Integrantes históricos evalúan el regreso de "¿Cuánto vale el show?" a la TV
El exanimador Alejandro Chávez, los exjurados Marlen Olivari y Gonzalo Cáceres y el exdirector Alfredo Lamadrid analizan el espacio que debutó esta semana en Chilevisión.
El reciente debut de "¿Cuánto vale el show?", en Chilevisión, ha conseguido reordenar el rating vespertino de la televisión abierta. La nueva versión del programa que debutó en 1980 y que les dio visibilidad a figuras como el folclorista Lalo Vilches, el cantante Américo y el comediante Stefan Kramer, entre otros, tuvo un buen desempeño esta semana frente a espacios como "!Qué dice Chile¡" (Canal 13), "!Ahora caigo¡" (TVN), la novela turca "Leila" y las noticias de Mega. En promedio, su rating acumulado superó las 457 mil personas promedio por minuto.
La atención de realizadores y exintegrantes históricos del jurado estuvo puesta los últimos días en el programa. Se valora que sea un contenido familiar, pero también se critica que esta nueva versión premie principalmente a concursantes freak y que el jurado sea demasiado blando en sus evaluaciones.
Alfredo Lamadrid, uno de los creadores del formato y director de las primeras temporadas, dice que la nueva versión "no tiene el mismo espíritu del programa que nosotros hicimos. No digo que eso esté bien o mal, simplemente, que es muy diferente". Argumenta que "¿Cuánto vale el show?" nació para darle una oportunidad a los nuevos talentos y que ahora se impone la entretención con participantes que, más bien, muestran "curiosidades". Un ejemplo: en el primer capítulo se presentó un concursante que cantaba como el mexicano Alejandro Fernández, la rareza es que lo hacía disfrazado de Iron Man, lo que apenas le permitía caminar en el escenario.
Lamadrid también echa de menos que el animador, Julián Elfenbein, se quede en el set durante las actuaciones, como se hacía en las antiguas versiones. "Julián es un buen animador y tiene gracia, pero participa cuando presenta y cuando premia a los concursantes, a pesar de que podría estar presente en gran parte del show ", apunta.
La exmodelo Marlen Olivari, quien fue jurado en 2002, valora que un formato de entretención familiar haya vuelto a la pantalla. "La televisión no solamente acompaña sino que entretiene. Es una industria que permite que muchos talentos, a veces escondidos en sus barrios, encuentren una plataforma para darse a conocer", plantea.
Según agrega, "se nota que el jurado está disfrutando porque este programa, tal como el que me tocó hacer, es muy cómodo y no te expone. Además que los participantes se pueden ir con platita en efectivo para la casa", dice la actual candidata a diputada por la Región de Valparaíso.
El maquillador Gonzalo Cáceres, quien también fue juez del programa en 2002, es más crítico. "Me pareció que el jurado es demasiado blando y que a todos les daban plata. Me faltó el villano. La única que entrega algunos consejos a los participantes para mejorar, que es lo que uno espera, es Francisca Merino", asegura. Sobre el resto del jurado sostiene que el comediante Juan Alcayaga, Don Carter, aprueba y se muestra "sensible y caballero", considerando que su fuerte son los chistes subidos de tono. De la cantante e influencer Fran Maira comenta que "es un talento que se puede potenciar", y al escritor Alejandro de la Cruz lo califica de "simpático, pero sin maldad".
Alejandro Chávez, uno de los primeros presentadores del espacio, quien animó en 1981, 1983 y 1990, al igual que Lamadrid y Cáceres, cree que la gran ausente de esta versión es la orquesta que anteriormente se lucía con profesionales como Hernán Briceño, apodado "Parquímetro", que hacía su propio show tocando el trombón.
Ahora, Carlos Figueroa, exdirector de orquesta del Festival de Viña, está a cargo de la música, pero no aparece en pantalla, y Chávez echa de menos una presencia protagónica de la orquesta en el estudio. "La orquesta debe estar en el set, eso le daba un valor agregado al programa, porque la música siempre ha estado ligada al show ", argumenta.
También dice que le molestan los constantes aplausos del público y, respecto del jurado, estima que todos son demasiado dadivosos al entregar los premios. "Echo de menos un jurado que no dé tantos piticlines y que sea capaz de decir: 'Oye, tienes un lindo timbre de voz, la canción es hermosa, pero desafinaste'. Esa crítica no la he visto".