Encrucijada

El 2025 será recordado como un año difícil para Colombia. Empezó con señales de improvisación del Gobierno en un consejo de ministros y continuó con un deterioro profundo en la relación con Estados Unidos. A ello se sumaron decisiones asociadas a la llamada "paz total", percibidas como favorables a estructuras del narcotráfico. Ese conjunto de hechos terminó escalando hasta la inclusión del presidente Petro en una lista de narcotraficantes del Departamento del Tesoro, con las consecuencias conocidas: restricciones de visa y afectaciones financieras dentro y fuera del país, que también alcanzaron a integrantes de su entorno familiar vinculados a procesos judiciales. Fue un año en el que las instituciones respondieron. El Consejo de Estado, la Registraduría Nacional del Estado Civil, el Consejo Nacional Electoral y la Corte Constitucional preservaron los límites de la Constitución de 1991. No prosperó la idea de convocar una consulta popular para sortear la negativa del Congreso frente a la reforma laboral, intento que, de haberse concretado, habría desconocido la separación de poderes. El Senado de la República también cumplió su papel. Frenó una reforma de la salud que ponía en riesgo el sistema de aseguramiento y la operación de las EPS. También evitó una nueva reforma tributaria, aunque el Gobierno acudió a una emisión de bonos por US$ 6.000 millones, con una tasa cercana a 13,5 por ciento, muy superior a la que regía con la línea de crédito del FMI. Buena parte de ese endeudamiento se orientará a gasto corriente. Para completar, y aprovechando la vacancia judicial, el Gobierno decretó una emergencia económica cuyo fundamento y alcance deberán ser revisados por la Corte Constitucional. El entorno cercano del Presidente terminó inmerso en investigaciones por corrupción. Dos ministros y una alta consejera permanecen privados de la libertad, y el exdirector del Departamento Administrativo de la Presidencia Carlos Ramón González figura como prófugo de la justicia, al igual que el director de Función Pública. De cara al 2026, el país deberá cerrar este ciclo y encarar un calendario electoral decisivo. Entre marzo y junio se elegirá un nuevo Congreso y se definirán candidaturas presidenciales. Tendremos primera y, muy probablemente, segunda vuelta, en medio del inicio del Mundial de Fútbol en Estados Unidos y de un escenario de criminalidad que busca mantener beneficios obtenidos durante este periodo presidencial. La Sala de Instrucción de la Corte Suprema, previsiblemente, avanzará en decisiones sobre congresistas vinculados a la UNGRD, mientras la Sala de Juzgamiento podría pronunciarse en casos relacionados con aspirantes presidenciales. En el frente fiscal, comenzará a sentirse el faltante de caja para cumplir con contratos, salarios y pensiones, presionando la estabilidad presupuestal. La seguridad se agravará. Grupos ilegales y estructuras del narcotráfico fortalecidas en estos años seguirán desafiando al Estado. Ya lo vimos en Buenos Aires (Cauca) y Aguachica (Cesar). Sin capacidades sólidas de inteligencia y con mandos militares que no han acumulado la experiencia necesaria, el reto de recuperación será mayúsculo. Quien llegue a la Presidencia no podrá suponer que bastan discursos, anuncios o gestos simbólicos para contener la crisis heredada. El país enfrenta tensiones acumuladas en materia institucional, fiscal, social y de seguridad que no se resuelven con retórica. Si no se adoptan decisiones responsables, técnicamente sustentadas y respetuosas de la Constitución, podríamos entrar en un escenario de inestabilidad prolongada, con zozobra social y política, debilitamiento de la confianza ciudadana y mayor desgaste del Estado. Gobernar exigirá reconstruir reglas, restablecer la autoridad legítima y unir al país. Colombia no puede permitirse cuatro años más de ensayo y error. El petrismo debe ser derrotado con votos, con argumentos y con instituciones fuertes. A mis lectores les deseo un feliz año 2026. *Exfiscal General de la Nación. Profesor del Adam Smith Center for Economic Freedom, Florida International University (FIU)
Panorama para el 2026
Francisco Barbosa *
Colombia no puede permitirse cuatro años más de ensayo y error. El petrismo debe ser derrotado con votos, con argumentos y con instituciones fuertes.