Reencontrarse con grandes maestros

En la sala de exposiciones del Parque de las Esculturas acaba de inaugurarse una muestra de Mario Irarrázabal (1940). Reúne esculturas, reproducciones, maquetas y fotografías que reflejan el enorme trabajo tras la concreción e instalación de sus icónicas manos, que están en Punta del Este (1982), Madrid (1987), Antofagasta (1992), Venecia (1995) y Providencia (2024). "Tengo la esperanza de que la gente las quiera y las vea como algo positivo y optimista", ha dicho el escultor. Esta exhibición, que estará abierta hasta el 29 de marzo, justamente conmemora la instalación de la última "Mano abierta", que mide cuatro metros de alto y fue emplazada hace un año en el Parque de las Esculturas de Providencia.
Pensando en otro referente del arte chileno, solo quedan un par de semanas para apreciar el quehacer de Julio Escámez (1925-2015), muralista, grabador, ilustrador y docente, cuyo trabajo -de profundo sentido social- siempre se cimentó en las identidades territoriales, el patrimonio cultural y las historias de los paisajes y la cultura regional. El Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), en alianza con la Universidad de Concepción, presenta un amplio conjunto de piezas. Pinturas, grabados, dibujos, acuarelas y registros de murales emblemáticos, como "Historia de la medicina y la farmacología en Chile" (1957-1958), que el autor plasmó en la antigua Farmacia Maluje de Concepción. "Su legado no solo permanece vigente, sino que resulta fundamental para comprender los procesos culturales y profundizar en la vida y obra de un artista que abrió puentes entre dos países y que nos invita a pensar desde un mundo solidario", apunta Varinia Brodsky, directora del museo. Un tercer maestro con exposición por estos días es Ricardo Yrarrázaval (1931). "Tres décadas", que reúne interesantes pinturas suyas creadas entre 1964 y 1968, estará montada hasta enero en Il Posto.