En una nueva edición de este estudio, 12 analistas proyectan qué se puede esperar sobre el PIB, inflación, precio de la divisa estadounidense, déficit fiscal, desempleo y otras consideraciones para el nuevo año.
En la 15ª edición de la Encuesta de Expectativas Económicas de El País, 12 analistas respondieron qué se puede esperar sobre el crecimiento económico, la inflación, el desempleo, el déficit fiscal y el dólar en Uruguay en 2026. También analizaron cuáles serán los principales desafíos o riesgos que enfrentará el gobierno y qué puede hacer.
Según la visión de los analistas, el crecimiento económico del país en 2026 será bajo, la inflación continuará contenida y en la meta del Banco Central (BCU, de 4,5%), el déficit fiscal seguirá como foco de preocupación por mantenerse alto según estiman y el desempleo aparece como un elemento a atender, porque podría verse afectado.
Lo que más advierten los analistas es que el PIB no despegaría a lo que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) aspira, lo que complicaría el panorama. En tal sentido, comparten la medida que tratar de incentivar las inversiones.
Por lo pronto, el gobierno considera que cerró un buen año económico, con un crecimiento superior a lo que fue el promedio de los últimos 10 años, y la apuesta está en potenciarlo.
En otro orden, varios analistas advierten que, eventualmente, ciertas regulaciones y negociaciones salariales todavía en cursopodrían repercutir en contra de nuevas contrataciones de personal, lo que ya se está viendo con el cierre o ida de algunas empresas del país que han alegado "falta de competitividad".
Sobre el dólar, hay consenso en que rondará los $ 40 - $ 41, sobre todo si el entorno internacional, aun incierto, se presenta sin mayores sorpresas. Esto ayudaría al BCU en su estrategia de visibilizar más la fortaleza del peso uruguayo.
Otro planteamiento que surge en analistas es que las reformas estructurales que necesita el país, no parecen ser prioridades, más allá del "desempapelamiento" que plantea el MEF, sin saberse qué tan profunda será la medida en la práctica.
Cabe recordar que en esta misma encuesta de El País en 2024, los analistas consultados afirmaron que uno de los principales desafíos para 2025 sería mantener los niveles de inflación controlados, con un precio de dólar que estimaban subiría (finalmente ocurrió lo contrario). Este año, esto ha cambiado y confían en que el BCU mantenga la inflación dentro de la meta de 4,5%, al tiempo que proyectan que el dólar no despegue.
Sí se mantiene la preocupación por el déficit fiscal, que está en niveles elevados en el orden del 4,1% del Producto Interno Bruto (PIB), dado hay compromisos que el nuevo gobierno dice que mantendrá y que representarán erogaciones importantes.
PIB, inflación, déficit fiscal, empleo, dólar
Las proyecciones sobre el crecimiento del PIB van de 1% - 2% (respuesta de Aldo Lema) a 2,2% (Cinve), concentrándose la mayor parte de las respuestas en 1,9%. Lema agregó que el bajo crecimiento de la economía impactaría en desaceleración del empleo, alto déficit fiscal y problemas acentuados de competitividad. El economista también señaló que, desde el entorno global, "Uruguay recibirá vientos levemente en contra desde Brasil y el resto del mundo, mientras que desde Argentina habría una brisa a favor".
Sobre la inflación, las respuestas se ubicaron en el rango de 4,1% (respuesta de Cinve) a 4,8% (PwC). El promedio estuvo en 4,46%. Esto significa que las proyecciones resultaron coincidentes, en su mayoría, con el objetivo del Banco Central (BCU) de 4,5%.
Al respecto, Silvia Rodríguez, economista de Cinve advirtió que "los desvíos sistemáticos, sean por encima o por debajo del objetivo del BCU, no pueden valorarse como un hecho positivo, por lo que el sobrecumplimiento continuo de la meta no puede ser interpretado como una buena noticia". Esto porque la inflación está por debajo de la meta (4,09% en 12 meses a noviembre).
De su lado, Marcelo Sibille, gerente senior de KPMG, señaló que "en la medida que el crecimiento no acompañe, el incentivo a seguir bajando la inflación va a mermar debido al efecto contraproducente sobre las finanzas públicas. Lo cual socialmente no es deseable".
En cuanto al déficit fiscal, un tema especialmente sensible, las proyecciones van de 3,5% del PIB (respuesta de PwC) a 4,6% del PIB (Exante). Esta última consultora mencionada destaca que en 2026 "no se repetirán algunos impulsos puntuales que empujaron la actividad" el año pasado.
El promedio de las respuestas en este indicador, ubicaron el déficit en 4,1% del PIB.
El desempleo también recoge respuestas bastante homogéneas, centrándose en el valor de 7,5%. El rango va de 7,3% (respuesta de Oikos) a 7,5%-7,8% (Lema).
