Los Leones se adapta a los avances en el golf y le suma dificultad a su cancha
Un campo que cada vez se le hacía más predecible a los jugadores, quienes eludían los obstáculos con sus modernos equipos, mejor entrenados y con mayor apoyo tecnológico. Por lo mismo, el club encargó a una empresa especializada que modificara el diseño de los 18 hoyos "y volver a su sentido original", aseguran. Este fin de semana es el estreno.
Cuando en 1937 se inauguró la cancha del Club Los Leones en su ubicación actual, a sus socios les costaba mucho conseguir un resultado positivo. Árboles rodeando los fairways, búnkers estratégicamente situados y greens pequeños enturbiaban las vueltas de quienes osaran desafiar el diseño.
Casi un siglo más tarde, el panorama es muy diferente. Los avances en el diseño de los palos, el apoyo tecnológico y hasta el mejor entrenamiento facilitan la tarea, porque los obstáculos, por lo menos para los golfistas top, no son difíciles de sortear.
"La tecnología de palos y pelotas ha hecho que el golf sea muy distinto al de antes, las distancias son mucho mayores a las que se veían hace 20 años. Por eso la cancha requería modernización", justifica Juan Pablo Velasco, superintendente del campo de Los Leones.
Para ello, el club contrató a la empresa Mackenzie & Ebert, que en su currículo ostenta haber asesorado a siete de las 10 sedes del British Open, incluyendo Royal Portrush, que lo albergó este año.
"Es una firma de reconocido prestigio mundial la que hizo la renovación. Ya el Abierto del año pasado se jugó con nueve hoyos cambiados y ahora se disputará con la cancha íntegamente renovada", revela Velasco.
"Se rediseñaron y reubicaron algunos búnkers, se hicieron nuevos tees para alargar un poco la cancha. La idea era replicar lo que el arquitecto diseñó originalmente y que fue quedando fuera de lugar con el cambio de tecnología", explica el superintendente.
Algunos pares cuatro, por ejemplo, diseñados con árboles para impedir el tiro directo al green, quedaron obsoletos con aquelos golfistas que se atreven a pegar por encima de los follajes, algo impensable con los palos y pelotas de hace dos o tres décadas.
"Las canchas como Los Leones o el Country Club han tenido que reinventarse y ajustarse a los tiempos. De todas maneras, se siguen defendiendo de buena manera, a mi juicio", sostiene Nicolás Geyger, golfista nacional con experiencia en circuitos de EE.UU. y Europa.
Los ajustes se ponen a prueba desde hoy, en el 65º Abierto de Los Leones, con más de un centenar de jugadores de todo el continente, que buscan suceder al argentino Marcos Montenegro, campeón el año pasado en desempate.
"Hoy tenemos más información respecto del entrenamiento, los golfistas se preparan mejor desde el punto de vista físico, lo que les permite pegar más fuerte. Además hay monitores que entregan formación de cómo sale la pelota y que logran maximizar el uso de la tecnología", apunta Geyger, que será uno de los protagonistas del torneo.
"Ha cambiado mucho el juego, y las canchas como Los Leones tienen que adaptarse para que se mantenga la idea original. Vimos los cambios y están muy buenos", complementa Gabriel Morgan, que viene de jugar el Challenge Tour europeo.
Los Leones no es, en todo caso, el único club local que ha modificado sus fairways para endurecer la faena de los profesionales. El Country Club, sede del Chile Classic, ajustó su diseño a la exigencia del Korn Ferry Tour y también amplió los fairways con salidas nuevas en los hoyos 2, 9, 13 y 18, entre otros ajustes notorios.
"Le agregaron búnker y trampas en varios sectores que obligan a pensar un poco más los tiros, a meditar las decisiones. Es bueno, porque te hace pensar más qué golpe conviene, le da más juego a las decisiones", cree Morgan.
"Insisto que las canchas en Chile se defienden bien, tienen buena calidad técnica, gente como el 'Jota' Velasco en Los Leones se ha preparado, ha venido gente del PGA Tour a analizar las canchas, más allá de que efectivamente se están quedando cortas con las nuevas tecnologías", sostiene Geyger.
El año pasado, Montenegro, el campeón, celebró con un acumulado de -13 en tres rondas. "Sí, cuando vienen jugadores de afuera hacen pocos palos, pero tampoco se puede crecer mucho. Augusta, por ejemplo, tiene los recursos para comprar un terreno aledaño y así alargar el campo", plantea el jugador.
De todas maneras, Geyger hace una reflexión. "Pese a todo, el socio quiere tener una cancha competitiva, pero no extremadamente difícil. La realidad dice que el 1% de quienes juegan lo hacen de manera competitiva. Por eso, la idea es que los socios tengan una cancha de buena calidad pero que tampoco sea injusta", cierra.