Viernes, 07 de Noviembre de 2025

El trasfondo de caso Danza

UruguayEl País, Uruguay 5 de noviembre de 2025

Esto vuelve a dejar en claro que hace falta una reforma muy profunda del funcionamiento del estado. Esa "madre de todas las reformas", que todos prometen, pero ninguno se anima a ejecutar.

El caso del presidente de ASSE, Álvaro Danza, se vuelve cada día en un problema más serio para el actual gobierno de Yamandú Orsi. Pero detrás del mismo, hay un problema más profundo, que ningún gobierno de las últimas décadas se ha animado a enfrentar.

El escándalo es bien conocido por la opinión pública. El doctor Danza es un profesional reconocido, grado 5, y cuyo currículo lo habilita sin dudas para estar a cargo del principal proveedor de salud del país. El problema es que desde que se le nombró en tan alto cargo han salido a luz contratos laborales que son completamente incompatible con ese puesto, como por ejemplo prestar servicios en mutualistas y en áreas que compiten directamente con la entidad que ahora preside.

Como si eso fuera poco, está la cantidad. Hasta ahora, se han contabilizado al menos seis trabajos extra que Danza lleva adelante al mismo tiempo que preside ASSE. ¿Cómo se puede cumplir humanamente con siete tareas al mismo tiempo?

Un informe periodístico del programa radial Así nos Va dejó en evidencia lo que la simple observación permitía inferir. Que Danza no cumple los horarios que debería, o que mientras que se supone que está en un sitio, en realidad está en otro, cumpliendo con un empleador diferente.

Aquí no defendemos ideas marxistas, ni resentimientos. Por lo tanto, no será en este espacio que se juzgue el natural afán del Dr. Danza por tener ingresos lo más alto posible. Algo que su destacada carrera seguramente justifica.

Pero no es posible que un funcionario jerárquico del estado uruguayo, haga este tipo de manejos laborales, que son insostenibles por cualquier ser humano normal. Y que, según todos los análisis racionales, chocan con normas constitucionales muy claras. La próxima interpelación que llevará a adelante el diputado Sotelo del Partido Independiente, seguramente dejará en evidencia estas contradicciones, y lo absurdo del empecinamiento de la ministra Lustemberg, por mantenerlo en el cargo.

Hay un momento en que hay que tomar decisiones. O Danza se queda en ASSE, y deja los trabajos extra horario que mantiene, o renuncia al ente estatal, y sigue con su cadena laboral como hasta ahora.

Pero este tema ha puesto sobre la mesa un problema que no es nada menor para el Uruguay. Que es el nivel de injusticia que existe en la administración pública a la hora de los salarios.

Por ejemplo, el doctor Danza cobra por su trabajo como presidente de ASSE, unos 130 mil pesos líquidos, algo que para la mayoría de los uruguayos es un buen sueldo. Pero que para alguien con su preparación y responsabilidad es poco. A tal punto que una mutualista está dispuesta a pagarle el doble, tan solo por un trabajo eventual.

Este problema existe a lo largo de todo el estado. Es tan grande la disparidad, que hay funcionarios de nivel medio en entes autónomos, que ganan mucho más que el presidente de ASSE. O, en un extremo, lo que sucede con la intendencia de Montevideo.

En la última campaña municipal, el ex intendente Zunino, molesto porque su partido le impidió contratar a una periodista deportiva con un sueldo muy elevado, denunció que su predecesora carolina Cosse tenía trabajando para ella a una asesora personal que cobraba más de 250 mil pesos limpios, en un contrato externo. O sea, el doble que Danza como presidente de ASSE.

Esta disparidad, muestra a las claras que el estado está lejos de ser el mejor árbitro a la hora de definir lo que corresponde ganar a cada trabajador, muy lejos de lo que suelen afirmar quienes denuncian las injusticias del mercado todos los días.

Pero además explica por qué a cada gobierno le cuesta tanto conseguir a gente capaz para dirigir oficinas públicas. Si al hecho de ganar poco, se suma la precariedad de que los cargos se terminan con cada cambio de gobierno, y al desgaste en imagen pública que implica aceptar alguno de estos cargos, es claro que muy poca gente estará interesada en aceptar estas responsabilidades. Y así, perdemos todos.

El problema de fondo, que esto vuelve a dejar en claro, es que hace falta una reforma muy profunda del funcionamiento del estado. Esa "madre de todas las reformas", que todos los gobiernos prometen, pero que ninguno se anima a ejecutar. No sólo eso. En el gobierno pasado se realizó un cambio importante en el esquema de la carrera administrativa estatal. Pero el nuevo gobierno ya anunció que no la aplicará. Y así seguiremos, atando con alambre un problema que daña seriamente al país.
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