Viva la competencia
La sociedad uruguaya tiene mucho para aprender de lo que está pasando en el fútbol.
Falta casi un mes para que termine el proceso licitatorio por los derechos de televisión del fútbol uruguayo, pero ya hay dos cosas claras: el fútbol aumentará significativamente sus ingresos y la competencia funciona.
No hay cifras definitivas porque la puja en los principales "lotes" continúa, pero todo indica que a partir de 2026 el fútbol uruguayo recibirá alrededor de 50 millones de dólares. Esto es casi el triple de lo que percibe hoy y más del doble de lo que se ofrecía para evitar la licitación.
Para sorpresa solo de quienes desconocen lo básico de economía, esta licitación pública -aun con la posibilidad de igualación por parte de Tenfield- elevó el valor que percibirá la AUF y los clubes. No hay magia: cuando hay competencia real, los precios dejan de reflejar inercias históricas y se acercan al verdadero valor de los bienes. El fútbol uruguayo, con todos sus problemas, sigue siendo un producto atractivo, con audiencia asegurada y una tradición que pesa.
Y esto no es un alegato contra Tenfield. Cualquier relato de "buenos y malos" es una tontería. Tenfield y Casal tuvieron un rol importante en la modernización del fútbol, y la posición de cualquier empresa es intentar mantener su posición. Lo sorprendente, en este caso, fue la enorme cantidad de clubes que se oponían a intentar obtener más recursos por su propio producto. Clubes que argumentaban que era mejor no licitar y que nadie iba a ofrecer nada.
Según informa Montevideo Portal, por el lado del cable avanzan dos consorcios -DirecTV-Torneos y Telecom GSM Cono Sur (Grupo Clarín)-, mientras que por el streaming compiten Tenfield y Team Click SAS (Antel-Sports Media), con ofertas que duplican la base fijada. Estos son los principales lotes en disputa, de los cuáles sale la parte mayor de lo que percibirá la AUF.
La posibilidad de que los derechos de cable y streaming queden en manos distintas abrirá un mercado más complejo, pero también más dinámico. Puede generar tensiones, sí, pero también innovación: mejores transmisiones, más opciones para los hinchas y nuevas estrategias de distribución. Cuando un monopolio se quiebra -aunque sea parcialmente-, lo que suele emerger no es caos, sino creatividad.
No tengo elementos para afirmar que este fue el mejor diseño licitatorio posible. Pero aun sin entrar en esas especificidades, queda claro que, también en el fútbol, más competencia implica un mejor producto y un mejor precio. Si había otras empresas interesadas en comprar nuestro fútbol, entonces los clubes estaban recibiendo menos de lo que valía.
La sociedad uruguaya tiene mucho para aprender de lo que está pasando en el fútbol. Tenemos demasiadas "vacas atadas". Algunas se han ido desatando -la portabilidad numérica, la apertura del corralito mutual-, pero quedan muchas otras: restricciones a importar, límites a nuevos comercios, monopolios legales, etc.
La regla universal es conocida: las empresas y sectores protegidos siempre encuentran argumentos para explicar por qué "en su caso" la competencia no sirve. Pero cuando finalmente se desata la vaca, casi nunca se vuelve atrás. Y todos terminan preguntándose cómo fue que permitimos esa situación durante tanto tiempo.