La Nación, Costa Rica
27 de diciembre de 2025
Hoy, los líderes deben gestionar no solo cronogramas, presupuestos y riesgos técnicos, sino también las complejidades invisibles de las diferencias culturales.
En un mundo donde las empresas costarricenses cada vez más colaboran con equipos dispersos por América, Europa, Asia y África, una realidad se impone con contundencia: los desafíos culturales no son un "detalle" menor de la gestión de proyectos, sino un factor crítico de éxito o fracaso. Hoy, los líderes deben gestionar no solo cronogramas, presupuestos y riesgos técnicos, sino también las complejidades invisibles de las diferencias culturales.
La pregunta clave ya no es si un equipo es diverso, sino si está preparado para trabajar efectivamente pese a esa diversidad.
El riesgo subestimado de la diversidad cultural
Tradicionalmente, la gestión de proyectos ha puesto el foco en metodologías, herramientas digitales y estándares técnicos (como los promovidos por PMI o IPMA). En Costa Rica, programas de especialización profesional y cursos PMP han ganado popularidad precisamente porque elevan la capacidad de los profesionales para dirigir proyectos bajo estándares globales.
Sin embargo, estos enfoques técnicos no bastan cuando la mayor parte del trabajo estratégico recae en equipos multiculturales, distribuidos y virtuales que operan con normas no escritas de comunicación, toma de decisiones y resolución de conflictos.
Las investigaciones más recientes sobre equipos globales han identificado que la diversidad cultural no es un problema aislado, sino un factor que puede condicionar resultados tangibles como el cumplimiento de plazos, el control presupuestario y la satisfacción de los interesados.
Qué dicen los estudios sobre la relación entre cultura y desempeño
Un estudio cualitativo de 2025 publicado por Harrisburg University examinó cómo la diversidad cultural —incluyendo nacionalidad, idioma, valores y costumbres— influye en el desempeño de equipos de proyecto en entornos multiculturales. La investigación concluyó que estos factores culturales afectan directamente indicadores medibles como la adhesión al cronograma, la calidad de los entregables y la satisfacción de las partes interesadas.
Esto no ocurre porque la diversidad sea intrínsecamente problemática, sino porque, sin estrategias deliberadas para gestionarla, las diferencias culturales se traducen en malentendidos, expectativas no alineadas y decisiones subóptimas.
Otro cuerpo de investigación centrado en "inteligencia cultural" (CQ, Cultural Intelligence) ha demostrado que esta capacidad —entendida como la habilidad de comprender, interpretar y responder adecuadamente a comportamientos culturales distintos— tiene efectos concretos sobre la claridad de roles, las normas de comunicación y la confianza interpersonal dentro de equipos globales.
La inteligencia cultural no es solo "sensibilidad" o "empatía": es una competencia operacional que influye en cómo los equipos se alinean frente a objetivos y procesos, y cómo afrontan las inevitables tensiones que surgen en proyectos complejos.
Costa Rica: una economía global, un reto local
Costa Rica, con una economía profundamente orientada a la exportación, zonas francas con talento multicultural y una creciente participación en cadenas globales de valor, no está exenta de estos desafíos. Empresas de tecnología, servicios compartidos, manufactura avanzada y consultoría dirigen proyectos de alto impacto a nivel internacional, donde miembros de equipos residen en Costa Rica, México, Estados Unidos, Europa y Asia.
Para muchos líderes costarricenses, el reto es doble:
La realidad empresarial local muestra que los líderes que descuidan estos elementos enfrentan costos indirectos importantes: retrabajo, interpretaciones incorrectas de requerimientos, fricciones en la comunicación y obstáculos en la toma de decisiones —todos efectos que se traducen en retrasos y sobrecostos que impactan competitividad.
La inteligencia cultural como ventaja competitiva
Una perspectiva errónea común es pensar que la diversidad enriquece solo si todos "hablan el mismo idioma". Pero la evidencia revela que no es el idioma lo que más impacta, sino cómo se interpretan las señales, cómo se negocia el desacuerdo y cómo se construye la confianza entre personas con marcos culturales distintos.
En contextos multiculturales, estilos de comunicación varían radicalmente: en algunas culturas se valora la comunicación directa y explícita, mientras que en otras se privilegia la armonía y la lectura contextual. Un líder que no reconoce estas diferencias puede interpretar mal el silencio de un colaborador como conformidad, o un acuerdo formal como un compromiso real, generando riesgos inadvertidos para la ejecución del proyecto.
Costa Rica, conectada tanto con culturas latinoamericanas como anglosajonas y europeas, debe formar líderes que dominen no solo metodologías, sino también habilidades interculturales estratégicas.
Cómo aplicar inteligencia cultural en la gestión cotidiana
La inteligencia cultural puede incorporarse de varias maneras prácticas en la gestión de proyectos:
Estas prácticas no solo reducen malentendidos, sino que también potencian la colaboración y elevan la calidad de los resultados finales.
Conclusión: un llamado a la conciencia estratégica
La globalización de proyectos ya pasó de ser una tendencia a ser una realidad operativa para líderes en Costa Rica y en toda la región. Hoy, la gestión de proyectos requiere tanto competencias técnicas como una comprensión profunda de cómo las culturas interactúan y se influyen entre sí.
Los estudios contemporáneos muestran que la falta de inteligencia cultural no es un problema menor, sino un factor que puede afectar directamente los resultados de los proyectos.
Para Costa Rica, esto representa no solo un reto, sino una oportunidad competitiva. Los líderes que integren la inteligencia cultural en sus procesos estratégicos estarán mejor posicionados para:
En un entorno global cada vez más competitivo, la inteligencia cultural debe dejar de ser una curiosidad académica para convertirse en una competencia fundamental de liderazgo. Los líderes que comprendan y apliquen este enfoque no solo gestionarán proyectos; transformarán la manera de trabajar en contextos multiculturales, asegurando que Costa Rica continúe siendo relevante y competitiva en la economía global del siglo XXI.
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La autora es gerente general de WEVE Technology S.A., consultora y coach empresarial