Paul Anka: "Debemos proteger a las personas creativas"
El canadiense, quien dará mañana un concierto en los jardines de El Mercurio, habló con este diario sobre sus nuevos y variados proyectos, su visión acerca de la inteligencia artificial y sus recuerdos con Frank Sinatra.
"Mi negocio y mi oficina están aquí", dice Paul Anka apuntando a su garganta. El músico canadiense de 84 años admite que tiene una estricta rutina de salud, que implica hacer ejercicio cinco veces a la semana, tomar aceite de oliva, jugo de limón con agua, y manzana con jengibre, apio y pepino todos los días.
Los resultados quedan a la vista mientras baja con agilidad las escaleras del Hotel Sheraton para dar esta entrevista en la antesala del show que ofrecerá mañana en los jardines de El Mercurio -con entradas aún a la venta-, postergado un día por el pronóstico de lluvia.
"Nos dimos cuenta de que el clima no iba a estar bien. Decidimos hacerlo el viernes para que los fans estuvieran cómodos y no tuvieran el problema de la lluvia y las tormentas eléctricas", aclara antes que nada, y luego agrega: "El espectáculo será con una orquesta muy grande, con metales, una gran sección rítmica, e incluirá la mayoría de las canciones que he escrito a lo largo de mi vida. Las que he escrito para mí mismo y para otros, y un par de momentos especiales que quiero compartir con el público, lo cual será una sorpresa".
Previamente, se presentará la cantante nacional Maribel Villarroel.
El regreso de Paul Anka a escenarios nacionales refleja una estrecha relación con el público chileno, nutrida por las visitas que viene haciendo desde hace seis décadas, incluida una parada estelar en el Festival de Viña del Mar, en 2010.
El cantante y compositor canadiense, quien vino acompañado de su hijo menor, Ethan (20), reservó el fin de año solo para hacer un par de shows íntimos en Miami, luego el de mañana en Santiago, y de aquí se dirigirá a México.
A continuación, se viene un período muy ajetreado para él. El 1 de diciembre estrenará en HBO un documental autobiográfico y hará una presentación especial en el late show de Jimmy Kimmel. Además, entre enero y junio encabezará un tour por Estados Unidos presentando "Inspirations of life and love", disco que lanzará en las próximas semanas.
"Este nuevo álbum trata sobre las experiencias de la vida y el amor. Son baladas apasionadas. Por ejemplo, tomé una canción de Frank Sinatra llamada 'That's life', y la hice más lenta y romántica, porque si la cantas así, la letra puede vivir", explica.
Aunque dice que hay canciones con sus reflexiones sobre la situación mundial como "Freedom for the world", reconoce que la mayoría son de amor. "El amor es la emoción más fuerte. He escrito sobre el amor, aunque no puedo decir que lo entienda del todo. Es la emoción más difícil de manejar, así que hay que ser constantemente creativo con ella. Ese es, básicamente, el tema del álbum", adelanta.
Con la vigencia que mantiene, Anka también tiene una visión crítica de la industria musical y de cómo ha cambiado. "Echo de menos la música. La música y la industria musical ya no son lo que eran. Es un negocio completamente distinto ahora, muy difícil para los artistas jóvenes, incluso los muy talentosos, porque las discográficas ya no quieren invertir. Extraño las oportunidades de antes, cuando la música podía ser más ecléctica. Hoy es muy específica, muy dirigida culturalmente. Todos conocemos el rap y lo urbano, pero creo que estamos en una encrucijada, porque hay que darse cuenta de que, como decía Shakespeare: 'la obra es lo esencial'. En la música, la canción es lo esencial. Sin canción, sin notas, sin palabras, no habría discográficas, ejecutivos, managers , agentes. No habría industria. Todo empieza con el compositor. Y debemos respetar los derechos y el proceso creativo de los escritores".
En la misma línea, muestra preocupación por cómo las nuevas tecnologías pueden afectar aún más el panorama. "La inteligencia artificial está cambiando nuestras vidas drásticamente y muy rápido. Algo que hoy existe, en seis meses ya tiene una nueva aplicación. Nunca habíamos visto una tecnología así. Y ahora sabemos que puede crear canciones, artistas, duplicar voces. ¿Dónde terminará todo esto? ¿Cuál será la fusión entre el arte y la máquina? Porque la máquina y la inteligencia artificial pueden pensar más rápido que el ser humano. En mi nuevo álbum no la usé. Usé músicos y productores reales. Pero sé que se viene un cambio, y debemos proteger a las personas creativas del mundo", enfatiza.
Sus recuerdos de Sinatra
Entre las decenas de canciones que ha escrito para artistas de la talla de Michael Jackson, Tom Jones y Buddy Holly, hay una que se posiciona como la más esencial: "My way", que interpretó Frank Sinatra. Él también pareciera sentirlo así, porque, al hablar del tema, se entusiasma y empieza a enumerar vívidos recuerdos.
"Yo estaba trabajando con el Rat Pack (que integraban Sinatra, Dean Martin y Sammy Davis Jr.). Estaba pasando un gran momento, tenía chicas, tenía de todo. Y Sinatra solía molestarme. '¿Cuándo me escribirás una canción, chico?'. Tenía el doble de mi edad y me intimidaba, porque pensaba qué pasaría si le daba la canción incorrecta", recuerda.
Años más tarde, Sinatra estaba filmando "Lady in cement" en Miami e invitó a Anka para que lo acompañara a comer con Mia Farrow, quien en ese entonces estaba casada con el crooner . Durante la cena, le contó que se quería retirar y que quería hacer un último disco. "En mi mente pensaba: '¿Un álbum más? Es mi última oportunidad", acota.
Con eso en mente, una noche en Nueva York comenzó a adaptar al inglés la canción francesa "Comme d'habitude". "Eran las doce de la noche. Había una tormenta eléctrica. El viento golpeando contra mi ventana. Estoy tecleando como si Sinatra estuviera escribiendo la canción. Metafóricamente, la adapté a su jerga, a las palabras que él usaría. Lo conocía íntimamente. 'I did it my way'. El único hombre que podía decir eso era Frank Sinatra. Y la terminé en cinco horas. Dos meses después, estoy en Nueva York, y recibo una llamada desde un estudio en Los Angeles. Sinatra me dice: 'Chico, escucha esto'. Toma el teléfono y lo pone junto a un gran altavoz. Y escuché 'My way' por primera vez. Empecé a llorar, porque sabía que tenía algo especial, algo que nunca antes había escrito. Fue un éxito tan grande que él siguió cantando 10 años más", dice Anka esbozando una sonrisa.
Algo similar recuerda que ocurrió con la canción "Let me try again", que surgió de la competencia del Festival de Viña del Mar de 1973, representando a Francia como "Laisse moi les temps", con cuyos autores él había trabajado. La escuchó, le gustó y le puso letra en inglés. Se transformó en un éxito mundial.
Consultado sobre cuál es su secreto para seguir cantando, componiendo y mantenerse bien, responde: "Aprendí desde joven que si no hacías lo correcto, podías perder todo. Vi a muchos artistas destruirse con drogas. Yo era solo un chico, pero sabía que si dañaba mi voz o mi cuerpo, perdería mi don... Aprendí que hay que cuidarse. Nunca fumé y siempre cuido lo que como". Agrega que dentro de su rutina está el correr, nadar y levantar pesas. "Tengo 84 años y amigos míos no pueden caminar a los 70. El punto de inflexión llega a los 60. Si no te cuidas, mueres antes. Si quieres subirte a un escenario y mantenerte coherente, tienes que estar en forma. Debes respeto a tu público y a ti mismo".