Viernes, 21 de Noviembre de 2025

¿En qué se distinguen realmente los buenos CEO?

ChileEl Mercurio, Chile 21 de noviembre de 2025

Se habla mucho sobre los CEO o gerentes generales, pero casi nadie entiende qué significa ser un buen CEO

Se habla mucho sobre los CEO o gerentes generales, pero casi nadie entiende qué significa ser un buen CEO. En mi experiencia, los mejores CEO no son héroes, ni gurús, ni genios visionarios... son más bien disciplinados, conscientes, responsables y confiables.
También se distinguen por algo que no es tan fácil hacer: tomar decisiones difíciles oportunamente. Los grandes líderes no se hunden en análisis eternos ni se esconden detrás de comités. Saben que decidir tarde es, muchas veces, peor que decidir mal. Y sí, a veces se equivocan... pero nunca se paralizan. Esa valentía ejecutiva no es glamorosa; a veces es incómoda, solitaria y exige una resistencia mental que pocos soportan.
Destacan además por su capacidad para construir equipos que funcionan bien, no solo dar órdenes a sus subalternos. Un CEO mediocre empuja, presiona y microgestiona; uno excelente construye estructuras que funcionan incluso cuando él no está. No buscan ser imprescindibles. Esa es la ironía del liderazgo real: cuanto más grande es tu impacto, menos dependiente debe ser la organización de ellos.
Además, los CEO sobresalientes poseen una cualidad no tan común: escuchan más de lo que hablan. No confunden su visión con lo que conviene hacer. Absorben perspectivas, confrontan sus sesgos y permiten que la realidad -no su ego- guíe sus decisiones En un mundo en el que cada líder se vende como infalible, los mejores son los primeros en admitir que no lo saben todo.
Otro rasgo clave en los CEO excepcionales es el domino de su agenda. Tienen claridad respecto a qué merece atención y qué se puede postergar o ignorar. Saben que su tiempo es un activo crítico y lo manejan responsablemente. No se dedican a apagar incendios que otros pueden manejar; saben repartir sus esfuerzos entre las necesidades del presente y las oportunidades que se les presentan a futuro a la empresa.
Por último, los mejores CEO cuentan con una habilidad que pocos poseen: elevan el estándar de todos a su alrededor. No toleran la mediocridad, excusas ni zonas de confort disfrazadas de "prudencia". Son exigentes, a veces en exceso, y también desafiantes... porque saben que las organizaciones no rinden ni se transforman, cuando no existe una razonable ambición y metas exigentes.
Saben relacionarse con los dueños y los directores en forma constructiva. No están para recibir órdenes de cómo administrar la empresa. Entienden bien el rol que les cabe a ellos y el que le corresponde a los dueños y los directorios. Ahora, una de las labores importantes de los directorios es no solo cambiar a los CEO que no cumplen debidamente con su rol, sino que también ayudar a los buenos CEO a ser aun mejores.
Muchos CEO creen que dirigen sus empresas razonablemente bien. Pero la realidad es que no son muchos los que lo hacen con real excelencia. Pero en Chile, por fortuna, contamos con varios CEO que cumplen muy bien su rol.
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