Martes, 21 de Octubre de 2025

Sin ciencia no hay futuro

PerúEl Comercio, Perú 21 de octubre de 2025

Fabiola León-Velarde

Desde 1901 la Fundación Nobel reconoce los grandes aportes intelectuales, científicos y humanitarios en física, química, fisiología o medicina, literatura, economía y paz. Hasta el 2024, se han otorgado más de 600 premios a casi 950 personas. Aunque casi todos los descubrimientos distinguidos surgieron en instituciones de Occidente, en ellas convergen científicos de todas las nacionalidades, reflejando la vocación universal de la ciencia. Persisten, sin embargo, brechas de género: solo el 6% de los galardonados son mujeres y, en las ciencias básicas, menos del 4%.





Este año el Nobel en fisiología o medicina premió avances decisivos en el conocimiento de las enfermedades autoinmunes. Estas se producen cuando el sistema inmunológico, que protege al organismo frente a infecciones, pierde la capacidad de distinguir entre lo propio y lo ajeno, y ataca por error tejidos sanos, como sucede con la artritis reumatoide, el lupus o la diabetes tipo 1. Los galardonados descubrieron que el gen FOXP3 gobierna la formación y el funcionamiento de las células T reguladoras, una variedad de linfocito (células blancas que defienden el organismo). Este hallazgo reveló cómo el organismo evita dañarse a sí mismo y abrió el camino para mejorar el tratamiento de las enfermedades autoinmunes e incluso el cáncer.





El Nobel de Química destaca el desarrollo en laboratorio de redes metalorgánicas, estructuras tridimensionales de átomos metálicos y compuestos orgánicos que forman microporos, una suerte de esponjas diminutas. Estas permiten capturar CO?, purificar agua y almacenar hidrógeno como energía limpia. Combinan la elegancia de la química básica con un gran potencial ambiental y tecnológico.





Los laureados en física demostraron la existencia de un fenómeno conocido como tunelización cuántica, que permite a las partículas atravesar barreras que, según la física clásica, serían imposibles de cruzar. Este principio ha abierto el camino a nuevas tecnologías, como la computación cuántica, que utiliza las propiedades de las partículas subatómicas para realizar cálculos a velocidades inalcanzables para las computadoras tradicionales. También ha dado lugar al desarrollo de sensores de gran precisión y a nuevas generaciones de dispositivos electrónicos que están transformando la ciencia y la industria.





Estos logros son el resultado de décadas de investigación en ciencias básicas, que es la exploración del ?por qué? y del ?cómo? antes del ?para qué?. De esa curiosidad surgen hallazgos en laboratorios que nadie imaginó necesariamente útiles; los descubrimientos fundamentales de ayer son los que hoy transforman nuestra vida.





En el Perú las ciencias básicas o experimentales no cuentan aún con programas públicos o privados que retengan en el país al talento joven, pues nuestra inversión en investigación y desarrollo es muy baja, menor del 0,2% del PBI, frente al casi el 0,7% en América Latina y más del 2,5% en la OCDE. Aun así, con pocos recursos hemos generado conocimiento valioso en algunas de nuestras universidades e institutos de investigación, que podría multiplicarse si convertimos el desarrollo científico y tecnológico en prioridad nacional, con políticas estables y apoyo financiero previsible, suficiente y sostenido.





Nuestros recursos naturales ofrecen un campo excepcional para el desarrollo de las ciencias básicas, como, por ejemplo, en biología marina, botánica andina o biodiversidad microbiana amazónica. Con respecto a nuestra riqueza mineral, el cobre tiene propiedades eléctricas, químicas y antimicrobianas, que permiten crear nanocompuestos para energía, medicina y electrónica; y el oro, como parte de nanopartículas o utilizado en biotecnología limpia, puede convertirse también en fuente de nuevos materiales.





No solo el desarrollo científico del Perú enfrenta desafíos. En tiempos de ?fake news?, cuando algunos gobiernos reducen el apoyo a la ciencia, y otros dudan del valor de la evidencia científica, recordar a Alfred Nobel es más urgente que nunca. La ciencia no es un lujo, es una inversión en el futuro de la humanidad.





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