El costo del miedo

Lue Araújo
Hay costos visibles en las organizaciones: salarios, tecnología, rotación, ineficiencias. Pero existe un costo silencioso, profundo y casi siempre ignorado, que erosiona resultados, deteriora culturas y limita incluso las mejores estrategias: las personas le dedican tiempo y energía a esconder sus debilidades, sus limitaciones, sus miedos e inseguridades. ¿Qué sería de los resultados si toda esa energía se pudiera utilizar en benefi cio de la organización? En empresas de todos los tamaños, desde startups hasta multinacionales, los colaboradores gastan una parte significativa de su energía cubriendo sus debilidades, gestionando cómo son percibidos, evitando conflictos, disimulando incertidumbres y escondiendo sus limitaciones. El "trabajo oculto del miedo" es el mayor desperdicio de talento y de recursos en cualquier organización. Una persona puede tener un cargo que dice "gerente", pero un mindset que dice "miedo". La diferencia es abismal. He trabajado con líderes brillantes que en lo individual son geniales, pero en equipo no proponen ideas por temor al juicio, o que callan para no incomodar. No es falta de liderazgo, ni de capacidades, ni de talento. Es la ausencia de una cultura de desarrollo. Con el miedo la cultura se vuelve defensiva. La innovación … ¿cuál innovación? Los equipos se contraen. El miedo actúa como un impuesto emocional que las organizaciones pagan todos los días sin siquiera saberlo. Esta conversación se vuelve aún más urgente en un mundo donde la inteligencia artificial asume tareas que antes eran exclusivas de las personas. El valor diferencial ya no será quién ejecuta más tareas, sino quién piensa mejor, quién se atreve a cuestionar, quién innova, quién lidera conversaciones difíciles y quién es capaz de crear nuevas posibilidades. La tecnología elimina la excusa de la productividad. Lo que queda es el liderazgo humano. La única solución es un proceso de desarrollo humano, no una estrategia técnica. Ninguna herramienta de gestión, modelo operativo o sistema de incentivos puede compensar el impacto de una cultura que opera desde el temor. Una organización solo crece cuando las personas crecen. Cuando se transforma la mentalidad. He visto empresas multiplicar resultados en meses, no porque rediseñaron su estrategia, sino porque liberaron el talento, el liderazgo y la innovación atrapados detrás del miedo. Cambiaron su conversación. La cultura empresarial de Colombia necesita ese salto. No es solo el salto técnico, sino el mental. Porque las organizaciones no cambian cuando cambian sus planes: cambian cuando cambian sus creencias. Y nada limita más a una empresa, a un país o a una persona que un miedo no reconocido. La IA acelerará el trabajo. Pero solo el desarrollo humano acelerará el progreso. En esta nueva economía, la ventaja no será la efi ciencia: será el coraje.
Coach de mindset Correo-e: lue@luearaujo.com