IA: Innovar sin perder el alma
Yanet Londoño
La inteligencia artificial está reconfigurando la manera en que se diseña, se produce, y conecta con las familias, pero también es un reto a no olvidar lo esencial: la creatividad, la empatía y el propósito que nos inspiran a crear para los niños
Yanet Londoño
La inteligencia artificial está reconfigurando la manera en que se diseña, se produce, y conecta con las familias, pero también es un reto a no olvidar lo esencial: la creatividad, la empatía y el propósito que nos inspiran a crear para los niños. Vivir la transformación tecnológica desde el corazón en la moda infantil es una experiencia fascinante y profundamente humana. Durante los últimos años donde se ha visto cómo la IA ha pasado de ser un concepto lejano a convertirse en una herramienta cotidiana dentro del sector moda. Hoy nos ayuda a anticipar tendencias, optimizar inventarios, entender mejor a los consumidores y crear experiencias más personalizadas. Pero lo más importante no es la tecnología en sí, sino cómo se logra integrar con sentido. Creyendo firmemente en que innovar no es reemplazar lo humano, sino amplificarlo. Detrás de cada dato, algoritmo o recomendación automatizada hay un equipo que interpreta, que se pregunta, que imagina. Esa combinación —entre la precisión de la máquina y la intuición del ser humano— es donde ocurre la magia. En la moda infantil, esa magia se traduce en prendas que acompañan momentos, no solo temporadas; en experiencias que celebran el juego, la curiosidad y la libertad de ser. Liderar este tipo de cambios con la tecnología en su mayor auge, nos hace reflexionar sobre la importancia de mantener el equilibrio entre innovación y propósito. Las tecnologías emergentes pueden ser grandes aliadas, siempre que no perdamos de vista que trabajamos para personas, no para sistemas. Nuestro reto es usar la inteligencia artificial para potenciar la inteligencia colectiva: la de los equipos, los proveedores, los aliados y las familias que dan vida a las marcas. Apostándole siempre a la innovación con propósito: integrar herramientas de IA para acelerar decisiones, mejorar la trazabilidad y cuidar el planeta con una producción más consciente. Pero, al mismo tiempo, creyendo que lo más valioso no se programa: la emoción de un niño al estrenar una prenda, la sonrisa de una mamá al reconocer las marcas cercanas y confiables, o el orgullo de un colaborador que siente que su trabajo tiene sentido. La tecnología cambia, pero los valores permanecen. En un mundo cada vez más automatizado, humanizar la innovación es nuestra verdadera ventaja competitiva. Porque la moda, al final, no solo se trata de vestir cuerpos, sino de acompañar historias. Y tal vez ese sea el mayor poder de esta nueva era: recordarnos que las máquinas pueden procesar millones de datos, pero solo el corazón humano sabe interpretar los sueños. Ahí, en ese punto donde la razón se encuentra con la emoción, seguirá latiendo OFFCORSS: con la mirada puesta en el futuro, pero con el alma siempre del lado de la infancia.
Presidenta de OFFCORSS.