Miércoles, 24 de Diciembre de 2025

Balances contra realidad

ColombiaEl Tiempo, Colombia 24 de diciembre de 2025


Miguel Gómez Martínez
"La economía va bien pero el país va mal", es una trillada frase pronunciada por Fabio Echeverry, el más importante presidente de la Andi, a principios de los años noventa del siglo pasado


Miguel Gómez Martínez
"La economía va bien pero el país va mal", es una trillada frase pronunciada por Fabio Echeverry, el más importante presidente de la Andi, a principios de los años noventa del siglo pasado. El 2025, termina con un repunte económico. Muchos sectores cierran con buenos balances que pocos esperaban hace un año. Algunos, como la construcción y la salud, no celebran. Pero no se puede negar que, a primera vista, el año no fue malo. Pero el país va mal. Arrecia la inseguridad que nos recuerda los años terribles del narcotráfico y la guerrilla. Hoy tenemos que aceptar que esa alianza maldita controla sectores enteros del territorio donde impone su ley sin que el Estado pueda hacer nada eficaz para devolver la seguridad. Ataques a bases militares, bombas, secuestros, quema de buses, asesinatos selectivos, son noticias cotidianas. Cauca, Nariño, Catatumbo, Chocó, Arauca y regiones de Antioquia están como en los peores momentos antes de Uribe. El Estado, preso de sus contradicciones ideológicas, observa como el país se enciende sin responder pues ha desmantelado la capacidad de respuesta de las fuerzas armadas. Sobre las elecciones del 2026 pesa la nube de la violencia como en ningún momento desde 1998. El país va mal porque avanza, a ritmo cada vez más frenético, al abismo fiscal. Sin caja, la última operación de financiación pública por $23 billones se hace en condiciones financieras desesperadas con un prestamista secreto y un presupuesto desfinanciado. Recurre, a último momento, a una emergencia económica cuestionable para intentar llenar sus arcas y poder irrigar recursos en período preelectoral. A ello se sumará otro aumento desmedido del salario mínimo que penalizará la productividad y estimulará la persistente inflación. Es evidente que el gobierno moribundo parece descontar que perderá las elecciones y quiere heredar al próximo las peores condiciones posibles para forzarlo, de entrada, al peor ajuste de nuestra historia económica. Si ello es cierto, es muy probable que tenga éxito. Tiene todavía tiempo de hacer mucho daño. El país va mal porque los escándalos y la corrupción han llegado a lo más alto de la cúpula del Estado. Ministros y consejeros presidenciales presos o en fuga. Una justicia que avanza a paso de tortuga mientras los bandidos aprovechan los últimos meses del gobierno. Vendrán los sociólogos de la economía a argumentar que el 2026 es un año de Mundial de fútbol y los colombianos tendrán sus prioridades puestas en el balón y la selección. Que se venderán más televisores, alcohol y que, si pasamos a la segunda ronda, la economía se dispara. El problema es que las elecciones que definen nuestro futuro, que puede iniciar la recuperación o empujarnos definitivamente al abismo, se deciden en medio de distractores y una ciudadanía no muy consciente de lo que está en juego. Coletilla: Parece que Maduro y sus secuaces comerán, un año más, natilla y buñuelos.
Consultor empresarial migomahu@gmail.com
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