Multiespecie
"!Resulta, mijito, que ahora somos una familia multiespecie¡", espeta tía Waverly a comienzos de la semana, en un tono bastante fuerte
"!Resulta, mijito, que ahora somos una familia multiespecie¡", espeta tía Waverly a comienzos de la semana, en un tono bastante fuerte. "¿Te das cuenta? Ya no somos tía y sobrino que viven juntos y que 'tienen' un perro que se llama Braulio. Tampoco es un perro que 'tiene' a dos humanos con los que vive (vaya cosa lo que eso sería). No. Se trata de que, desde 'afuera', somos catalogados de tal manera. !Multiespecie¡ !Con suerte somos dos especies¡ !O tres, cuando te pones idiota¡".
Pienso en cuando de niño criaba conejos en el campo. ¿Era una familia multiespecie? Y es que, más allá de la convivencia con otra especie (iba a decir animal, pero también puede ser vegetal), ¿qué constituye o transforma eso en familia? ¿Un sacramento, un contrato, un techo común sobre la cabeza? ¿La decisión voluntaria y libre de vivir juntos? Es simpático el ejercicio de pensarlo. ¿Los piojos valen? ¿Y las hormigas?
Supongo que, en tal sentido, no hay familia que no sea multiespecie. Hoy, en casi todas las casas hay perros y gatos, por cierto plantas, hormigas y... !piojos también, desgraciadamente¡ (que hace ya décadas que no distinguen sector social).
Así es que me quedo tranquilo, pues, de morir yo, tía Waverly no se quedará sin familia: tiene a Braulio y a sus geranios. Y si el perrito muere y los geranios se secan, le sumamos las piedras que viene juntando de cada verano. !Toda una familia multiespecie, hasta el fin de sus días¡