La revolución en el traje de la mujer ha sido violenta y audaz
La revolución en el traje de la mujer ha sido violenta y audaz. Hasta hace pocos años, barrían con las faldas el pavimento de las calles y llevaban mangas ceñidas a las muñecas. Hoy la falda tiende a tomar la rodilla por límite; las mangas desaparecen totalmente o apenas cubren la parte superior del brazo. Transformación radical del traje femenino, que marcha en armonía con el cambio en las costumbres e ideas de la mujer moderna. Mientras tanto, el vestido del hombre sigue siendo como después de la revolución que hizo caer las pelucas empolvadas y los calzones cortos.