Ojos desde el espacio

Hoy, Chile, con satélites propios en el espacio, inaugura el Centro Espacial Nacional (CEN), en Cerrillos.
Más que una fábrica de satélites, que lo es, el CEN consolida décadas de atención chilena a asuntos espaciales. Hoy, los sensores satelitales pueden recoger datos que, mediante el análisis de inteligencia artificial, pueden mejorar nuestra calidad de vida, fomentar el desarrollo y afianzar la seguridad nacional.
La Fuerza Aérea de Chile había tenido ya en 1963 la visión de crear el Servicio Aerofotogramétrico (SAF), especializado en fotografía aérea, percepción remota y cartografía aérea. En 1964 surge el Instituto de investigación de recursos naturales, que el 2004 se transforma en Ciren y que hoy aterriza la información satelital en, por ejemplo, agricultores, geólogos, la industria forestal, la pesca, el cuidado medioambiental, el manejo de desastres.
Chile para 1973 había firmado y ratificado los principales tratados multilaterales sobre el uso pacífico del espacio ultraterrestre (el primero, en 1967).
La FACh en 1995 inauguró la puesta en órbita de satélites chilenos, con el FASat Alpha, al cual siguieron el Bravo (1998), el Charlie (2011) y el Delta (2023). Fuera de sus aportes de información, forman expertos en la tecnología satelital.
Por su parte, la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile hizo despegar su primer nanosatélite Suchai ("Esperanza" en mapudungún) en 2017 y los siguientes Suchai 2 y 3, más el Plantsat en 2023. Profesores y estudiantes abren estos ojos espaciales.
Y en 2024, montado en un cohete de Elon Musk, partió el Lemu nge ("Ojo del bosque" en mapudungún), satélite privado, impulsado por su creador, Leo Prieto, que negocia la información sobre la naturaleza, obtenida con cámaras de alta resolución.
El CEN, que inaugura hoy el Presidente Gabriel Boric, integra el Sistema Nacional Espacial, que comprende las capacidades espaciales chilenas, públicas y privadas, para desarrollar un Programa Espacial Nacional.
Espera coordinar la observación y gestión del territorio, el sistema de comunicaciones, la implementación de centros espaciales regionales y el sistema educacional. La observación y las comunicaciones satelitales caen de cajón.
Lo nuevo es aspirar a instalar capacidades de adquirir y procesar información empezando por centros en Antofagasta y Magallanes. Y, en educación, aportar estas innovaciones a todos los niveles.
El centro ocupa 5.800 m {+2} . Mira a un parque, es un recinto de acceso civil. En él, 120 expertos desarrollarán investigaciones, controlarán satélites en órbita, los fabricarán, procesarán datos, generarán aplicaciones, emprendimientos... Y abordarán desafíos.
Por ejemplo, el desafío de la contaminación de los cielos. Las autoridades de los telescopios en nuestro norte buscan tecnologías para invisibilizar los miles de satélites. Y surgen múltiples áreas para el derecho, la cooperación internacional y la industria.
En el CEN, con ojos.
Nota: ChatGPT aceleró la búsqueda de información para esta columna.