Sábado, 22 de Noviembre de 2025

No quiere a la U

ChileEl Mercurio, Chile 22 de noviembre de 2025

Michael Clark, presidente de Azul Azul, la sociedad anónima que maneja Universidad de Chile, tiene todo el derecho a defenderse ante la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) y los tribunales de justicia, que investigan las eventuales irregularidades y delitos económicos que habría cometido Sartor, la administradora que gobierna el club

Michael Clark, presidente de Azul Azul, la sociedad anónima que maneja Universidad de Chile, tiene todo el derecho a defenderse ante la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) y los tribunales de justicia, que investigan las eventuales irregularidades y delitos económicos que habría cometido Sartor, la administradora que gobierna el club. Es lo justo que alegue inocencia y apunte a limpiar su nombre y su honor.
A lo que no tiene derecho Michael Clark es a arrastrar con su situación personal y procesal al equipo de fútbol que lleva el nombre de la Casa de Bello, el Alma Máter dela República, cuna de buena parte de los Presidentes, ministros de Estado y premios nacionales.
Clark está en pleno uso de sus facultades para revertir la durísima sanción de la CMF y los efectos colaterales que vendrán desde los tribunales ordinarios. El partido lo tiene cuesta arriba. Los argumentos esgrimidos por el organismo regulador ilustran un panorama casi irremontable.
Si Clark fuera un tipo prudente, pero ante todo consciente de lo que implica y significa la U, habría renunciado al cargo, dejando a alguien de su confianza en la testera. Pero sabemos que no lo es. En los últimos meses, envalentonado por alguna circunstancia futbolística o dramática, como lo ocurrido en Avellaneda en la llave con Independiente por la Copa Sudamericana, salió al ruedo con frases tribuneras y conspiratorias sobre las prácticas y las conductas del periodismo.
En este escenario, las declaraciones de la rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés, en el marco de la ceremonia por los 183 años de la casa de estudios, fueron muy duras. "Nosotros llevamos mucho tiempo preocupados, y lo hemos dicho: no nos gusta cómo se ha llevado el club, no nos parece que ha sido completamente transparente, y lo que estamos viendo ahora, es como algunas de esas preocupaciones se están también respaldando de manera más institucional", dijo la académica.
Las palabras de la doctora Devés pueden ser el punto de partida, en una escalada que termine con la intromisión de Clark y Sartor en la U. El contrato de concesión resguarda a los propietarios de Azul Azul, pero es innegable que la conducta de los regentes mayoritarios de la concesionaria afecta y daña la imagen de la universidad.
El fallo de la CMF deja en claro, además, que la carta enviada en su momento al rector Ennio Vivaldi escondía información. También, ahora de manera oficial, a través de un órgano del Estado, comprobamos los vínculos de Victoriano Cerda y Marcelo Pesce con la propiedad de Azul Azul, pese a que lo negaron de manera sistemática y desafiante.
Lo concreto es que la presencia de Michael Clark perjudica a Universidad de Chile en las decisiones de mediano y largo plazo, porque el día a día se puede resolver desde la operación del club, aunque no es lo óptimo. Si el timonel pondera su accionar, medita sobre el rol que incumbe al presidente de Universidad de Chile, debería alejarse. El problema es que eso no sucederá y seguirá aferrado al cargo hasta que la institucionalidad chilena concluya su tarea. Es entendible: la U nunca le interesó.
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