Por Tecnóloga, @techtulia
En el Perú digital del siglo XXI, los micrófonos crecen como maleza bajo la humedad limeña
Por Tecnóloga, @techtulia
En el Perú digital del siglo XXI, los micrófonos crecen como maleza bajo la humedad limeña. Hoy existe tanto contenido por ver que el verdadero desafío ya no es producirlo, sino sobrevivir al ?zapping? emocional de una oferta que marea. Pero en ese mar de voces todavía hay quienes prefieren conversar antes que gritar.
Hay una sensación generalizada ?alimentada por el espejismo de las redes? de que basta con tener una cámara, una cuenta en YouTube y un vocabulario explosivo para volverse una estrella del ?streaming?. Pero la evidencia, como suele ocurrir, es menos glamorosa: por cada ?rockstar? digital que triunfa, hay cientos que naufragan en el anonimato algorítmico. La industria del video podcast ?o podcast a secas? no es un atajo a la fama, sino un campo de ensayo donde conviven la suerte, la constancia y algo de talento.
Porque sí, hay ruido, pero también hay música. Detrás de los gritos y los excesos verbales, el universo del ?streaming? peruano también está poblado de propuestas valiosas, inteligentes, incluso entrañables, que no siempre logran ser vistas. Contenidos que no se agotan en un clip ni en una frase escandalosa, sino que invitan a quedarse, a pensar, a volver. Esos son los verdaderos clásicos digitales: los que florecen todo el tiempo, sin depender de la temporada.
En el lenguaje de las redes se les conoce como ?evergreen content?: contenidos siempre verdes, siempre vigentes. Son piezas que no envejecen con el algoritmo ni caducan con la tendencia. No viven de la urgencia, sino de la relevancia. En un océano de contenidos dominado por la inmediatez, el ?evergreen? es casi un acto de resistencia: apostar por la profundidad en lugar del impulso, por la conversación en lugar del exabrupto.
Y los anunciantes más lúcidos lo deberían saber. Las audiencias más exigentes también. El contenido ?evergreen? no busca la viralidad de un día, sino la vigencia de siempre. Se mide por su capacidad de educar, emocionar o inspirar a quien lo descubre, ya sea hoy, mañana o dentro de un año. Es un recordatorio de que el tiempo también puede ser un buen editor.
Y en medio de esta selva digital, vale anunciarlo: hemos decidido sumar una nueva voz al ecosistema. Se llama Hacker Cívico, como esta columna, y es nuestra apuesta digital disponible en YouTube y otras redes, como resultado de una creación colectiva, producto de un equipo que tan igual que yo apuesta por los contenidos que perduren. Desde este nuevo paradero digital buscamos conectar con quienes aún creen que la tecnología, la cultura digital y la ciudadanía pueden convivir en el mismo espacio, sin gritos ni poses, pero con curiosidad genuina. Cada miércoles nos encontraremos ahí, junto a varias comunidades y personajes del mundo digital, que usted aún no sabe que existen, y en un formato que no pretende ser una fábrica de ?reels?, sino un punto de encuentro. Un lugar donde las ideas conversan con la calma que rara vez permite la red. Queremos ampliar el espectro y la oferta de contenidos digitales peruanos, demostrar que todavía es posible hacer ?streaming? de más calado sin caer en la histeria del ?trend?.
Porque, al final, el verdadero lujo en Internet no es tener millones de seguidores, sino construir algo que permanezca. Algo que, incluso en la vorágine del algoritmo, siga floreciendo. Algo, en suma, ?evergreen?.