61° Coloquio de IDEA. Una discusión con las reformas estructurales como telón de fondo y la coyuntura que no despeja las dudas
El CEO de YPF, Horacio Marín, fue uno de los expositores
Terminaba la tarde del miércoles y la sala de conferencias del 61° Coloquio de IDEA se volvió a llenar: había llegado el secretario de Comunicación y Medios y vocero presidencial , Manuel Adorni
El CEO de YPF, Horacio Marín, fue uno de los expositores
Terminaba la tarde del miércoles y la sala de conferencias del 61° Coloquio de IDEA se volvió a llenar: había llegado el secretario de Comunicación y Medios y vocero presidencial , Manuel Adorni. Trajo consigo la palabra del Jefe de Estado, Javier Milei. Apuntó algunas cuestiones conceptuales y luego dijo, sin ningún eufemismo, que estos dos años fueron dedicados a la estabilización macroeconómica y que lo que viene será el momento de las reformas profundas .
Casi como si hubiese escuchado los paneles más importantes de la principal reunión empresaria del año, empalmó el discurso oficial con uno de los grandes temas que habían transcurrido desde el mediodía, cuando empezaron las charlas en Mar del Plata.
Justamente, y valga la metáfora para Coloquio que basó los títulos de todas las charlas en citas deportivas -el nombre fue "Juega Argentina"-, Mariano Bosh , presidente del encuentro y CEO de Adecoagro , había dicho que tener reglas de juego claras es determinante para la creación de valor empresario. "Para competir globalmente, es fundamental entender el complejo mundo actual y saber en qué cancha estamos jugando". Esto implica tener "reglas más claras a largo plazo" . Señaló que hay temas cruciales que deben discutirse para aumentar la productividad, como "el marco laboral, los impuestos y la Justicia".
Quizá ahí se resuma gran parte del contenido de estos paneles llenos de voces distintas. Por un lado, un fuerte agradecimiento por la tarea realizada, la macroeconomía ordenada, la pelea contra la inflación y la baja de algunos impuestos. De ahí en más, las reformas que la Argentina jamás pudo discutir con la profundidad necesaria como para que los cambios perduren. Hubo más de 1000 participantes en el encuentro en Mar del Plata
El segundo día, el ministro de Economía, Luis Caputo , que envió un video desde Washington, tomó la posta. "La reforma laboral es fundamental. Venimos de un régimen laboral arcaico, rígido e imprevisible. El empleo no crece desde 2011. Necesitamos un régimen más ágil, dinámico y que termine con la industria del juicio. También vamos a encarar una reforma tributaria".
Pero claro, semejante agenda pendiente desde hace décadas estuvo cruzada por la coyuntura. Dicho de otro modo, por las repercusiones de la gira del presidente Javier Milei por Estados Unidos y las noticias que llegaban desde Washington. Puntualmente, los acuerdos que anuda Caputo con el Departamento del Tesoro.
Tal es el peso de la coyuntura que las conversaciones de las primeras horas del Coloquio, allá cuando el miércoles a la mañana llegaban empresarios y ejecutivos a Mar del Plata con sus cuidados atuendos informales, se oxidaron poco rato después, cuando se conoció que el swap podría duplicarse. "¿Esto es un error, o es el doble?", se preguntaba un ejecutivo de una empresa multinacional cuando miró la novedad en su teléfono. En ese momento se informaba que los US$20.000 millones podrían ser US$40.000 millones.
Esos temas de coyuntura pasaban por algunos puntos. El primero, las dudas sobre el tipo de cambio. Seguirá el sistema de bandas, se mantendrá en los valores actuales o habrá un salto en el valor de dólar. Ese debate, que un poco se aplacó después de la segunda intervención en el mercado del miércoles pasado, tenía tantas opiniones como opinadores. Para ellos hubo un párrafo de Caputo: "Esta mayor competitividad no debe venir de una devaluación; es arcaico que la única forma en que puede ser competitivo es teniendo una moneda débil, que es el reflejo de una economía débil; la forma de ganar competitividad es continuar con lo que estamos haciendo, desregulación y baja de impuestos, reforma laboral, también, y que empiece a haber mucho más financiamiento a largo plazo y razonable", explicó el ministro en el video.
Así, en medio de reiteradas metáforas deportivas como "juega Argentina", "pasar la pelota", "cancha nivelada" o "prepararse para el segundo tiempo", centenares que se usaron, los más de mil empresarios que se dieron cita en el Coloquio empezaron a desandar el temario, las prioridades que ellos pondrían al tope de la agenda.
