Cómo se reconoce un ataque cerebrovascular
Edwin caicedo - redacción salud @CaicedoUcros
En Colombia, el ataque cerebrovascular (ACV) se ha convertido en un enemigo silencioso y devastador
Edwin caicedo - redacción salud @CaicedoUcros
En Colombia, el ataque cerebrovascular (ACV) se ha convertido en un enemigo silencioso y devastador. Es la segunda causa de muerte en el país y la primera de discapacidad, una realidad que, según los especialistas, exige una respuesta inmediata tanto del sistema de salud como de la ciudadanía. Las cifras son alarmantes: una de cada cuatro personas está en riesgo de sufrir un ataque cerebrovascular, y cada minuto que pasa sin atención médica puede significar la pérdida de hasta dos millones de neuronas. "El término ‘accidente cerebrovascular’ quedó atrás, porque no se trata de un hecho fortuito ni de azar", aclara el doctor Sebastián Vásquez, neurointensivista de la Clínica del Country y la Clínica la Colina. "Hablamos de un ataque cerebrovascular, una condición prevenible y de alta gravedad que exige actuar de inmediato", subraya. Los ataques cerebrovasculares se dividen en dos grandes tipos: el isquémico y el hemorrágico. El primero, que representa cerca del 80 por ciento de los casos, ocurre cuando una arteria cerebral se obstruye, interrumpiendo el flujo sanguíneo y el suministro de oxígeno al cerebro. El otro tipo, el hemorrágico, se produce cuando una arteria se rompe y provoca sangrado dentro del tejido cerebral. Las causas pueden ser diversas —como la ruptura de un aneurisma o la hipertensión arterial crónica—, pero el resultado suele ser igual de grave: daño cerebral, discapacidad o incluso la muerte. En ambos casos, la rapidez del diagnóstico y la atención médica son fundamentales para evitar secuelas irreversibles. La prevención Para los especialistas, aunque parezca un lugar común, la prevención y el reconocimiento temprano son las herramientas más poderosas contra el ataque cerebrovascular. Por eso, las sociedades científicas del país han adoptado la estrategia educativa conocida como Corre (+), un acrónimo que fue diseñado para que cualquier persona pueda identificar los síntomas y actuar para lidiar con esa situación. C: cara torcida o dolor de cabeza intenso. O: ojo con pérdida de visión parcial o total. R: rápida debilidad de una extremidad. R: raro al hablar, con dificultad para expresarse o comprender. E: equilibrio alterado. (+): Llamar de inmediato a los servicios de emergencia. "Si una persona presenta uno o más de estos signos, no debe esperar a que ‘se le pase’ ni acudir a una droguería. Debe correr a un centro de cuarto nivel con equipos especializados. El tiempo es cerebro", enfatiza el Dr. Vásquez. Cada minuto sin atención médica aumenta exponencialmente el riesgo de morir o quedar con una discapacidad permanente. El impacto del ataque cerebrovascular va mucho más allá del episodio agudo. De acuerdo con el Ministerio de Salud de Colombia, el 60 por ciento de los pacientes que sufren un ataque cerebrovascular mueren o quedan con algún tipo de discapacidad permanente. Las secuelas varían según la zona del cerebro afectada y el tiempo transcurrido sin atención. Entre las más comunes están las alteraciones en la movilidad, como parálisis o debilidad en un lado del cuerpo; problemas del lenguaje y la memoria, conocidos como afasia o deterioro cognitivo; y trastornos emocionales como depresión post-ACV o cambios de personalidad. También son frecuentes las complicaciones secundarias: convulsiones, incontinencia, neumonía o trombosis venosa profunda. En medio de este panorama, algunas instituciones del país están dando pasos concretos para mejorar la respuesta médica. La Clínica del Country y la Clínica la Colina se encuentran en proceso de certificación ante la World Stroke Organization y la Sociedad Iberoamericana de Enfermedad Cerebrovascular, como Centro Avanzado y Centro Esencial de Ataque Cerebrovascular, respectivamente. "Este proceso garantiza que los pacientes reciban atención con estándares internacionales, tecnología de punta y equipos humanos altamente capacitados", destaca el especialista. Estas certificaciones permitirán una atención más rápida y eficaz, especialmente en los momentos críticos donde cada segundo cuenta. Aunque el ataque cerebrovascular puede tener consecuencias devastadoras, es prevenible en gran medida. Controlar la hipertensión arterial, la diabetes, la obesidad, el tabaquismo y el sedentarismo reduce significativamente el riesgo de sufrir un episodio. De acuerdo con una investigación de la Universidad de Harvard, que fue publicada en la revista Neurology, beber alcohol en exceso de forma cotidiana puede adelantar la aparición de un ictus hemorrágico en unos 10 años y dificultar la recuperación posterior. El doctor Vásquez insiste en que la clave está en la educación y la acción rápida. "En Colombia necesitamos que la población conozca y utilice la estrategia Corre (+). Reconocer un síntoma y buscar ayuda de inmediato puede salvar vidas".