Lunes, 29 de Diciembre de 2025

2025: año en el que grandes empresas reordenaron el mapa corporativo del país

ColombiaEl Tiempo, Colombia 29 de diciembre de 2025

Aun en medio de un entorno macroeconómico retador —con tasas de interés por encima de los promedios históricos, liquidez restringida y un consumo que apenas empieza a mostrar señales de recuperación—, el 2025 termina consolidándose como un año decisivo para la transformación empresarial en Colombia

Aun en medio de un entorno macroeconómico retador —con tasas de interés por encima de los promedios históricos, liquidez restringida y un consumo que apenas empieza a mostrar señales de recuperación—, el 2025 termina consolidándose como un año decisivo para la transformación empresarial en Colombia. No se trató de un revolcón ruidoso, sino de un proceso silencioso y estratégico: grandes grupos corporativos redefinieron su estructura mediante ventas, adquisiciones, fusiones y separaciones que reconfiguraron sectores clave como el financiero, el industrial, el tecnológico y el de telecomunicaciones. Las cifras respaldan ese dinamismo. Un informe reciente de Aon, TTR Data y Datasite ubica a Colombia como el segundo país de América Latina que más capital ha atraído en operaciones de fusiones y adquisiciones en 2025, con cerca de 6.000 millones de dólares, y el cuarto en número de transacciones. Más allá del volumen, las operaciones reflejan una estrategia contracíclica: ganar escala, enfoque y competitividad en un entorno desafiante. Ese reordenamiento se aceleró en el cierre del año. A escasas tres semanas de concluir 2025, dos anuncios sacudieron al sistema financiero. El primero, la venta de Banistmo Panamá por parte de Grupo Cibest —propietario, entre otros, de Bancolombia—, operación que le representará ingresos por unos 1.418 millones de dólares. "Esta decisión responde a una visión estratégica de largo plazo orientada a la creación de valor y a la optimización del portafolio del Grupo", señaló Juan Carlos Mora, su presidente. Cuatro días después llegó otro movimiento clave: el Banco de Bogotá anunció la firma de un acuerdo para adquirir el portafolio de clientes de personas naturales de Itaú en Colombia y Panamá. La operación incorpora 267.000 clientes, cerca de 6,5 billones de pesos en créditos de consumo y vivienda, y 4,1 billones en depósitos. "La operación se integra a nuestra estrategia corporativa y nos permite fortalecer de manera significativa nuestra participación en el segmento de personas naturales", afirmó César Prado, presidente del Banco de Bogotá, entidad controlada por Grupo Aval. El valor de la transacción se conocerá una vez se obtengan todas las autorizaciones. Si hay una transformación que marcó el pulso del año, fue la separación definitiva de los grupos Sura, Argos y Nutresa, el histórico Grupo Empresarial Antioqueño (GEA). Un proceso iniciado en noviembre de 2021 culminó en 2025 con el desmonte de décadas de participaciones cruzadas y la apertura de una nueva etapa estratégica. Sura consolidó su identidad como holding financiero, con énfasis en seguros, gestión de activos y servicios de salud apoyados en analítica de datos. Argos profundizó su viraje hacia infraestructura y energía, incluyendo la expansión de Odinsa. Nutresa, por su parte, quedó definida como un jugador puro de alimentos, ahora bajo el control de la familia Gilinski. Más allá del control accionario, el desenroque reorganizó tres industrias completas y abrió, según analistas consultados por EL TIEMPO durante el proceso, un ciclo de estrategias más focalizadas, alejadas del modelo de conglomerado diversificado que caracterizó al GEA durante décadas. Divorcio bancario Otro hito del año fue el anuncio, a comienzos de 2025, del fin de la sociedad entre Scotiabank y Mercantil Colpatria, una relación de más de una década que dio origen al Scotiabank Colpatria. La ruptura desencadenó una rápida reorganización del sistema financiero, incluida la desaparición de la marca y el reordenamiento de operaciones en un mercado cada vez más competido. En ese contexto surgió Davibank, nueva entidad creada bajo la sombrilla del Grupo Davivienda, que además debutó en la Bolsa de Valores de Colombia bajo la figura de Grupo Davivienda. El ajuste respondió tanto a la separación del negocio de banca tradicional como a una estrategia regional para fortalecer su presencia en Colombia, Costa Rica y Panamá, mientras avanzan los procesos de integración del acuerdo con Scotiabank. Salto a la banca digital Desde la Casita Roja subrayaron que este movimiento va más allá de la competencia en tasas y productos: se trata de capturar ecosistemas digitales, donde hoy se concentra el mayor crecimiento del mercado financiero. En paralelo, Davivienda protagonizó otro anuncio relevante del sector: la transformación de Daviplata en neobanco. La evolución de una billetera digital con más de 17 millones de usuarios confirma una tendencia que se aceleró tras la pandemia: migrar de la banca basada en oficinas físicas a modelos cien por ciento digitales. Con esta transición, Daviplata se suma a una nueva generación de jugadores que están redefiniendo el acceso a servicios financieros, los costos operativos y la experiencia del usuario. La reorganización del Grupo Davivienda deja claro que la apuesta no es incremental, sino estructural: separar negocios, potenciar ecosistemas y competir en un entorno de banca abierta, inter-operabilidad e integración con plataformas de pago. Escala fiduciaria El 2025 también fue un año clave para el negocio fiduciario. La fusión de las cuatro fiduciarias de Grupo Aval —Fiduciaria Bogotá, Fiduciaria de Occidente, Fiduciaria Popular y Aval Fiduciaria— respondió a presiones regulatorias más exigentes, la necesidad de eficiencia operativa y un mercado donde el liderazgo depende de escala y especialización. El resultado será una sola entidad con más de 5.500 negocios fiduciarios y fondos de inversión colectiva, que administran cerca de 190 billones de pesos en activos. Las directivas destacaron que la integración permitirá reducir duplicidades, fortalecer el gobierno corporativo y acelerar la transformación digital de los servicios. En telecomunicaciones, la decisión de Tigo y Movistar de fusionar operaciones se convirtió en uno de los anuncios empresariales más relevantes del año. La integración llega en un momento de alta presión competitiva, con fuertes requerimientos de capital, tarifas ajustadas y la necesidad de desplegar redes 4G, 5G, fibra óptica y servicios corporativos avanzados. La fusión dará origen a un operador con escala suficiente para competir con Claro, líder del mercado. También abre la puerta a una reorganización del ecosistema digital colombiano, al integrar servicios móviles, de hogar, datos empresariales y nube. Para los usuarios, la expectativa es mayor cobertura y mejores servicios, mientras los reguladores deberán definir las condiciones para preservar la competencia. En conjunto, el 2025 dejó claro que, incluso en tiempos difíciles, las grandes decisiones empresariales no se detienen. Por el contrario, se vuelven más estratégicas.
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