Esa tarde hubo tiempo para escuchar a muchos que entregaron una enorme dosis de optimismo. El más aplaudido, Horacio Marín, CEO de YPF. En 16 minutos, el número uno de la petrolera habló del potencial argentino y los billonarios de la empresa. "Nosotros no trabajamos para el valor de la acción, trabajamos para generar valor a los accionistas. Cuando se genera valor, la acción va a subir" , expresó. Y agregó que las proyecciones de YPF contemplan exportaciones por US$300.000 millones entre 2031 y 2050, impulsadas por inversiones estimadas en US$222.000 millones en pozos de Vaca Muerta. El auditorio lo aplaudió cuatro veces, se podría decir que se les hacía "ceros" la boca.
Lo siguió Martín Migoya , uno de los fundadores y actual CEO de Globant. Como la mayoría de sus colegas, intentó poner la mirada en el largo plazo. "Estamos demasiado obsesionados por la coyuntura. Las cosas importantes que están pasando en el país son las que menos atención le prestamos. Darle importancia a la disciplina fiscal, un programa de reformas en distintos estados, al nuevo proceso de alineación estratégica con Estados Unidos. Esas son las cosas importantes de las que debemos ocuparnos y ayudar a que pasen", dijo.
Le dedicó un párrafo a las acciones de la empresa, que ya tiene 35.000 empleados en todo el mundo , que han sufrido una fuerte caída en el año. "Decidimos lanzar un programa de recompra de acciones. ¿Cuál es el mejor deal posible? Comprar acciones de Globant . Somos una compañía sana y en su mejor momento", finalizó.
El miércoles a la noche, en la multitudinaria cena, el clima estaba algo más distendido que a la mañana. En el medio de la jornada, aquella intervención de Estados Unidos, que volvió a comprar pesos, calmó nuevamente los mercados.
Luis Secco, un economista muy escuchado por este mundo corporativo, se entusiasmaba con la posibilidad de que a la madrugada se publicaba un reporte que da a conocer los movimientos del Tesoro. "Ahí podremos ver con cuánto jugó esta vez el Tesoro", le dijo a LA NACION de pasada. Al otro día dijo que había visto algunas operaciones pero el total, no estaba aún.
El jueves, las formas y la medición de las palabras estaban algo más relajadas. Pero no tanto. En el mundo de los que miran solo el dólar había algo de calma momentánea. Pero, muchos ejecutivos amenizaron el desayuno del segundo día con las novedades que habían anotado en las pizarras las tasas. "Ayer coloqué dinero a un día y pagué tasas de caución de 180% anual. Es una locura", exclamaba sentado en una mesa de vidrio, con banquetas altas, un empresario del consumo masivo.
Lo conocen todos. Y muchos pasaban y saludaban. "Acá está uno de los que suben la tasa", le decía a un conocido, ejecutivo de una firma que opera en el mercado financiero. "Hoy baja", corrigió otro que se sumó al encuentro. "Ayer el Gobierno renovó la mitad de los vencimientos, alrededor de 45%. Y entonces dejó pesos en la calle. Y la tasa cerró ayer a cerca del 50% y hoy va a caer algo más", se ilusionó. Aquel colocador de plata al 180% miró algo desconcertado.
La anécdota, cuyos nombres de los personajes este cronista prefiere mantener en el anonimato, no hace más que mostrar la tremenda dificultad que a diario tienen los hombres de negocios, con una mirada a largo plazo, pero con la tremenda presión del día a día en un país que cambia desde la mañana la noche.
En esa mesa de paso hubo un par de temas que surgieron espontáneos, casi como anticipo de lo que vendría. Las empresas de consumo masivo pasan por una tremenda coyuntura: la apertura de productos del exterior, el contrabando y desde ya, las tasas de interés. Uno de los asistentes a la improvisada reunión, de las que hay miles de simultáneas en IDEA, contaba lo que había escuchado de un poderoso industrial, perfil bajo, CEO de una compañía global, a propósito de la apertura. "Es increíble: importamos autos sin impuestos [en referencia a los 50.000 eléctricos o híbridos de cupo] y exportamos los nuestros tapados de impuestos ", dijo.
Como se dijo, Caputo y Adorni, los dos representantes del Poder Ejecutivo, hablaron de la reforma tributaria. Justamente ese fue el corazón de la mañana del segundo día de Coloquio: la carga fiscal. Marías Olivero Vila , presidente de la ONG Lógica, presentó varios números. "Desde Lógica, sostenemos que esto [impuestos altos, inflación descontrolada y elevado gasto público] pasa por la voracidad fiscal del poder político . Concluimos que o tenemos los más altos del mundo o estamos en el podio", dijo.
