Del 12 al 16 de noviembre en el auditorio Adela Reta serán las funciones de la obra "El beso de la mujer araña" que protagonizan Gastón Torello y Rodrigo Garmendia, con dirección de Santiago Ventura.
Pocas historias han volado tanto como El beso de la mujer araña de Manuel Puig. Fue novela, se convirtió en obra de teatro, una premiada película y hasta un musical creado por dos leyendas de Broadway. En todas sus versiones se cuenta la relación entre un gay cinéfilo y un preso político en una cárcel latinoamericana.
Del 12 al 16 de noviembre, la sala Hugo Balzo del Auditorio Adela Reta recibirá la versión teatral de El beso de la mujer araña, con Rodrigo Garmendia y Gastón Torello al frente. Es la misma adaptación que Puig escribió en 1983, fue estrenada en Londres en 1985 con Mark Rylance y Simon Callow, y representada desde entonces en todo el mundo. En Buenos Aires lleva cinco temporadas en cartel con Oscar Giménez y Pablo Pieretti. En España, en 2022, los protagonistas fueron Eusebio Poncela y el exdirector del BNS, Igor Yebra.
La trama gira en torno a Luis Alberto Molina (homosexual de 36 años condenado por corrupción de menores) y Valentín Arregui (preso político de 26 años que cumple condena por pertenecer a un grupo marxista). Ambos conversan para matar el tiempo en la celda que comparten. Que los protagonistas fueran un homosexual y un marxista sirvieron para que la censura hiciera lo suyo en la dictadura argentina, como había ocurrido con la anterior novela de Puig, The Buenos Aires Affair.
Para que los protagonistas, demasiado distintos entre sí, pudieran entablar una relación, Puig los unió a través del cine. Así, cuando las luces se apagan en la prisión, Molina le cuenta una película a Valentín. Y a través de esas historias, una distinta cada día, emergen los temas más trascendentes de la obra.
La novela también tuvo una recordada adaptación cinematográfica, dirigida por Héctor Babenco y protagonizada por Raúl Juliá, Sonia Braga y William Hurt, que ganó el Oscar a mejor actor. En 1993 llegó a Broadway, en una puesta musical a cargo de los legendarios John Kander y Fred Ebb.
Esa es la misma historia y los pasos de baile que Jennifer López, Tonatiuh y Diego Luna llevarán al cine en enero de 2026, cuando se estrene localmente la versión cinematográfica que tuvo rodaje en Uruguay.
La puesta uruguaya de la obra, la primera vez que se realiza en el país, está dirigida por Santiago Ventura, quien regresa al teatro después de la premiada Lluvia constante.
Clásico que tendrá acento uruguayo
Si bien Garmendia y Torello se conocen hace tiempo, El beso de la mujer araña es la primera vez que coinciden juntos en el escenario.
La gesta de este proyecto comenzó en 2009, cuando Torello trabajó con la Comedia Nacional. En ese entonces, su madre le regaló el libro de El beso de la mujer araña y le dijo que, si algún día podía, que hiciera esa obra. "Años después, cuando hicimos Lluvia constante, me contacté quien tenía los derechos de la obra y pude conseguirlos. Así que esto es cumplir un sueño personal. y de mi vieja", dice.
Otra coincidencia con esta obra surge desde Santiago Ventura, quien participó en la versión del musical que se filmó en Uruguay. "Así que esto tiene que salir bien, sí o sí" dice Torello entre risas.
Están ensayando hace un tiempo. ¿Cómo ha sido ese proceso? Rodrigo Garmendia: Venimos con los ensayos hace unos tres meses. En setiembre tuvimos a Santiago Ventura, que vive en España y antes que regresara hicimos un ensayo general, dejamos la obra pronta, y después seguimos repasando nosotros. En noviembre volvió para el bordado final.
¿Y estos días previos al estreno cómo se viven? Gastón Torello: Intensos. Los días previos al estreno van a ser a todo o nada. Es una puesta bastante compleja: tenemos cámara en escena, pantalla, y mucho trabajo audiovisual. No es solo el espacio teatral, hay todo un lenguaje cinematográfico metido ahí.
¿Cómo fue el trabajo con Santiago Ventura? RG: Es un tipo muy práctico, muy certero. Sabe lo que quiere, sin vueltas. Y tiene algo que me encanta: ese juego entre el audiovisual y el teatro. Para nosotros, como actores, es un desafío brutal entrar y salir de un código y otro.
GT: Totalmente. Y después de Lluvia constante, la vara quedó altísima. El público se enganchó mucho con esa obra, así que este proyecto nos empuja a estar a la altura.
Además, hay una conexión curiosa: tanto Manuel Puig como Ventura vienen del cine. GT: Exacto. Eso le da coherencia a todo. Santiago y Javier Ventura (encargado de las cámaras) vienen del mundo audiovisual, y El beso de la mujer araña también tiene esa raíz. El cine y el teatro se cruzan de forma muy orgánica en esta puesta.
Pero acá no hay diva ni musical. RG: No, para nada. Somos solo nosotros dos. No hay números musicales ni personajes extra. Todo apela a la imaginación y la sensibilidad del espectador. Es una obra que te mete adentro de la celda con los personajes.
¿Qué los llevó a querer hacer este proyecto? RG: Yo venía con ganas de hacerlo desde hace mucho. Estaba atrás de los derechos de la obra y en ese proceso me enteré que Gastón también los buscaba. Ahí fue que nos juntamos y decidimos embarcarnos, sin definir quién hacía qué personaje.
GT: Y ahí sumamos a Santiago, que ya había trabajado conmigo antes. Él nos hizo una especie de audición interna para decidir los roles. Pero la verdad, cualquiera de los dos personajes es un regalo.
¿Cómo funciona la parte audiovisual durante la función? RG: Hay una cámara en escena, todo en vivo. No hay nada grabado. En algunos momentos la cámara filma y se proyecta en tiempo real. El público ve cómo el lenguaje teatral se mezcla con el cinematográfico.
GT: Es una puesta impresionante. El operador de cámara tiene una precisión increíble. Hay movimientos de plano, juego de luces, hasta un dolly que corre por el escenario. Es literalmente cine en vivo.
¿Van a mantener la ambientación original de los años 70? RG: No del todo. La idea es quitarle referencias muy específicas de época o lugar. Que se sienta universal. Lo importante son los vínculos, la historia, el amor y la tensión entre los personajes. Es una historia que sigue siendo actual.
GT: Tiene de todo: drama, romance, humor, tensión. Por eso sigue vigente después de tantas décadas.