Al año del tricolor no le faltó emoción. Tuvo tres cuerpos técnicos, con el adicional del interinato de Martín Ligüera por dos partidos, y terminó celebrando el título con Jadson Viera como líder.
Al año de Nacionalno le faltó ninguna emoción. En plena campaña electoral, durante diciembre de 2024, Flavio Perchman le dijo a Ovación que, en caso de que no siguiera Martín Lasarte, el designado para el cargo de entrenador sería Jorge Bava o, en su defecto, Jadson Viera. Tras ser electo como vicepresidente en la dupla conformada con Ricardo Vairo, comenzó el runrún en relación al futuro de Lasarte, que finalmente arrancó el 2025 liderando al plantel.
El 26 de enero, cuando el tricolor tenía en juego su primer título oficial, salvó con buena nota al imponerse 2-1 ante Peñarol en la Supercopa Uruguaya con goles de Nicolás López y Jeremía Recoba. El debut frustrado en el Apertura con derrota incluida frente a Montevideo City Torque encendió las alarmas, pero todo se mantuvo igual hasta la novena fecha: Juventud le ganó 2-1 a Nacional en el Gran Parque Central y se produjo el primer golpe de timón con la destitución de Lasarte. Martín Ligüera asumió como interino en un momento complejo y tiempo después Diego Polenta, el capitán, anunció su retiro del fútbol.
Comenzó la danza de nombres. Jadson Viera agradeció el ofrecimiento, pero optó por honrar el compromiso que había asumido con Boston River. Y el elegido fue Pablo Peirano, quien desde el plano de la eficacia cumplió al ganar el 78% de los puntos, pero falló en instancias claves. Obtuvo una victoria importante ante Bahía en Brasil por Copa Libertadores, pero cayó ante el mismo rival en el GPC y, de visita, dejó dos puntos clave ante Inter de Porto Alegre después de ir ganando 3-0. No pudo pasar la fase de grupos ni entrar en Copa Sudamericana.
En el plano local, peleó el Apertura hasta la última fecha, aunque Liverpool se terminó quedando con la corona. Después ganó sin atenuantes todos los partidos del Torneo Intermedio hasta que llegó a la final, donde cayó por penales ante Peñarol.
Ya en la segunda fecha llegó un cimbronazo luego de que fueran goleados 3-0 en el Estadio Campeón del Siglo ante su tradicional rival. "Era un clamor popular sacarlos y nosotros lo mantuvimos 11 fechas más, no fue que lo tuvimos dos partidos", le dijo Flavio Perchman a Ovación el 13 de noviembre. El punto de quiebre se produjo después de la igualdad 0-0 ante Wanderers por la fecha 13 del Clausura. "Yo salí del Parque Viera convencido de que el ciclo se había terminado. Después de que Peñarol perdió en el Tróccoli, teníamos otra vez la mesa servida y no podíamos dejarla pasar contra el peor Wanderers que yo he visto en Primera División. Después del empate entré a temer por la Tabla Anual y de alguna manera fui el abanderado del cambio de un técnico que yo siempre quise tener en Nacional", añadió el dirigente del Bolso.
Jadson Viera asumió en Nacional un 28 de octubre con una palabra como insignia de su proyecto: unidad. Mantuvo charlas personales con cada futbolista y les marcó aspectos a corregir, pero sobre todo les transmitió confianza y dos conceptos que Christian Oliva, Gonzalo Carneiro y Christian Ebere se encargaron de revelar: tranquilidad y confianza. Tras dos empates ante Cerro y Defensor Sporting, el técnico mostró su valía a la hora de la verdad. Sorprendió con su planteo táctico en la final de ida optando por dejar en el banco a López y Maxi Gómez, dos de las figuras del año, y tanto Ebere como Gonzalo Carneiro le respondieron con creces. En la vuelta, Viera dio el golpe de efecto al darle ingreso a Ebere, el autor del gol del título en una final histórica. Por el valor deportivo y también simbólico de un trofeo que llevaba el nombre de Juan Manuel Izquierdo, y que su familia pudo disfrutar en el campo de juego junto con Diego Polenta.