‘El presidente que no fue’

Llama la atención que en estos últimos días del año no se hubiera mencionado el libro sobre la trayectoria política de Gabriel Turbay Abunader y la elección presidencial de 1946 que marcó un punto de inflexión en la historia de Colombia del siglo XX. El presidente que no fue es el libro del año. Sacó a la luz pública un episodio sobre el cual se sabía muy poco y sin sustento en la evidencia histórica. Era objeto de unos mitos que dominaron la versión de la historia política tradicional y no se habían investigado en profundidad. Pues bien. Olga Lucía González, una académica santandereana con varias maestrías y un doctorado en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, se dio durante varios años a la tarea de escudriñar la vida y las realizaciones de "uno de los hombres públicos menos conocidos de la historia reciente de Colombia. Un hombre con el que la política, que hoy nos aparece en su forma más detestable, tuvo contenido y norte". Gabriel Turbay nació en Bucaramanga en 1901, hijo de padres libaneses que habían llegado a Colombia en los finales del siglo XIX. Estudiante pobre, se graduó de médico de la Universidad Nacional y muy rápidamente descubrió que su vocación era la política. Hizo un paso breve por la causa comunista y por el ejercicio de su profesión, antes de llegar al Congreso en 1926 como liberal de izquierda. Allí protagonizó con Jorge Eliécer Gaitán el famoso debate contra el Gobierno por la matanza de las bananeras e inició una fulgurante carrera durante la República Liberal a partir de 1930, cuando participó activamente en la victoria de Enrique Olaya Herrera en compañía de los líderes del Partido Liberal. Esa carrera lo llevó a la Cámara, a la diplomacia como embajador desde 1930, con nombramientos y estadías breves en varias ciudades de Europa, que intercaló con el Ministerio de Gobierno en 1933 y debates en el Congreso, antes de ser nombrado ministro de Relaciones Exteriores en dos oportunidades por el presidente López Pumarejo, y embajador de Colombia en Washington en 1940 y en 1943, en plena Guerra Mundial. En 1944 regresó a Colombia y lanzó su candidatura presidencial. Mientras Turbay se desempeñaba con éxito en el Congreso, abogando por la reforma electoral y la potestad marital lo mismo que en los gobiernos liberales, Jorge Eliécer Gaitán apelaba a las masas y a la movilización en las calles. Era fundamentalmente un agitador, con un aparato de propaganda inspirado por su estadía en la Italia fascista como estudiante. Turbay y Gaitán, siendo muy distintos, habían tenido unas trayectorias paralelas. En julio de 1945, Turbay es elegido candidato a la presidencia para el período 1946-1950 por la convención del Partido Liberal reunida en Bogotá. En septiembre, Gaitán se proclama como candidato. El Partido Liberal se divide. La campaña adquiere un brutal racismo; se llamaba a Turbay "el turco", por ser hijo de libaneses, con episodios de sabotaje en su contra. Laureano Gómez -desde el conservatismo- apoyó a Gaitán, y los más sobresalientes líderes del liberalismo no respaldaron a Turbay; empezando por el expresidente López Pumarejo, quien sugirió un acuerdo con los conservadores en búsqueda de un tercer candidato. En la elección del 5 de mayo de 1946 ganó el conservador Mariano Ospina Pérez, con el 41 por ciento de los votos; Turbay fue segundo, con el 32 por ciento, y Gaitán, tercero, con el 27 por ciento. Fue el fin de los gobiernos liberales. Turbay se fue a París, en donde murió en 1947. A Gaitán lo asesinaron el 9 de abril de 1948. Estalló la violencia partidista y se quebró la democracia. Otra hubiera sido la historia de la segunda mitad del siglo XX si Gabriel Turbay hubiera sido el presidente en 1946. Pero no fue.
El libro del año
Carlos Caballero Argáez