Luego agregó un tema ausente en el Coloquio: el Poder Judicial. "Tenemos el país gravoso. Se inventan regímenes de percepción que generan saldos a favor que son impuestos sin ley, que tardan entre dos a ocho años en recuperarse. El Poder Judicial tolerante con esa voracidad fiscal", sostuvo.
Lo había precedido Matías Surt, de la consultora Invecq . También habló de impuestos y de la alta evasión. "Si hiciéramos un esfuerzo para bajar la evasión tributaria a niveles comparables a los de la región, tendríamos un recupero de cuatro puntos del PBI."
Lo que siguió fue un contundente video, preparado por IDEA y proyectado en la pantalla completa, de unos cuantos miles de pulgadas. En un par de minutos, se explicó que por cada 100 pesos que un trabajador ve en su recibo de sueldo, el empleador paga 128 pesos. "De eso, el empleado recibe 82 y con eso consume y paga más impuestos. En total, se pagan 79 pesos por cada 128 que paga el empleador", dijo.
Un panel de empresarios contó sus penurias con la informalidad y con la carga impositiva. Nicolás Braun, gerente general de La Anónima, dijo que los mercados más chicos han crecido exponencialmente por la informalidad: "Estamos hartos del flagelo de la evasión en los supermercados. El impacto de la evasión en el comercio es altísimo. La evasión a nivel país está en el orden del 35 al 37%, pero en comercio llega a 55% y la informalidad laboral cerca del 60%".
Martín Ticinese, CEO de Cervecería y Maltería Quilmes, volvió sobre el mercado laboral. "La Argentina hace 15 años que no genera empleo formal. Si no se crece, no se genera inversión y no se genera trabajo. Lo importante es que todos nosotros estamos con ganas de ganar el partido. Son necesarias las reformas estructurales para poder sacarle las riendas al caballo y que realmente corra", se le escuchó decir.
A las reformas y al impacto de las múltiples desregulaciones en mercados que está llevando adelante (dijo que venía a rendir cuentas al respecto) también se refirió Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación, el tercer y último día. "A veces el juego es difícil. La Argentina tiene un sistema de castas con privilegios que no son fáciles de eliminar", afirmó.
Claro que para lograr esas reformas estructurales es necesario el acuerdo y el diálogo. Y para hacerlo, hay que hablar con otras fuerzas. Casi como si el libreto se hubiese escrito en las últimas horas, para tomar la posta del asunto subieron al escenario dos pesos pesados del grupo de los gobernadores. Ignacio Torres y Martín Llaryora, de Chubut y Córdoba , empezaron sus discursos con un par de patadas a los tobillos de los que confían en el diálogo .
" Si Estados Unidos no metía el rescate, no llegaba (a las elecciones) ", afirmó el cordobés y luego aclaró, más explícito ya en los pasillos, que se refería al modelo económico y no tanto al mandato del Presidente. " El riesgo país es porque si a este gobierno le va mal vuelve lo peor de la Argentina ", advirtió el patagónico. Los primeros minutos de los mandatarios los ubicaron lejos de una eventual mesa de diálogo. " La discusión tiene que ser franca, equitativa y federal . No se ve en el gobierno libertario una actitud clara y honesta en el debate de estas reformas". Una cosa más como aventar eventuales acuerdos rápidos. " Recaudan más y no cumplen con las obligaciones, hay abandono a jubilados, salud, cobran impuesto a combustibles, pero no arreglan las rutas ", dijo Llaryora.
Los que estuvieron desde el minuto uno del Coloquio escucharon los peores adjetivos a los ingresos brutos, el fetiche impositivo de las provincias y a su vez, el demonio fiscal para las empresas. Los gobernadores reconocieron que es un punto para debatir, pero, insistieron en el "abandono" de la Nación a los distritos. "Creen que el gobierno nacional está para hacer macroeconomía, mantener la seguridad interior y hacer relaciones internacionales", arremetió Torres.
Un ejecutivo de una empresa mediana se sinceraba después con este cronista. "Si estos son los que están más cerca [de poder dialogar con el Gobierno], imagínese los otros", se lamentó.
Se aventó, entonces, uno de los grandes temas que se escuchó en cada una de las animadas mesas del Coloquio ¿De qué se trata? Pues de la real voluntad de la clase política de sentarse en una mesa, pensar los lineamientos a largo plazo y negociar un andarivel por donde moverse por un tiempo. En el fondo, evitar la Argentina pendular.