El gobernador de Entre Ríos y el intendente de Colón transmitieron preocupaciones ambientales, que fueron respondidas por el intendente Olivera; los argentinos destacaron además el "diálogo" iniciado con Lubetkin.
Fueron casi dos horas de reunión en el Palacio Santos, para tratar un tema que para el gobierno de Yamandú Orsi -y para el intendente sanducero Nicolás Olivera- es delicado, porque se trata de la suerte de la principal inversión extranjera de la historia en Uruguay: la instalación de una planta de hidrógeno verde en la costa de Paysandú, un emprendimiento estimados en unos US$ 6.000 millones y que generará unos 600 puestos de trabajo -entre directos e indirectos.
El proyecto está recién en sus etapas iniciales -de elaboración de informes y de primeras habilitaciones a nivel del Ministerio de Ambiente- y, en función de algunos reclamos civiles y políticos que comenzaron a surgir desde el otro lado del río, el canciller Mario Lubetkinresolvió iniciar de inmediato un "diálogo informativo" que se propondrá mantener "fluido y transparente" a lo largo de este proceso, como se estableció en una declaración de prensa que divulgó ayer de tarde el Ministerio de Relaciones Exteriores, luego de recibir a su par de Argentina, Pablo Quirno -con quien se inició un vínculo fraterno que destacan en el gobierno uruguayo (ver recuadro)-, al gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio y al intendente de la ciudad de Colón, José Luis Walser, entre otros integrantes de la delegación extranjera.
El encuentro versó básicamente sobre el que convocaba a todas las partes: recibir planteos o "reflexiones" -así le llamó Lubetkin en rueda de prensa- que los argentinos tienen en relación al proyecto que busca llevar adelante HIF Global -que pretende producir combustibles sintéticos para exportarlos a Europa- para que los jerarcas uruguayos tomaran nota.
Formalmente, lo que se dio a conocer en el comunicado de la Cancillería uruguaya es que la delegación del país hermano transmitió "el especial interés argentino de extremar los recaudos para evitar efectos perjudiciales sobre las actividades económicas preexistentes de las poblaciones ribereñas, vinculadas al uso racional del Río Uruguay, lo que fue acompañado por el Gobernador Frigerio y el Intendente Walser."
Y que hubo inquietudes vinculadas a "la localización y la correspondiente 'contaminación visual'", todas consideraciones que "serán incorporadas en la actual fase de análisis de este emprendimiento en Uruguay".
Pero lo cierto es que, y como ha sido público y en distintos medios los días previos, la exigencia de relocalizar la planta estuvo arriba de la mesa, y fue planteado explícitamente por el intendente de Colón, así como por el gobernador de Entre Ríos, según señalaron a El País participantes de la reunión -y en la que también estaban presentes los ministros de Ambiente, Edgardo Ortuño, y de Industria, Fernanda Cardona, además del intendente Olivera. Walser, por ejemplo, reiteró algunas expresiones manejadas luego de encabezar una marcha vecinal que se hizo en Colón el pasado 19 de noviembre, tras la que exigió mantener un encuentro directo con el presidente Orsi para que "escuche" a la comunidad de esta ciudad y sepa que "esa planta no puede instalarse en ese lugar". "Se terminan los tiempos institucionales y de Cancillería, y hay que empezar a tomar decisiones", declaró también entonces. Y, en lo conceptual, lo reiteró en la reunión de este miércoles.
Esa intervención generó una respuesta de parte de Olivera, quien aseguró que "entendía" el reclamo de su colega, pero que su tarea era la de "defender la localización de la planta" y la importancia de la "inversión" que ella supone para Paysandú.
La postura de Olivera es conocida: la relocalización no es negociable, porque eso supondría retroceder "dos o tres años" en el proceso, lo que implica engorrosas audiencias públicas y profundos trabajos de recategorización de suelos.
Con otras palabras, Frigerio transmitió el mismo mensaje, según dijeron fuentes de su entorno a El País, dado el "impacto negativo que tendrá en el turismo y el desarrollo sostenible en la costa sobre el Uruguay". El equipo de prensa del gobernador, además, divulgó horas después un comunicado en el que se consignó que Frigerio "volvió a plantear la relocalización de la Plaza en Paysandú", aunque al mismo tiempo destacó "el diálogo con el gobierno uruguayo", y que las negociaciones "continuarán a principio del próximo año".
El canciller Quirno, por su parte, dejó en claro que "si hay algo a lo que Argentina no se va a oponer nunca es a la inversión", y rechazó una reedición del conflicto generado entre ambos países a principios de este siglo, con la instalación de la planta de celulosa en Fray Bentos. Su gobierno, sostuvo, "siempre va a intentar mantener la situación calmada", y agregó que tanto Argentina como Uruguay no debían "pasar nunca más" por un hecho de esas características.