Del dolor a la felicidad: el camino de Margarita
En 2000, Margarita García soñaba con recorrer el Camino de Santiago para celebrar el Jubileo Católico
En 2000, Margarita García soñaba con recorrer el Camino de Santiago para celebrar el Jubileo Católico. Tenía 33 años, un alto cargo en Venezuela y un estado físico envidiable gracias al ciclomontañismo. Pero priorizó el trabajo y archivó ese sueño. Dieciocho años después, en Colombia, "la vida me zarandeó": dos accidentes absurdos la obligaron a escuchar ese llamado interno que ignoraba. El primero: tacones, afán y un piso mojado ocasionaron que cayera sentada y se fracturara los discos lumbares y el coxis. Los dolores irradiaban todo su cuerpo; no podía estar sentada más de veinte minutos ni cargar su bolso. Seis meses después, una lámpara cayó sobre su cabeza. "Otro llamado: ‘oiga, usted tiene que salir de ahí’. Esta vez renuncié al trabajo, pero los dolores se intensificaron y no podía casi moverme". Recorrió médicos, fisioterapeutas, acupunturistas y neurocirujanos. Una cirugía falló, tuvo que ser rectificada. Más adelante el médico le recomendó quitarse el coxis, con 20 % de probabilidad de no funcionar. Ocho días antes de la intervención, una fisioterapeuta se opuso: "Te sacaré adelante, pero dame todo de ti". Comenzó reestructuración postural global y a los 57 años se entregó totalmente: fortalecer la columna, entender su cuerpo, dominar el dolor. El 29 de mayo de 2024 decretó: "En tres meses me voy a hacer el Camino de Santiago". En agosto pasado, a sus 58 años, recorrió 115 kilómetros desde Sarria hasta Santiago de Compostela durante 10 días de conexión con la naturaleza y consigo misma. "No tomé ni un acetaminofén, fue hermoso. Me cambió la vida. Viví un proceso de enamoramiento de mí misma, del Dios en el que creo y del universo. Sentía orgullo profundo de haberlo logrado, una alegría que sale del corazón". Margarita reconoce que la vida le dio esas lecciones dolorosas para tomar la decisión correcta.