Una pastilla para celíacos está cada vez más cerca y permitirá flexibilizar su dieta
La prevalencia de esta enfermedad ha ido en aumento en el mundo. Hoy, la única terapia disponible es una alimentación estricta sin gluten, una realidad muchas veces difícil de cumplir.
No pueden comer cualquier pan, ni tortas, tampoco disfrutar de un trozo de pizza ni de un vaso de cerveza.
Las personas con celiaquía deben seguir una dieta estricta, debido a que padecen una patología autoinmune, la que afecta a decenas de millones de personas en el mundo.
Se calcula que el 1% de la población global vive con esta condición, aunque muchos casos permanecen sin diagnóstico, advierten los expertos.
"En Chile, los últimos datos muestran que afecta al 0,76% de la población, pero creo que si volviéramos a hacer un estudio a nivel nacional, estaríamos más cercanos al 1% global", dice Sylvia Cruchet, secretaria de la Sociedad Chilena de Gastroenterología.
Así, se trataría de cerca de 180 mil chilenos afectados.
La celiaquía implica que el sistema inmune reacciona de forma anómala ante el gluten, un grupo de proteínas presente en el trigo, la cebada y el centeno. Esta respuesta provoca una inflamación crónica en el intestino delgado, lo que puede derivar en dolor abdominal, diarrea, fatiga, anemia y pérdida de peso. Hoy, el único tratamiento disponible es mantener una estricta dieta libre de gluten, que además de limitada es por lo general más cara.
La buena noticia es que el día a día de estos pacientes podría simplificarse, según avances discutidos en la UEG Week 2025, el mayor congreso de gastroenterología de Europa, realizado la semana pasada.
Durante el evento, realizado en Berlín, se presentaron los resultados de varias investigaciones que buscan desarrollar una terapia farmacológica capaz de bloquear la respuesta inmunológica que desencadena la enfermedad.
"La prevalencia de la celiaquía ha aumentado significativamente en las últimas décadas", explicó a "El Mercurio" Detlef Schuppan, investigador de la Universidad Johannes Gutenberg (Alemania), colaborador de la Escuela de Medicina de la U. de Harvard y líder del estudio clínico más avanzado en esta materia, quien expuso en Berlín.
Según el científico, varios estudios muestran que la proporción de personas con marcadores de celiaquía es hoy tres o cuatro veces mayor que en los años 50. Esto, usando los mismos métodos de detección en el tiempo. "Lo que sugiere que la enfermedad no solo se diagnostica más, sino que efectivamente es más común", dice.
Entre las posibles causas menciona los cambios en la alimentación moderna, la exposición a aditivos como los emulsificantes (ampliamente utilizados en alimentos ultraprocesados), e incluso el exceso de higiene en la infancia.
"Creemos que hay factores ambientales, alimentarios y del microbioma intestinal que han modificado la barrera intestinal, la han afectado, y aumentado la sensibilidad inmunológica", dice Schuppan.
Pero más allá de las causas, su trabajo apunta a una solución concreta. En el congreso, presentó los resultados de un ensayo clínico con un fármaco que inhibe la enzima transglutaminasa 2, clave en la reacción autoinmune que provoca daño intestinal al ingerir gluten.
El objetivo, dice, es contar con una terapia oral capaz de "impedir que esa enzima potencie la respuesta inmunológica frente al gluten". Y agrega: "Al bloquear su acción, evitamos la cascada inflamatoria que daña las vellosidades intestinales".
El medicamento ya completó estudios preclínicos y fases 1 y 2 con resultados alentadores con resultados publicados en The New England Journal of Medicine. "En quienes recibieron las dosis más altas (del fármaco), el daño intestinal se previno completamente", afirma el científico.
Actualmente, su equipo desarrolla un nuevo ensayo con dosis más altas de gluten y preparan un nuevo estudio que comenzaría en unos dos años en distintos países, incluyendo Sudamérica.
"Su curso podría ser bastante rápido, pero aún así tomará dos o tres años para que finalice", advierte.
Fatiga y dolor de cabeza
Knut Lundin, profesor de la Universidad de Oslo y pionero en la investigación de la respuesta inmune al gluten, quien también expuso en el congreso, coincide en que la ciencia está más cerca que nunca de lograr una opción terapéutica.
El investigador explica que muchas de las terapias en estudio no apuntan a reemplazar completamente la dieta sin gluten, sino a proteger a los pacientes frente a la contaminación cruzada o trazas inevitables de gluten.
"Hay muchas personas que, pese a su esfuerzo por no consumir gluten, están expuestas y siguen teniendo síntomas gastrointestinales, fatiga o dolor de cabeza", comenta.
Es así como la meta de una pastilla no es permitir comer pan o pizza sin límites, señala, sino ayudar a disminuir la reacción del organismo en quienes se exponen en ciertas oportunidades o accidentalmente.
En Berlín, Lundin presentó por su parte un estudio de un medicamento experimental que también busca tratar la enfermedad celíaca entrenando al sistema inmune para que deje de reaccionar al gluten.
En este se usan nanopartículas con fragmentos de gluten que se dirigen al hígado y el sistema inmune "aprende" que esas proteínas no son peligrosas.
"Tenemos resultados positivos. Pero tenemos que hacer otro estudio con más pacientes y probar distintas dosis. Tenemos al menos cinco años por delante", afirmó.
A futuro, explican ambos investigadores, una pastilla podría tomarse, por ejemplo, antes de consumir alimentos con gluten ocasionalmente o si se sabe que se puede estar expuesto accidentalmente a él.
Aunque todavía falta para la aprobación definitiva de un fármaco, los científicos coinciden en que la celiaquía se encuentra en un punto de inflexión científica. "Por primera vez tenemos una comprensión completa del mecanismo inmunológico de la enfermedad", resume Schuppan.
Lundin complementa: "La ciencia está abriendo el camino hacia terapias que hagan la vida más llevadera. Hay esperanzas".
¿Es malo el gluten?Consultado sobre el creciente número de personas que dicen eliminar el gluten de su dieta porque sienten que les hace mal, Lundin comentó a "El Mercurio": "Hay demasiadas confusiones. En TikTok y otras redes sociales hay muchos mensajes de que el gluten es peligroso". El experto continuó: "La mayoría de quienes dicen sentirse mal al comer pan o pasta no están reaccionando al gluten, si no a otros componentes de los alimentos, como carbohidratos y azúcares. Para saber si es realmente celíaco, hay que hacerse un examen de anticuerpos. Si lo son, deben ser estrictos con su dieta, si no, lo mejor es tener una alimentación balanceada y reducir lo que sientes que te hace mal".
Aunque una dieta libre de gluten en adultos sanos no es perjudicial, Lundin advierte que, en el caso de los niños, aplicarla sin diagnóstico puede ser contraproducente, ya que impone restricciones innecesarias, exponiéndolos a deficiencias nutricionales.