Movimiento pendular en Chile
Este resultado es consistente con la mala evaluación que tiene el gobierno de Gabriel Boric.
Los resultados electorales del domingo en Chile muestran varias tendencias que se repiten en diversos lugares del mundo; un gobierno de izquierda impopular que vota mal, una derecha dividida que vota bien, partidos tradicionales que colapsan y políticos populistas que emergen.
La primera constatación es que la candidata del gobierno, perteneciente al Partido Comunista y defensora de que en Venezuela existe una democracia diferente a pesar de que varios medios locales la califican, insólitamente como de centro izquierda, votó por debajo de lo que marcaban las encuestas. Dado que era la única candidata de izquierda (quienes podrían sumarle votos en la segunda vuelta votaron en torno al 1%) el 26,8% de Jeannette Jara luce muy pobre y la deja con muy escasas chances de pelear el balotaje.
Este resultado es consistente con la mala evaluación que tiene el gobierno de Gabriel Boric, que a su vez también es consistentes con las malas políticas que ha aplicado en estos años. Amén de la moderación que mostró respecto a sus tiempos de dirigente estudiantil y de su digna posición frente a Venezuela y las otras dictaduras del continente, parece claro que no cambió lo suficiente como para favorecer políticas procrecimiento que mejoren las condiciones de vida de los chilenos.
Una segunda constatación es que el otro candidato que pasa a la segunda vuelta es el favorito para ganar la presidencia de Chile desde hace un buen tiempo. José Antonio Kast se mantuvo muy sólido en las encuestas y logró una votación muy cercana a la de Jara (23,9%). Entre la caída de la centro derecha que llevó a Piñera dos veces al poder y una derecha mileista emergente, Kast encontró un posicionamiento en que se sintió cómodo apelando a la mano dura con la delincuencia y políticas que favorezcan una mayor libertad económica. En vista de la segunda vuelta Kast es amplio favorito ya que solamente con el voto de Kaiser y Matthei rondaría el 50%.
Una tercera consideración es que también en Chile surgió un candidato populista que encabezando el Partido de la Gente alcanzó el 19,8% de los votos. Parisi combinó un discurso de derecha en materia de seguridad con uno de izquierda en materia de reparto de beneficios sociales de los que sólo pueden existir en discursos de campaña. Dado que una de las grandes incertidumbres de la jornada era cómo podía influir en la elección el voto obligatorio, la constatación de que un candidato populista haya sido el único que voto sensiblemente más de lo que marcaba en las encuestas, triunfando incluso en varias regiones del país, muestra que en la tierra de O'Higgins también crece el populismo. Su decisión de no apoyar a ninguno de los candidatos para la segunda vuelta parece evidenciar que está pensando más en las próximas elecciones presidenciales de 2029 que en el balotaje del mes que viene.
Así las cosas Kast parte como favorito, teniendo primero la responsabilidad de concretar un triunfo que parece al alcance de la mano y luego, asumiendo un segundo desafío más complejo que es el de gobernar bien un país dónde el clima social sigue siendo complejo. Chile supo ser un modelo de desarrollo con la Concertación de centro izquierda y Chile Vamos de centro derecha en el poder. Hoy por hoy el votante lleva el péndulo del espectro político a moverse con mayor amplitud.