Viernes, 19 de Diciembre de 2025

Comercio, agroindustria y logística, motores

ColombiaEl Tiempo, Colombia 18 de diciembre de 2025

Manuel Julián Dávila Abondano
Santa Marta nació en 1525 como la primera ciudad fundada por europeos en Colombia

Manuel Julián Dávila Abondano
Santa Marta nació en 1525 como la primera ciudad fundada por europeos en Colombia. Desde entonces, su destino ha estado ligado al comercio, agroindustria y logística. En la colonia, fue puerta de salida para el oro, perlas y productos que bajaban de la Sierra Nevada. Quinientos años después, esa vocación sigue viva en un puerto de aguas profundas que es referente en eficiencia y confiabilidad en A. Latina. Su calado natural, su infraestructura multipropósito y la adopción de tecnologías de gestión avanzadas lo han posicionado, con mérito propio, como el puerto más confiable del continente en 2025. Pero la historia del puerto no se mide solo en cifras. Su verdadero valor está en la capacidad de conectar a Santa Marta con mercados estratégicos y en generar oportunidades para la gente. Así ocurrió con las rutas bananeras del siglo XX que movían fruta, cultura, relaciones y desarrollo. El banano no solo abrió mercado: fue el producto que le dio relevancia al puerto y al ferrocarril, y que consolidó la reputación del Magdalena como una región esencial para el comercio exterior. La importancia del puerto está asociada tanto al volumen exportado como a su impacto social. En este sentido, la articulación con el interior, proyectada a través de vías férreas que unen Chiriguaná con Santa Marta y La Dorada, será determinante para reducir costos, acortar tiempos y ampliar mercados para sectores como café, aceite de palma, banano, flores y maquinaria. Para una región agrícola como la nuestra, donde la agroindustria es motor natural del territorio, una red logística eficiente significa más que competitividad: es bienestar, empleo y oportunidades reales. Por ello, el puerto de Santa Marta está llamado a evolucionar hacia un hub que agregue valor y redistribuya carga hacia Europa y EE. UU., aprovechando sus recaladas frecuentes y su reconocimiento internacional. Dejar de ser un punto de tránsito para convertirse en epicentro productivo es el paso lógico dentro de una estrategia que combine infraestructura moderna con visión a largo plazo. Esto implica adoptar la logística 4.0, digitalizar procesos, incorporar energías limpias y diseñar obras resilientes que anticipen los desafíos. El turismo, comercio y agroindustria son las tres grandes oportunidades para impulsar el crecimiento sostenible de Santa Marta. Si queremos construir una ciudad más competitiva, necesitamos un pacto que trascienda coyunturas, que dé continuidad a proyectos estratégicos y promueva consensos duraderos. La infraestructura del mañana debe edificarse sobre una visión interinstitucional y multisectorial donde confluyan el sector público, el privado, la academia y la ciudadanía. Solo así podremos garantizar que el puerto, el ferrocarril y nuestro sector agrícola continúen siendo motores de progreso para los próximos 500 años.
CEO del Grupo Daabon.
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