe en la gente que lidera y además coordinar un esfuerzo de manejo de expectativas por parte de todo su electorado. Estos aspiran a poder vislumbrar un futuro con posibilidades reales de mejora y de movilidad social. Hay que agregar el particular desafío que presentan estos tiempos donde la tecnología y en especial el fenómeno de la inteligencia artificial ha despertado singular incertidumbre. Se requerirá un esfuerzo de adaptación para cada una y todas las labores a desempeñar, indiferente del campo en que estas se desarrollan. La responsabilidad de liderar este cambio no se le puede delegar en su totalidad a los miembros del gobierno. Todos, independientemente de las diferencias que tengamos sobre el ‘cómo’, tenemos un desafío y una responsabilidad enorme de preservar el Estado de Derecho. Tenemos que tener presente las palabras de Winston Churchill: "Si abrimos una discusión entre el presente y el pasado, estamos en peligro de perder el futuro".
Salomon Kassin
Banquero de inversión.