Sobre este punto, María Inés Mailhos, gerente del departamento de Economía de CPA Ferrere, consideró que, según estimaciones de la firma, la masa salarial crecería en torno a 2% en 2026 con un aumento de salarios promedio de 1,5% y en el número de ocupados de 0,5%. "Sin embargo, en la medida en que se materialice una desaceleración adicional de la economía y/o un sobrecumplimiento de la meta de inflación que incrementa los salarios reales la creación de empleo podría ser incluso menor", advirtió.
Alejandro Cavallo, director de Consultoría Económica de Equipos Consultores, observó al respecto que "la falta de dinamismo, tarde o temprano, generará tensiones al menos en el mercado laboral y en las finanzas públicas".
Varios analistas también mencionaron la reducción en los niveles de indexación de la economía en los acuerdos salariales, aunque sin incorporar diferencias de productividad entre regiones, sectores o tamaño de empresas.
Finalmente, sobre el dólar en 2026, el menor precio proyectado fue $ 39 - $ 41 (nuevamente Lema) y el máximo $ 42,10 (Oikos). La mayoría de las respuestas estuvieron en el orden de los $ 41 por dólar para el próximo año.
CPA Ferrere consideró que la sucesión en la presidencia de la Reserva Federal (Fed) y las tensiones en torno a su independencia en EE.UU. generan "incertidumbre adicional" y constituyen factores de presión para el dólar, que ya tuvo su peor primer semestre en décadas a nivel global.
"En este marco, el dólar enfrenta riesgos relevantes hacia 2026 en varios frentes, asociados al elevado nivel de deuda pública, tasas de interés altas y una menor flexibilidad de la política fiscal y riesgos de eventual dominancia fiscal", dijo Mailhos.
Ese contexto externo y el poco atractivo de la divisa, podría atraer inversiones a Uruguay, aunque esa materialización es incierta, y no inmediata, señala.
Los analistas coincidieron en que la debilidad del dólar podría dar lugar a un escenario favorable para una nueva reducción de la meta de inflación hacia estándares regionales (3%), algo que está siendo analizado por el BCU.
Principales desafíos y riesgos en 2026
Aldo Lema (Vixion) advirtió que en 2026 habrá menores contribuciones del agro, la forestación y la generación eléctrica por condiciones climáticas menos favorables.
"El bajo crecimiento potencial seguirá siendo restrictivo en el contexto de necesidad de consolidación fiscal y condiciones monetarias en torno a la neutralidad", agregó.
Marcelo Sibille (KPMG) prevé un déficit (GC-BPS) superior al proyectado por el gobierno, por lo tanto "dinamizar el crecimiento seguirá siendo el gran desafío de la política económica para poder aspirar a un mayor nivel de empleo y menor déficit fiscal", afirmó.
Por su parte, Ramón Pampin (PwC) , dijo que, en medio de una economía con poco "glamour", el crecimiento de los precios minoristas "se debilita amparado no solo en la política monetaria sino en un contexto externo favorable y también interno: gran oportunidad para desarmar estructuras indexatorias viejas".
Para Alicia Corcoll (Exante), ya superada la etapa inicial de instalación del nuevo gobierno, "el desafío está en avanzar en señales claras que fortalezcan el clima de negocios y la inversión".
Agustín Iturralde (CED) fue quizás más optimista al mencionar que en el comienzo de 2016 "la temporada turística presentará muy buenos niveles, similares a los del 2017-2018 que representaron máximos". Sin embargo, el promedio anual dará crecimiento por debajo del nivel potencial. "Los principales desafíos estarán en las finanzas públicas y en el mercado de trabajo", resumió.
Sofía Harguindeguy (Grant Thornton) apuntó que persistirán "desafíos estructurales vinculados a la inversión, la productividad y el frente fiscal que condicionan la posibilidad de elevar de forma sostenida el crecimiento potencial en el mediano plazo".
Por su lado, Alejandro Cavallo (Equipos Consultores) destacó la importancia de encarar reformas, que permitan incrementar la tasa de crecimiento de la economía. "Resulta fundamental aumentar la tasa de inversión sobre el PIB a niveles mayores, mejorar la productividad en el sector no transable y lograr mejoramientos apreciables en el capital humano", dijo.
Marcelo Pérez (AIC) también afirmó que los desafíos serán "reimpulsar la inversión en un contexto de deterioro de las expectativas empresariales y de los consumidores, así como en reducir el déficit fiscal".
Pablo Moya (Oikos) proyectó "amenazas del exterior por el encarecimiento relativo en dólares frente al resto del mundo; los commodities alimenticios continuarán dando 'aire' a las exportaciones", afirmó.
Alberto Landeira (Balanz) sopesó los factores antes mencionados, agregando que "la caída de la inflación, la convergencia de las expectativas y el escenario global podrían generar un ambiente propicio para revisar hacia abajo la meta de inflación del BCU, hoy en 4,5%.