El panorama de las finanzas si se hunde la reforma tributaria

Noelia Cigüenza Riaño- subeditora de economía y negocios @noe_cig
Si bien la ley de financiamiento, o más conocida como reforma tributaria, del gobierno de Gustavo Petro, que busca recaudar 16,3 billones de pesos en el 2026, sigue viva en el Congreso, lo más probable es que se hunda en su debate del próximo martes en las Comisiones Económicas. Esto por cuenta de que una gran cantidad de congresistas están en desacuerdo con el proyecto, en su mayoría senadores, y aunque el jueves se rompió el quórum -lo que le deja al Gobierno más días para buscar votos-los parlamentarios insisten en que negarán la iniciativa. "Decidieron alargar la ‘agonía’'. Está claro que los votos de la Comisión Tercera del Senado que van a hundir la tributaria no los voltea nadie. Los colombianos pueden estar tranquilos", aseguró el senador Efraín Cepeda. De llegar a materializarse esta situación, al Ministerio de Hacienda que lidera Germán Ávila le tocaría recortar esos 16,3 billones de pesos del Presupuesto General de la Nación del próximo año, lo mismo que ocurrió en este 2025. "Si la reforma no es aprobada o lo es parcialmente, la normativa vigente exige una reducción por un monto equivalente en el gasto", señala el Comité Autónomo de la Regla Fiscal (Carf). Aunque se acordó bajar el monto en 10 billones de pesos -la propuesta inicial era de 556,9 billones y una tributaria de 26,3 billones de pesos-, el Congreso le aprobó al Gobierno un presupuesto de 546,9 billones de pesos para el 2026, de los que 16,3 billones estaban supeditados a la aprobación de una tributaria. Hay que recordar que este es el segundo año consecutivo en el que el Gobierno presenta un presupuesto atado a la aprobación de una reforma incierta para poder gastar más, pero sin tener los ingresos necesarios. Además, sería la tercera vez en la que el Ministerio de Hacienda tendría que aplazar recursos o realizar un recorte. Ya lo hizo este mismo enero del 2025 cuando el ya exministro de Hacienda, Diego Guevara, se vio obligado a congelar 12 billones de pesos, los cuales no logró recaudar en su tributaria. Debido a ello, anunció que se sacrificaron recursos en más de 40 rubros, y entre los más afectados estuvieron las carteras de Hacienda, Transporte, Trabajo, Defensa, Igualdad y Equidad, Interior, Vivienda y Salud. Es preciso indicar que todavía está pendiente hacer ese recorte y que debería realizarse en esta vigencia. Tampoco hay que olvidar que en el Presupuesto del 2024 se incluyeron ingresos por 10 billones de pesos que vendrían del arbitramento de litigios de la Dian, un proyecto de ley que nunca se llevó a cabo y que, sumado al bajo recaudo de ese año, presionó al exministro Ricardo Bonilla a realizar un recorte de 28 billones de pesos. Los posibles escenarios Durante el consejo de ministros realizado el martes en la Casa de Nariño, el presidente Gustavo Petro advirtió que, si el Congreso no aprobaba la tributaria, el país podría entrar en default, es decir, incumplir su deuda al no tener la capacidad de seguir honrando los créditos que tiene. Esta afirmación es calificada por José Manuel Restrepo, exministro de Hacienda y actual rector de la Universidad EIA, como "imprudente" y que puede llegar a afectar la percepción de las calificadoras de riesgo y los inversionistas. "Aun si el Gobierno logra aprobar su tributaria, no lograría cubrir la desfinanciación que existe para el próximo año y que supera los 45 billones de pesos", aseguró. Para la excodirectora Carolina Soto, el país sí requiere una tributaria, pero una que sea integral y que modifique de manera estructural tanto los ingresos como los gastos, así como que permita la sostenibilidad de la deuda hacia adelante. Sin embargo, la que está sobre la mesa avanza "muy poco" en ese sentido. "El proyecto genera mayores distorsiones a la economía, poniendo en riesgo el crecimiento a futuro como es el caso de la sobretasa de renta para los sectores financiero y de hidrocarburos, el incremento en el impuesto al patrimonio o los impuestos a los licores destilados, en detrimento de los ingresos departamentales", opinó, al tiempo que dijo que el Gobierno tiene la llave para una fuente equivalente de ingresos, sin hacer una reforma legal, y es la eliminación de los subsidios al ACPM, lo que representaría cerca de 12 billones. Algunas voces aseguran que lo que debería hacer el Gobierno el próximo año es ser más austero en línea con la difícil situación que atraviesan las finanzas públicas. Y es que, según el último pronunciamiento del Carf, al cierre de este 2025 la situación fiscal estructural del país, medida a través del balance primario, se deterioraría respecto del escenario presentado por el Gobierno. En parte, esta situación se daría por el bajo desempeño que han tenido los ingresos tributarios respecto a la meta oficial. El propio director (e) de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian), Carlos Emilio Betancurt, reconoció esta semana que la entidad no cumpliría con su recaudo previsto de 305,4 billones de pesos. Para César Pabón, director de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, con la no aprobación de la ley de financiamiento, las finanzas del próximo año permanecerán al filo del precipicio, con déficits históricamente elevados que podrían alcanzar el 7,6 por ciento del producto interno bruto (PIB), el nivel más alto del último siglo -exceptuando la pandemia-. "La solución es implementar recortes presupuestales en las áreas donde aún hay margen, especialmente en los gastos de funcionamiento", argumentó. De igual manera, María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara Colombo Americana (AmCham Colombia), considera que el Congreso tiene la responsabilidad de corregir el rumbo de las finanzas sin una nueva tributaria, la cual desincentivaría el ahorro, la formalización y la inversión de largo plazo. "El Estado debe revisar la calidad y eficiencia del gasto, recortar expansiones de funcionamiento y priorizar inversión que genere crecimiento. Sin un ajuste serio del gasto, cualquier reforma tributaria es incompleta e injusta", manifestó. Adicional a ello, Lacouture indicó que lo que se debería hacer es atacar la evasión y los beneficios mal focalizados.