"La ronda infinita": 28 artistas mujeres en torno a Gabriela Mistral

El Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) inauguró hace unos días "La ronda infinita", muestra que invita "a pensar y mirar a Gabriela Mistral desde las artes visuales". Josefina de la Maza, curadora de la misma, explica que el nombre proviene del verso "¿En dónde tejemos la ronda"? incluido en el poema "Ternura" en el cual la Premio Nobel de Literatura 1945 "imagina una ronda en que niñas, niños y naturaleza se enlazan en un gesto de confianza, comunidad y creación colectiva"; agrega que "esta es una exposición que celebra la vida, el juego y el amor por la infancia, la naturaleza y el oficio".
Ubicada en el subterráneo del edificio B, la Sala de Artes Visuales del GAM cuenta con dos niveles. Son espacios de muros color gris y tenue iluminación donde el silencio reemplaza el ruido de la calle y es posible recorrer en paz esta muestra colectiva que reúne muy diversas obras (en lo que respecta a data y materialidades), realizadas por 28 artistas mujeres de distintas generaciones; entre estas hay tres Premios Nacionales de Artes Plásticas -Gracia Barrios (2011), Roser Bru (2015) y Cecilia Vicuña (2023)-; nombres de vasta trayectoria -como los de Teresa Gacitúa, Nury González y Alicia Villareal-; las históricas Juana Lecaros y Maruja Pinedo, a las que se suman Catalina Bauer, Paula Dittborn, Paula Salas y Francisca Sánchez, entre otras.
La pared más importante del segundo nivel se ha reservado para 10 trabajos de Roser Bru (1923-2021); entre estos, un óleo sobre tela "La Mistral" (1983) y un acrílico sobre lino titulado "Un triángulo y la Mistral" (1994). Es correcto que se dé protagonismo a las propuestas de Bru pues ella plasmó recurrentemente la imagen de la poetisa en su obra. Estaba obsesionada con lo que denominó "mujeres-destino"; es decir, aquellas con vidas trágicas o de mucho esfuerzo y logro. Le interesaba ofrecer un comentario visual sobre el rol que por siglos tuvo la mujer en la historia. Acerca de Gabriela Mistral decía que "fue una mujer clausurada dentro de un delantal y yo así la he pintado"; a propósito, aquí se expone una muy bien lograda tela donde se ven dos figuras de la escritora con un delantal blanco ("La letra con sangre entra" de 1986). Entre todas estas obras de Bru cuelga un único óleo sobre lienzo de Gracia Barrios (1927-2020) de grandes dimensiones ("A Gabriela Mistral", sin fecha); un rostro triste sometido a la borradura que pertenece a la Colección de la Biblioteca Nacional.
En un muro contiguo se exhibe "Otro recado a Gabriela Mistral" (2006) de Nury González (n.1960); una suerte de díptico, una cachemira gris de formato apaisado sobre la cual hay nueve pedazos de géneros con fragmentos de textos de Mistral bordados a máquina y, a la derecha del espectador, una silueta de un traje talla 52, un modelo listo para cortar que alude al proceso de confección; por cierto, la costura se asocia con lo femenino y al oficio doméstico. La sencillez de esta propuesta -próxima al conceptualismo- recuerda a la laboriosa educadora y literata.
Dentro de los trabajos expuestos destaco "Lengua materna" (1997) de Alicia Villareal (n.1957) consistente en una interesantísima instalación de 130 libros troquelados y encolados al muro (Colección MINCAP). Los cortes ejecutados con suma precisión logran unos agujeros que "dibujan" pupitres, sillas, tazones, percheros y colgadores; todos elementos asociados a una sala de clase. Los libros, de portadas de distintos colores ahora calados, parecen conformar un juego (acaso un rompecabezas). En ocasiones, se puede leer el título de los diversos ejemplares: "El amor catedrático", "Metodología y pedagogía", "Teoría de la evolución", "Historia de la literatura", "El latín práctico" o The Human Enterprise. Cada libro asemeja una minipuerta y la perforación que se le ha practicado rememora y configura un enorme "ojo de cerradura". ¿Dónde están las llaves para entrar a estos espacios literarios y de conocimiento?
Por último, destaco la presencia de "Entierro de San Francisco de Asís" de 1972 de Maruja Pinedo (1907-1995), un tapiz en lana sobre arpillera (192 x 95 cm) que pertenece a la Colección del MAC; técnica, compositiva y cromáticamente bien resuelto. Valga recordar que Gabriela Mistral admiraba al santo umbro y que en su testamento dejó a los franciscanos, entre otros objetos de valor, su medalla de oro del Nobel y su diploma (un pergamino pintado a mano). Ambos se conservan en el Museo San Francisco de Santiago y hace poco se exhibieron al público.
En resumen, una exposición-homenaje para conmemorar el octogésimo aniversario del Nobel de Literatura de Gabriela Mistral que reúne obras visuales y piezas cercanas a la artesanía donde, por lo general, las unas potencian a las otras.
LA RONDA INFINITA
Lugar: Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM)
Hasta: 28 de febrero 2026