Martes, 23 de Diciembre de 2025

No hablar del cuerpo de los demás: un aprendizaje que se debe trabajar desde el hogar

ColombiaEl Tiempo, Colombia 21 de diciembre de 2025

Evangelina Himitian - La Nación (Argentina)
Volvieron a verse para Nochebuena, después de dos años

Evangelina Himitian - La Nación (Argentina)
Volvieron a verse para Nochebuena, después de dos años. La familia de Mercedes R. regresó a Buenos Aires después de haberse trasladado al interior del país y ese era un reencuentro muy esperado. Estaban todos felices y la abuela de Mercedes no paraba de repartir, muy a su manera, "elogios". A Mercedes le dijo que estaba muy linda y acto seguido remató: "bajaste un montón". A Rocío, de 23 años, le dijo que qué estilizada que estaba. Después, a Tamara, de 15, le sugirió que en lugar de papas fritas comiera bastoncitos de zanahoria. La adolescente apenas levantó la mirada y volvió a zambullirse en su celular. Rocío subió a su habitación y bajó con una camiseta con el mensaje: "No se habla del cuerpo de otras personas". "No sé si la abuela lo entendió, pero fue una manera de ella de plantar una bandera y de parar esos comentarios que, aunque sean con buena intención, tienen una connotación negativa sobre la imagen corporal. La nueva generación lo tiene muy en claro, al menos en el discurso", dice Mercedes. Aunque hoy resultan inaceptables comentarios sobre el cuerpo de los demás en las redes (se ha visto cómo usuarios critican a personas que dejan mensajes sobre el peso de famosas en sus cuentas), el bodyshaming (humillación corporal) es una práctica mucho más habitual y naturalizada de lo que se cree, sobretodo en el seno de la propia familia, dicen los especialistas. Implica criticar o avergonzar a alguien por alguna característica de su cuerpo. Abarca críticas abiertas y descarnadas con el fin de burlarse y herir, pero también comentarios sutiles sobre la apariencia física. Bodyshaming es un término acuñado por el activismo gordo y por el feminismo como parte de la visibilización de la diversidad de los cuerpos, que hoy empieza a sedimentar, a hacer base entre los adolescentes. Esta premisa, de no hablar del cuerpo de los otros resulta muchas veces en una discusión sin punto de retorno entre abuelos, hijos y nietos: el detonante es un "comentario inofensivo". Autoestima Esta máxima que repiten los adolescentes como un mantra busca desnaturalizar comentarios sobre la apariencia física, que tienen un impacto negativo sobre la autoestima. "El bodyshaming es una forma de avergonzar sutil o abiertamente a quien no responde a un estándar de belleza asociado a la delgadez, incluso, muchas veces enmascarado en un discurso de salud, que no es tal. El famoso te lo digo por tu bien", explica la abogada feminista Lala Pasquinelli, fundadora del grupo argentino Mujeres que no fueron tapa. "La humillación corporal genera inseguridad, baja autoestima, confusión si mi cuerpo es o no adecuado", explica Alicia Alemán, psicóloga, coordinadora de La Casita en Argentina, centro especializado en trastornos de la alimentación en adolescentes, donde justamente durante la pandemia recibieron, al igual que otros centros, más casos que nunca. "El bodyshaming tiene efecto a corto y a largo plazo y mucho más en adolescentes que están construyendo su personalidad y las bases de su autoestima. De alguna manera, estos comentarios avergonzantes empiezan a instalar la idea de un cuerpo hegemónico, que todos tenemos que tener. Si no nos parecemos a esa figura o si hay partes de nuestro cuerpo que no encajan con ese ideal, hay algo en nosotros que está mal. Se instalan pensamientos, ideas o creencias en ese sentido y los adolescentes las viven como reales. Esto amenaza la propia seguridad todo el tiempo", asegura Alemán. Pueden ser comentarios abiertamente hirientes. Pero también esas "frases poco felices del tío que no nos ve hace tiempo", o de quien le aleja el plato de sándwiches a la adolescente "para que no se tiente", o incluso la frase del padre o de la madre que se preocupan cuando a sus hijos pequeños (la mirada suele ser más cruel hacia las mujeres) se les nota la barriga. "(En época de vacaciones), hay una idea de que hay un único tipo de cuerpo que merece ser exhibido en la playa. Y que los demás se deben ocultar. A las mujeres se nos demanda belleza y cualquiera cree que puede venir a exigirla. Es una forma de violencia simbólica", explica Pasquinelli. No es casualidad que en esta temporada se incrementen los comentarios sobre el cuerpo ajeno. Mucho más cuando se comparte con la familia en espacios de playa. "Hace un tiempo hicimos una encuesta que contestaron unas 8.000 mujeres de toda Argentina. El 97 por ciento dijo que en algún momento de su vida había hecho dieta. Y más del 67 por ciento dijo que le sugirieron bajar unos kilos entre los cinco y los 17 años. Esto quiere decir que hay una idea de belleza asociada a un estereotipo y esos son los únicos cuerpos que merecen ser mostrados. Los demás, según esta idea, deberían esconderse o taparse. Por eso llegan las críticas en el verano. Las mujeres reales y sus cuerpos no aparecen en las fotos. Lo paradójico es que los cuerpos de la mayoría de las mujeres no encajan en ese ideal de belleza. Sin embargo, cuando vamos a la playa nos terminamos escondiendo, creyendo que somos las únicas que no encajamos", asegura Pasquinelli. Redes y campañas "Desde hace unos años se viene instalando una campaña para evitar en redes el fat talking o food talking. No hablar de lo que uno come ni del cuerpo de los otros. Todavía creo que es un inicio. Por suerte, porque está a la vista las consecuencias negativas de hablar del cuerpo de los otros, pero todavía estamos en el inicio. Todavía está muy naturalizado en nuestra cultura el hablar del cuerpo de los otros. Hacemos estos comentarios: estás más linda, quiere decir que estás más flaca. Algunas adolescentes no tienen idea de que tener un abdomen tonificado es una característica genética de algunas personas. Y que somos todos distintos", apunta Alemán. Eso de estar mirando permanentemente el cuerpo de los otros es algo que hemos aprendido, asegura la psicóloga. Pero no hablar del cuerpo de los otros es solo el primer paso. "Deberíamos interpelarnos, no solo por lo que hablamos sino cómo miramos el cuerpo del otro. Y el propio", dice. Aunque muchos crean que se trata de comentarios bienintencionados o menores, los especialistas explican que el bodyshaming es una práctica que tiene por objetivo generar una emoción negativa en quien recibe el comentario para lograr un cambio en alguna conducta. Puede venir de muchos lugares: de los padres, de los pares, de los abuelos, de los docentes, de los médicos. "Detrás del bodyshaming hay una cultura de la delgadez obligatoria, de un modelo único de cuerpo. Está fundamentado bajo ciertos estereotipos de belleza. Hay un solo tipo de cuerpo validado y debe ser delgado", asegura Mercedes Estuch, representante en Argentina de la organización internacional AnyBody. "Tenemos que rever de dónde vienen esos estereotipos. Que no sea solo no opinar de los cuerpos, sino romper con la idea de que hay cuerpos mejores. Y que quienes nos alejamos de ese estereotipo tenemos algo que está mal y que hay que aceptarlo y ya. O hacer algo para cambiarlo. Lo que tenemos que cambiar es la mirada", remata Estuch.
Los especialistas explican que el ‘bodyshaming’ es una práctica que tiene por objetivo generar una emoción negativa sobre la apariencia de quien recibe el comentario para lograr un cambio en alguna conducta.
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